El Black August (Agosto Negro o afro-agosto en español) es un mes homenaje a lxs hermanxs negrxs revolucionarios caídos, a lxs luchadorxs por la libertad que fueron encarceladxs y a la resistencia negra, tanto la histórica como la actual.
En la actualidad, esta tradición sigue siendo acertada, dado que nos siguen matando desproporcionada e injustamente, y las protestas mundiales contra los ataques, asesinatos y masacres racistas han proliferado en los últimos años. Es muy importante utilizar este mes para poner en valor nuestras historias y reflexionar sobre las lecciones aprendidas de las vidas de nuestrxs ancestrxs radicales del pasado, cuyos legados han dado forma a este empoderamiento negro que vivimos en la actualidad.
En agosto de 1979, tras los muros de la prisión estatal de San Quintín (California) la Familia Gerrillera Negra inició el Agosto Negro sirvió como mes para llorar, honrar y reflexionar sobre las vidas de lxs activistas negrxs encarceladxs, entre ellos Khatari Gaulden, que murió el 1 de agosto de 1978 debido a la negligencia de los guardias de la prisión mientras jugaba al fútbol en el patio, y George L. Jackson, que murió a causa de los disparos de los guardias de la prisión de San Quintín en un intento de fuga el 21 de agosto de 1971.
La muerte de Jackson contribuyó a inspirar el levantamiento de Attica de septiembre de 1971, más conocido como ‘’Motín de la cárcel de Attica’’ en el norte del estado de Nueva York, posiblemente la rebelión liderada por presos más conocida de la historia de los Estados Unidos.
De la misma manera, el mes de agosto está marcado por otras luchas, sacrificios y resistencias del pueblo negro en Estados Unidos.
En agosto de 1619, lxs primerxs Afrikans fueron llevadxs a la colonia inglesa de Virginia como esclavos robados de un barco español. Este acontecimiento marcó el inicio de una era de capturas, secuestros y esclavitud que hizo posible el desarrollo del capitalismo y la acumulación de riqueza en Estados Unidos en particular.
El 14 de agosto de 1791, en la colonia francesa de St. Domingue (Haití), organizó un asedio contra los propietarios blancos de las plantaciones, dejando más de 1.000 muertos. Esta emboscada, dirigida por cimarrones y personas esclavizadas, evolucionó hacia un movimiento revolucionario de liberación nacional, que convirtió a la República de Haití en la primera república afrikana del Nuevo Mundo en 1804.
El 21 de agosto de 1831, se desató la rebelión de Nat Turner en Virginia con solo siete hombres. En poco más de 36 horas, mataron a más de 50 esclavistas. La rebelión llegó a simbolizar un acto de guerra contra el sistema esclavista, que a día de hoy sigue repercutiendo en la resistencia negra.
El 25 de agosto de 1925 se creó la Brotherhood of Sleeping Car Porters bajo el lema “Fight or Be Slaves” (lucha o sé esclavizado) con el objetivo de conseguir un sindicato y luchar contra las terribles condiciones de trabajo de los porteadores de coches-cama. Se convirtieron en el primer sindicato negro reconocido por la AFL.
El 11 de agosto de 1965, la paliza y el arresto del motorista negro Marquette Frye, su hermano Ronald y su madre, por parte de agentes de policía blancos, dio lugar a un levantamiento de seis días en Los Ángeles, al que se bautizó como la Rebelión de Watts. Significó un punto de inflexión en Los Ángeles y en todo el país para que las luchas revolucionarias de lxs negrxs rompieran con el pacifismo y se organizaran contra el terror policial racista.
Durante los últomos años se ha intensificado el activismo contra las prisiones, tanto dentro como fuera de ellas. En 2018, tuvieron lugar una serie de huelgas en las cárceles que comenzaron el 21 de agosto y terminaron el 9 de septiembre -coincidiendo con el aniversario del primer día de la rebelión de la prisión de Attica-. Los presos realizaron paros laborales y otros protagonizaron acciones de solidaridad durante este parón.
Además, en mitad de la pandemia se produjeron huelgas en las cárceles contra las condiciones de la prisión. Mientras que fuera lxs activistas exigían la liberación de todxs, dentro de ellas se organizaban huelgas de hambre contra las peligrosas condiciones que acarreaba el COVID.
Desde 1619 hasta nuestros días, la resistencia a la esclavitud no ha cesado; solo ha evolucionado en lo que conocemos como cárceles. La lucha contra la policía y el racismo sistémico es una lucha contra el sistema penitenciario racista.
El Black August es una oportunidad para revisar y aprender de las luchas de lxs izquierdistas negrxs del pasado – para aprender, encontrar acuerdos y desacuerdos, y, lo más importante, para comprometerse con una lucha para abolir las instituciones racistas de la policía, las prisiones y el sistema capitalista que bebe de estos mecanismos represivos.