Según el informe anual del Ministerio del Interior, España es un 21% más racista y más homófoba

El ‘Informe sobre la evolución de los delitos de odio en España 2023’ ha confirmado el aumento del racismo, la homofobia y el capacitismo en la sociedad española.

Los delitos de odio continuaron creciendo en España durante el año pasado y “las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado cada vez investigan y esclarecen más casos de este tipo en nuestro país“. Esta es la principal conclusión del informe anual del Ministerio del Interior, que ha presentado el responsable del departamento, Fernando Grande Marlaska, en la Comisión de Seguimiento de la Oficina Nacional de Lucha contra los Delitos de Odio.

A pesar de las continuas e insistentes denuncias del movimiento antirracista sobre el abuso de autoridad, las cuestionables acciones que estas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado español ejercen sobre los cuerpos migrantes y racializados, y los devastadores resultados del informe, la mayoría de medios de comunicación siguen destacando la encomiable labor de la Policía.

El informe analiza 2268 delitos e incidentes denunciados por las víctimas, una cifra que representa un aumento del 21,35% en comparación con el año anterior. Los dos grupos más grandes de denuncias son el racismo, con 856 casos, y los delitos contra la orientación sexual e identidad de género, con 522 casos. Los hechos que más han crecido son los delitos contra las personas discas (han crecido un 113% con 49 casos) y el antigitanismo, que ha crecido un 68% y suma 37 casos en 2023.

Sin embargo, y con la misma intencionalidad, uno de los datos más destacados ha sido el aumento del antisemitismo, que según la muestra ha crecido un 76%, con 23 casos registrados. De la misma manera alaban la acción policial a la hora de resolver los casos, presumiendo de que 695 de los 1544 del total de asuntos resueltos estaban relacionados con violencia racista e ignorando que estos números reflejan un problema estructural cuya solución no es el punitivismo y que a pesar de estos esfuerzos, el impacto social y personal de los delitos de odio es devastador.

Estos datos evidencian una diversificación en las motivaciones de odio, afectando a múltiples comunidades marginzalizadas.

Navarra, País Vasco y Melilla encabezan la lista de comunidades autónomas con mayor tasa de delitos de odio por cada 100.000 habitantes. En contraste, Extremadura presenta la tasa más baja. Este dato subraya la necesidad de estrategias regionales específicas para abordar y prevenir estos delitos.

¿Quiénes son las víctimas?

La Cadena SER destaca cómo el informe detalla que la mitad de las víctimas son de nacionalidad española y el resto, un 48.06%, corresponde a ciudadanos extranjeros, con mayor incidencia en personas procedentes de Marruecos (10.71%), Colombia (8.57%) y Venezuela (4.42%). Obviamente en estos datos no se están incluyendo las violencias que no han sido denunciadas ni las personas violentadas que por estar en situación irregular no han efectuado ningún tipo de denuncia.

En cuanto a género, a pesar de que se habla de violencia contra el colectivo LGBTIQ+, el planteamiento de la encuesta deja fuera una vez más a las personas no binarias; pues se ciñe a una segmentación de denuncias realizadas por mujeres y por hombres resaltando que ellos han denunciado más que ellas (419 y 676 casos, respectivamente).

Además, cabe destacar que la mayoría de denunciantes (433) ha sufrido amenazas o lesiones (376 casos). Y otro dato que es particularmente alarmante es el creciente porcentaje de menores de edad e infancias que se ven afectadas: un 14% son menores de edad, un 15% tienen entre 18 y 25 años y el grupo donde más denuncias se producen es el de 26 a 40 años con un 32% de los casos.

¿Quiénes son los autores?

En lo que se refiere a quién tiene la responsabilidad de este aumento de racismo y homofobia, el informe deja claro que la responsabilidad del auge de los delitos de odio recae en el hombre español.

Se han contabilizado 1161 autores investigados por delitos de odio, sobre todo por asuntos de racismo y xenofobia, y la aplastante mayoría son hombres (903) y españoles (914). Más de la mitad tienen menos de 40 años y el 19% son menores de edad.

El informe también refleja que se ha producido un incremento muy notable en los delitos digitales (cometidos a través de internet y redes sociales) con un crecimiento del 32% y resalta que, en este ámbito, se multiplican los casos relacionas con las diferencias ideológicas.

A pesar de que los datos indican una predominancia de autores españoles y que las víctimas extranjeras representan una porción significativa de les denunciantes, los análisis siguen girando en torno a la positividad de los resultados, y no en la negatividad de los hechos.

Tras una inacción total, durante dos años consecutivos, por parte de Fernando Grande-Marlaska y su Ministerio ante las exigencias del movimiento antirracista, esta investigación sesgada sobre los delitos de odio arroja un poco de luz (si se hace una buena interpretación de los datos) de cómo el racismo y la homofobia siguen siendo las pierdas en el camino de España hacia una sociedad verdaderamente justa.

Fuentes: EuropaPress, Cadena SER

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