El blanco moderado

Me ha decepcionado de sobremanera el blanco moderado. La piedra en el camino para el negro en busca de su libertad no es el miembro del Klan, es el blanco moderado, quien es más devoto al orden que a la justicia; que prefiere la paz negativa que es la ausencia de tensión, a la paz positiva que es la presencia de la justicia; que constantemente te dice ‘Estoy de acuerdo con la meta que buscas, pero no puedo estar de acuerdo con tus métodos de acción directa’; que cree de manera paternalista que puede acomodar el calendario de la liberación de otra persona; que vive del concepto mítico del tiempo y constantemente le dice al negro que ‘espere a una mejor ocasión’. La comprensión superficial de alguien de buena voluntad es más frustrante que la incomprensión de la gente de mala intención.”

Martin Luther King

Entiendo su frustración, doctor King. En nuestro activismo antirracista nos encontramos día a día con este no-tan-mítico moderado blanco, que nos dice que está de acuerdo con nuestro mensaje, pero no con cómo lo decimos, y nos dice cómo decirlo. Esta persona quiere ser seducida por nuestras palabras.

Cree que estamos vendiéndole una ideología y no luchando por la liberación de nuestra gente del yugo de la supremacía blanca. Quiere que protestemos sin irrumpir el orden público ¿Cómo? ¿Andamos solo por los andenes en silencio y en fila para no ocupar espacio cuando a nuestra gente la están matando en su propia casa?

Quiere que hablemos de racismo, siempre y cuando no sea del racismo del que participa -el racismo light, el de la negación, la sociedad post racial y el “somos todos una raza, la raza humana”, racismo de Disney Channel. Quiere que nuestro discurso se fabrique para su comodidad, y nuestra lucha se atrase hasta que le sea conveniente.

Mucha gente nos acusa de ser “demasiado agresivas” cuando les recalcamos su racismo. Yo me pregunto, ¿Por qué es su primera reacción a “estás siendo racista” un rotundo “NO” y una fiscalización de nuestro tono? Si tienen tanto interés en unirse a la lucha, ¿Por qué no pueden empezar por hacer antirracismo con la persona del espejo? Porque por ahí empezamos nosotras. Nosotras que de niñas teníamos interiorizado el racismo gracias a la sociedad; que aprendimos a alisarnos el cabello, a huir al sol, a ‘disimular’ nuestros rasgos y nunca denunciar el racismo que enfrentamos día a día; nosotras empezamos en el antirracismo por deconstruirnos a nosotras mismas.

¿Y esta persona, el blanco moderado, quiere saltar directo al podio? ¿Quiere que le cuelgue del cuello un anuncio que diga “NO RACISTA”? ¿Se salta la introspección y el aprendizaje y va directo a apuntarle con el índice al nazi? 

No vamos a negociar por la comodidad de nadie. Las vidas negras están en juego. No vamos a negociar qué es racismo y qué no con alguien que no lo experimenta. No vamos a callarnos ni a embellecer nuestro mensaje con flores y cantos y tomarnos de las manos. No vamos a aplazar la justicia, y mucho menos perpetuar la paz negativa de la que habló el doctor King. Vamos a manifestarnos, vamos a señalar el racismo donde esté, vamos a deconstruirnos, vamos a amarnos, vamos a levantarnos, vamos a ayudarnos, vamos a liberarnos.

Al final del día el blanco moderado decidirá si le es más importante su comodidad, su título de “NO RACISTA”, su estatus, su tranquilidad y el “tono” con el que lo decimos, que la liberación de nuestra gente. Al tomar esa decisión escoge un lado, y no es el nuestro.

Un texto de Carolina Benítez

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