El presente trabajo tiene como objetivo estipular que las personas están determinadas fuertemente por su apariencia física, donde por ejemplo, el cabello se convierte en un determinante político que sirve para enviar un mensaje acerca de la pertenencia de los cuerpos, dicho proceso será realizado a partir del concepto de ‘Palenquera’.
Palenquera en Colombia suele referirse a aquellas mujeres provenientes de la región de San Basilio de Palenque, ubicado a 50 kilómetros de Cartagena. En su mayoría se caracterizan por llevar impresionantes vestidos de colores, una canasta de frutas junto con un turbante que suele cubrir su cabello abultado. La región de donde provienen dichas mujeres suele caracterizarse por su resistencia a la pérdida de la cultura africana que les es herencia, motivo por el cual son juzgades por algunos sectores de la sociedad colombiana, puesto que no cumplen con las condiciones política y hegemónicamente correctas de la mayoría de esta sociedad.
Con base en esto, tomaremos conceptos como ‘hegemonía’, presente en los planteamientos teóricos de Gramsci y Alhtusser para determinar qué es justamente la apariencia física de las clases dominantes, el patrón base para todas las demás. De esta forma todas aquellas personas que no cumplan con esta serie de criterios serán encasilladas en determinadas conductas, como por ejemplo, las mujeres con rulos que deben alisarse para ir a una entrevista o de lo contrario serán tachadas de desprolijas.
Por otra parte, retomaremos el término ‘Palenquera’ y sus características (como el cabello rulado) para dar cuenta del concepto de significante vacío de Laclau, cómo se trasformó a lo largo de la historia a partir del concepto nuevo “negro” y la re-significación de éste, que nos trae Mbembe en su obra “Crítica de la razón negra” y su relevancia en la lucha política actual. Para este último utilizaremos los aportes de Butler en “Cuerpos, aliados y lucha política” sumado al libro de Jaramillo y Ortiz “Hijas del Muntu”, el cual relata la vida de mujeres afrodescendientes en Latinoamérica.
Palabras clave: Palenquera, Hegemonía, Negritud.
Introducción
Solemos leer acerca de revoluciones y normalizamos el hecho de que en muchos de los libros y teorías, no se incluye la figura de la mujer y ni hablar de la mujer negra o afrodescendiente.
Por ejemplo, la mayoría de los libros de historia suelen estar incompletos, dado que por lo general no encontramos referencia al hecho de que las mujeres negras solían guardar pepitas de oro en su cabello, o que las trenzas trazaron una ruta de escape para las personas esclavizadas.
Es con base en esta invisibilización que la cultura y apariencia de las mujeres afro es dejada de lado con el pasar de los años. Es gracias a esta invisibilidad histórica que podemos decir en términos de Butler que hay determinados cuerpos que importan más que otros. Se produce una “normalización de los cuerpos”, que permite dejar fuera a quienes no cumplan con los parámetros de los llamados “cuerpos normales”.
Para dar cuenta de lo que mencionamos anteriormente utilizaremos un abordaje metodológico cualitativo interpretando textos como los de Judith Butler, activista socióloga y filósofa; acerca de la lucha política, a partir de los cuerpos, basándonos en su postura acerca de la estética dominante y cómo esta influye en la normalización de los patrones de belleza hegemónicos, sumado el libro de Jaramillo y Ortiz “Hijas del Muntu”, el cual relata la vida de mujeres afrodescendientes en Latinoamérica.
De igual manera, para dar cuenta del concepto de ‘hegemonía’, retomaremos a Gramsci y Althusser.
También nos basaremos en la importancia del significado de las palabras, en este caso palanquera, a partir de la teoría de Laclau, tomando como base su texto “¿Por qué los significantes vacíos son importantes para la emancipación y diferencia?”
Sumado a ello tomaremos conceptos como, el nuevo negro y la re-significación de éste que nos trae Mbemebe en su obra “Crítica de la razón negra” y su relevancia en la lucha política actual.
Pelo Malo ¿Que implica tener pelo de Palenquera?
La palabra Palenquera en Colombia, en su uso actual, suele refiere a aquellas mujeres provenientes de la región de San Basilio de Palenque, ubicada a 50 kilómetros de Cartagena. En su mayoría se caracterizan por llevar impresionantes vestidos de colores, una canasta de frutas junto con un turbante que suele cubrir su cabello abultado. La región de donde provienen dichas mujeres suele caracterizarse por su resistencia a la pérdida de la cultura africana que les es herencia, motivo por el cual son juzgadas por algunos sectores de la sociedad colombiana, puesto que no cumplen con las condiciones política y hegemónicamente correctas de la mayoría de esta sociedad.
De acuerdo con este rechazo de algunos sectores es que la palabra Palenquera puede llegar a tener un uso peyorativo, al referirse a las personas que poseen el cabello abultado, siendo este un símbolo del legado africano en el país latinoamericano.
Para dar cuenta de lo mencionado anteriormente retomaremos las palabras de Cirle Tatis Arzuza1en la entrevista “¿Cómo curarse del pelo malo?”2 para el canal de YouTube “Las Igualadas”3 de 2018 en donde nos relata que, “cuando decidí no alisarme más y dejar mi melena ser libre, mi madre, hermanas y tías me advirtieron que iba a parecer una palanquera, como si serlo fuera algo terriblemente malo. Agregaron ‘tu pelo es un pelo malo y debes tratarlo como tal ” ‘.
Tomando las palabras de Arzuza podemos dimensionar que ‘Palenquera’ puede ser un término despectivo, usado para referirse a las mujeres de cabello rulado. Pero esto no siempre ha sido de dicha forma,puesto que si retomamos la investigación de Marianne Dieck4 del 2008, Palenquera es la connotación femenina para el término palanquero que a su vez es herencia de Palenque.
Palenque nace del lenguaje criollo que proviene de la interacción de las personas esclavizadas y los colonos, hace referencia a las zonas liberadas en Latinoamérica donde se refugiaban las personas esclavizadas.
En Colombia, la primera zona liberada de la colonia española se ubica precisamente en el departamento de Bolívar y recibe el nombre de “El Palenque”, en la lengua criolla de les habitantes de esta región. Las personas esclavizadas libertas o que se fugaban de las plantaciones, muchas veces llegaron a este territorio, razón por la cual se les solía llamar palenqueres. De ahí que a las mujeres del Pacifico Colombiano o que presenten características asociadas a la negritud, principalmente el cabello rizado, se les llame despectivamente como Palenqueras.
Pese a que esta palabra proviene de la noción de libertad, en la actualidad alude a lo negativo, a lo excluido, donde ser llamada de esta forma por tener el cabello rulado suele ser sinónimo de vergüenza. Cabe mencionar que en el último tiempo hay porciones de la sociedad colombiana que se han reapropiado de dicho término y su característica principal, el cabello afro, para sentirse orgulloses de lo que llaman su herencia africana.
Este proceso de cambio que sufre el término Palenquera nos permite retomar el aporte lingüístico realizado por Laclau, al instaurar el concepto de significante vacío. Para entender a qué nos referimos es importante explicar que, “el significante vacío, es un significante que carece de sentido, es una mera secuencia de significados” (Laclau, 1996:69) es decir que, al no tener forma alguna puede tomar la forma de cualquier cosa. Es justamente esta posibilidad la que permite la cancelación por parte de los excluidos de las diferencias que les otorgan esta posición.
Ya que, “los significantes vacíos son elementos particulares (palabras o imágenes, términos privilegiados) que refieren a la cadena equivalencia como un todo. Son significantes sin significado que, inscritos en momentos de cambio político y de construcción de identidad popular, juegan un importante papel en la configuración de una nueva hegemonía política” (Laclau, 1996:71).
De esta forma podemos decir que, el concepto de Palenquera es un significante vacío ya que carece de forma y toma identidad de acuerdo a las características que se le otorgan. Y
es justamente la re-significación positiva que se le ha venido dando en los últimos años de la mano de artistas y fundaciones afrocolombianas, lo que permite la reapropiación del término y sus características, en especial el cabello rulado. Esta apropiación por parte de los sectores excluidos es lo que permite su visibilidad y posteriormente, su integración a la sociedad.
Para que este proceso sea entendido de una mejor manera es pertinente retomar el aporte de Mbembedonde nos dice, “el esclavizado, el negro, representa una de las figuras más perturbadoras de la modernidad, que constituye el escándalo y la sombra… el esclavizado da cuenta de una humanidad mutilada, profundamente marcada por el fuego de la alienación” (2016:81) siendo de esta forma que toda asociación con dicha negritud representa exclusión.
Para Mbembe, la exclusión es la garante de la dominación y es gracias a ella que las sociedades modernas construyen su propio negro a partir de los procesos de “racialización, que tienen como objetivo identificar con precisión cuales son las características que excluyen a estos individuos, para de esta forma poder determinar sus límites” (2016: 80). Es acá cuando podemos comparar este proceso con el significado negativo que se le otorga a la palabra ‘Palenquera’ para dar cuenta de las características de la negritud en la sociedad colombiana, en este caso el cabello rizado pasará a ser entendido como la razón de la exclusión.
Por otra parte, para este autor “las revueltas de esclavizados no sólo logran la liberación, también marcan un cambio en el sistema de propiedad y trabajo relacionado con los mecanismos de redistribución que a su vez implica la reconfiguración de la fundamentación de la vida misma” (Mbembe, 2016:82). Es a partir de este proceso que se produce una reapropiación del término negro, en donde los negros modernos se han reapropiado de las categorías que les han sido impuestas para otorgarles una connotación positiva.
Retomando el ejemplo de las Palenqueras, vemos cómo este proceso de reapropiación se da a partir de la presentación del cabello rulado como un aspecto positivo por parte de les artistas y fundaciones afrocolombianas, que con base en eslóganes como “Nuestro cabello crespo debe ser sinónimo de orgullo, puesto que muestra la herencia africana que llevamos tatuada en la piel” (Chocquibtown5, 2007), cambian por completo la perspectiva que se tiene sobre la negritud en Colombia.
Pese a la reapropiación por parte de las mujeres afrocolombianas en el último tiempo tanto del término Palenquera como de las características propias de ella como el cabello rizado, el camino por recorrer aún es largo, dado que la connotación negativa asociada a este tipo de características puede ser el resultado de luchas ideológicas que dejaron como ganador a un tipo específico de hegemonía política, que estableció la negritud como algo negativo.
De esta forma es pertinente explicar que por ‘hegemonía’ entendemos a la habilidad de un grupo o clase para no “cerrarse en una estrecha perspectiva comparatista, sino que buscara representar a amplios sectores de la población. Será el agente realizador de los objetivos más amplios tales como la emancipación o la restauración del orden social” (Gramsci, 1974:30). Resultando en que la hegemonía política es la colocación de las prácticas de un grupo particular por sobre las de los otros.
Con base en ello, la hegemonía sólo puede ser lograda a partir de la construcción de una ideología igualadora que provenga del sentido común, donde dicha ideología sea la del grupo o la clase dominante.
Por un lado, sabemos que “la ideología es un término que nace del materialismo francés del siglo XVIII. Y su significado original era ciencia de las ideas, y como el único medio reconocido y aplicado en la ciencia era el análisis, la expresión significaba el análisis de las ideas, o sea, búsqueda del origen de las ideas” (Gramsci, 1974:55)
Pero ¿a qué nos referimos con ideóloga igualadora? Con base en el planteamiento de Gramsci, la ideología puede ser entendida a partir de una distinción, por un lado, tenemos a las
“ideologías históricamente orgánicas, que son necesarias para una cierta estructura, e ideologías arbitrarias, racionalistas o queridas. En cuanto a las ideologías históricamente necesarias tienen una validez que es una validez psicológica: organizan las masas humanas, forman el terreno en el cual los hombres se mueven, adquieren conciencia de su posición, luchan, etc. En cuanto arbitrarias, no crean más que movimientos individuales, polémicas, etc. (tampoco estas son completamente inútiles, porque son como el error que se contrapone a la verdad consolidada)” (Gramcsi, 1974:56)
Si las ideologías históricamente orgánicas son necesarias para la construcción del orden social, serían estas las ideologías igualadoras que se construyen a partir de creencias o proposiciones básicas que se alimentan de la sociedad, es decir, el sentido común que no es más que, “la facultad para orientarse en la vida práctica” (Bergson, 1932: 2). Esta facultad está basada en la fuerza impuesta por “las religiones, en especial la iglesia católica, al aferrarse a una unión doctrinal de toda la masa religiosa, esforzándose por que los estratos intelectuales altos no se separen de los inferiores” (Gramsci, 1974:59).
La teoría gramsciana sobre la ideología nos resulta incompleta, puesto que, este esfuerzo realizado de la mano de la Iglesia no alcanza para que una ideología se convierta en la hegemónicamente dominante, debe estar acompañada del apoyo del Estado que corresponde a la función de hegemonía que el grupo dominante ejerce en toda la sociedad y a la de dominio directo que se expresa en el gobierno jurídico. De este modo y a partir del concepto ampliado de ideología que nos brinda Althusser, en donde se nos expone que para que esta maquinaria de dominación llamada Estado, la cual está basada en la ideología de los grupos dominantes garantice la reproducción del orden, se vale de una serie de aparatos.
Estos aparatos son llamados por el autor, Los Aparatos Ideológicos del Estado (AIE) y pueden ser,
“AIE religiosos (el sistema de la distintas Iglesias), AIE escolar (el sistema de las distintas “Escuelas”, públicas y privadas), AIE familiar, 8 AIE jurídico, 9 AIE político (el sistema político del cual forman parte los distintos partidos), AIE sindical, AIE de información (prensa, radio, T.V., etc.), AIE cultural (literatura, artes, deportes, etc.). Los aparatos ideológicos del Estado (en su aparente dispersión) provienen del dominio privado. Son privadas las Iglesias, los partidos, los sindicatos, las familias, algunas escuelas, la mayoría de los diarios, las instituciones culturales, etc., etc.” (Althusser, 1998:12)
Cada uno de estos aparatos se encarga de la reproducción de las prácticas visibles y establecidas como normales (siendo el actuar socialmente correcto) y a su vez establecen como excluidos a todos aquellos que no actúen en pos de éstas.
Es acá cuando podemos establecer que, la construcción de una negritud negativa con base en la entablación del cabello rulado como lo rebelde, lo desprolijo, lo que no cumple los cánones de belleza en la sociedad colombiana actual, se ve atravesado por el terror del recuerdo de la esclavitud. En la actualidad ningún individuo o grupo desea ser esclavizado por otro. Es a partir de ese miedo, que características tales como el cabello rizado o la piel oscura deben ser ocultadas y los términos que se refieran a estas características como ‘Palenquera’ deben ser demonizados.
Con base en ello, el cabello rulado pasaría a ser un agente político, es decir que los cuerpos pasarían a ser parte de la lucha política actual. Donde son “estos otros cuerpos los que demandan empleo, vivienda… que se encuentran en condiciones donde la vida se ve amenazada” (Butler, 2017:17) los que con base en “sus aspectos imperfectos ponen en cuestión aspectos poderosos de la política actual” (Butler, 2017:17).
De esta forma y a modo de conclusión, la hegemonía e ideología dominantes establecen cuáles son los cuerpos que pueden ser considerados normales. Por ejemplo, se les enseña desde pequeños (a las mujeres principalmente) que las prácticas de belleza por más que sean perjudiciales para sus cuerpos son necesarias y que sin importar cuánto cuiden su cabello rulado, nunca será tan “lindo” como el lacio.
Se establece un estigma normalizador de los cuerpos, que permite pensar que hay algunos cuerpos que importan más que otros. Por ejemplo, a los militares “por una parte se les considera imprescindibles para la defensa de la nación; pero por otra, se les selecciona de la población prescindible. Aunque su muerte sea objeto de homenajes y actos ceremoniales, siguen siendo seres humanos desechables: personas que serán sacrificadas en aras de la nación”. (Butler, 2017: 24).
Pese a que las fuerzas de seguridad resultan incomparables con las Palenqueras o personas con cabello rulado, la división que hace esta autora para determinar a qué nos referimos con cuerpos desechables nos permite explicar la importancia de un aspecto trivial como el cabello en la lucha política pues, como lo hemos desarrollado a lo largo de todo el escrito, es la re significación de estas características de la negritud lo que permite la inclusión de estos sujetos producidos como desechables en la sociedad. Es justamente este accionar de cuerpos lo que nos permite ver la performatividad en la lucha política, ya que cuando estos cuerpos resisten, entablan una disputa con el poder, lo cual origina un marco de reconocimiento en donde se vuelve visible el riesgo sufrido por aquellos sujetos excluidos gracias a las reglas sociales.
De esta manera, sabemos que no sólo es necesaria la aceptación de la negritud por parte de las mujeres con cabello rulado, sino que también éstas deben realizar un proceso de re-historización en el que retomen la importancia de su herencia africana, como por ejemplo su labor en las luchas independistas o en la construcción de palenques.
También se deberán entablar modelos a seguir, con los que las nuevas generaciones se puedan sentir identificadas, mujeres que se sientan orgullosas de sus características y negritud. Para ello proponemos basarse en la trayectoria de las principales mujeres afrocolombianas, esas que revolucionaron espacios como la música, aquellas que se sumergieron en la política o dan pie a una culturización de lo negro dejando su cabello rulado ser libre. Un ejemplo de dichas mujeres puede ser, Betsabe Espinel 6, Totó la Momposina 7, Piedad Córdoba 8, Goyo 9, las organizaciones de mujeres negras del Caribe y el Pacífico colombiano10 y demás. De esta forma, se seguirá avanzado hacia un nuevo modelo de sociedad en donde ya no se busque erradicar cualquier vestigio de negritud, por el contrario, se buscará marcar el fin de la estigmatización puesta a lo negro, para que ser o parecer una Palenquera sea sinónimo de orgullo o dicho de otra forma, donde la negritud esté de moda.
1 Arzuza Cirle Tatis es una mujer colombiana que, con su fundación, “Pelo Bueno” y peluquería del mismo nombre la cual se especializa en productos para el cuidado del cabello rizado, revindica la estética afro-rizada natural desde el 2006 en Colombia.
2 Urbina María Ángela [Las Igualadas]. (2018, octubre 23). ¿Cómo curarse del pelo malo? Las Igualadas y Cirle Pelo Bueno [Archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=3y1-9-LIXYI&t=48s.
3 Las Igualadas es una sección de YouTube que hace parte del popular diario colombiano “El Espectador”. Las Igualadas se considera un programa feminista que encarna las problemáticas de género en el país latinoamericano. Tiene como presentadora a la periodista de origen bogotano María Ángela Urbina.
4 Marianne Dieck, investigadora colombiana, especializada en la morfosintaxis de la expresión y negación del idioma criollo colombiano, tomando como base al palenque de San Basilio siendo este una comunidad afrocolombiana de la costa de dicho país. A su vez Dieck se encarga de describir la tipología lingüística variada que se encuentra a lo largo del territorio colombiano.
5 Chocquibtown es un grupo colombiano de Hip Hop, que a partir de sus letras reivindican el legado africano en dicho país. En los últimos años gracias a la mezcla de ritmos urbanos y folclor del litoral pacífico colombiano, se ha convertido en una de las bandas latinoamericanas con mayor renombre internacional.
6 Betsabé Espinel fue la primera mujer colombiana en organizar las revueltas textiles (1920) en Antioquia, Colombia.
7 Sonia Bazanta Vides o como es mayormente conocida Toto la Momposina es una cantante colombiana especializada en el folklore (rito proveniente de la mezcla de ritmos africanos con ritmos españoles) de la costa caribe del país latinoamericano. Entre sus principales éxitos encontramos, Cantadora, Chí Chí Maní y La Candela Viva.
8 Piedad Córdoba es una abogada y política colombiana, líder del movimiento Poder Ciudadano siglo XXI. Relevante por su trabajo como congresista en el que principalmente lucho por los derechos de la mujer, las minorías étnicas, sexuales y los derechos humanos.
9 Gloria Emilse Martínez Perea más conocida como Goyo, es una cantante, productora y cofundadora de la banda colombiana de Hip Hop ChocquibTown.
10 Las organizaciones de Palenqueras del caribe colombiana, son formaciones de mujeres colombianas ubicadas en Palenque, San Basilio a 50 kilómetros de Cartagena que buscan simbolizar la resistencia al legado de violencia colonial y esclavitud, donde pretenden mostrar las condiciones de pobreza, exclusión y marginalidad en la que viven los sectores negros del país.
Referencias documentales.
Althusser, L (1998):” Freud y Lacan, en la ideología aparatos ideológicos del Estado” Freud y Lacan, Buenos Aires, Nueva versión.
Laclau, E (1996): “¿por qué los significantes vacíos son importantes para la emancipación y diferencia?” Buenos aires, Ariel.
Butler, J (2017): “Cuerpos Aliados y la Lucha Política. Hacia la teoría performativa de la asamblea” Buenos Aires, Padios. Selección, introducción, capitulo 1 “Política de género y el derecho a parecer” (pp. 9-30. 31-71)
Gramsci, A (1974): “El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce” Buenos Aires, nueva versión, Selección, “Concepto de ideología” (pp.55-57)
Bergson, H (1932). “Las dos fuentes de la moral y la religión” Madrid – España 2020: Trotta. Selección, capitulo1 “la obligación moral” (pp. 2-4)
Jaramillo, M y Ortiz, L (2011). “Hijas del Muntu” Bogotá- Colombia: Panamericana. Selección, Introducción, capitulo 3 “Colombia” (pp. 9-46. 104-229).
Mbembe, A (2016). “Critica a la Razón Negra”, Buenos Aires: Futuro anterior. Selección: Prologo, Introducción y capitulo 1 “el sujeto de la raza” (pp.9-82).
Dieck, M (2008). “La lengua de palenque: avances en la investigación de su estructura gramatical” Medellín – Colombia: Lingüística y literatura. Urbina María Ángela [Las Igualadas]. (2018, octubre 23). ¿Cómo curarse del pelo malo? Las Igualadas y Cirle Pelo Bueno [Archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=3y1-9-LIXYI&t=48s.
Una reflexión de Karol Andrea Valero Rodríguez