El idioma, la falta de una red de apoyo o de información, las barreras de acceso al empleo o el miedo a denunciar por una situación administrativa irregular son algunos de los factores que vulnerabilizan a las mujeres
La violencia machista afecta también a las mujeres por su raza. Muchas mujeres negras y racializadas que están en España no tienen una situación administrativa regular, por lo que las estadísticas de feminicidios no tienen en cuenta a las mujeres migrantes.
“Es necesario que haya un recuento de cuántas mujeres negras están sufriendo violencia de género y llamarlo afrofeminicidios porque cuando algo no tiene un nombre no existe”, asegura Ana Bueriberi, activista del grupo Afrocolectiva, que lucha contra el antirracismo desde una perspectiva de género.
Cuando se habla de interseccionalidad en la lucha contra la violencia de género, se reivindica que la raza y la etnia son factores clave: que hay mujeres que sufren varias violencias, por ser racializadas y por ser mujeres, pero también por las discapacidades o la identidad de género.
En múltiples ocasiones, ellas quedan reducidas a trabajos precarios, sin contrato, sin conocer el idioma, e incluso explotadas sexualmente y, en la mayoría de los casos, no son capaces de denunciar por miedo a las represalias de una posible deportación. Para Bueriberi: “Las estadísticas solo está recogiendo las violencias que sufren mujeres que están en una situación regular en España.
Las que no pueden optar, por más que luchen, a la regularización no pueden denunciar, ni se atreven a acercarse a una comisaría de policía…y eso también es violencia”. Afirma que en días como el 25N también es necesario recordar a las temporeras “que sufren violencia a diario o que, incluso, han sido violadas trabajando en condiciones horribles, de esclavitud casi”.
1 de cada 3 mujeres asesinadas en España eran extranjeras
Según las estadísticas de VioGen del Ministerio de Interior, el 33% de las mujeres asesinadas por violencia de género, es decir, a manos de sus parejas o exparejas, entre 2003 y 2019 eran extranjeras.
Sin embargo, tan solo el 8% de beneficiarias a las ayudas en materia de violencia machista entre 2006 y 2015 provenían de fuera de nuestro país. Son los datos que recoge ‘Tirar del Hilo’ un estudio que recoge la representación de las violencias en mujeres migrantes promovido, entre otros, por la Red de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe.
Silvina Monteros, coordinadora del proyecto, concluye que esta representación se debe a diversos factores que afectan a las mujeres migrantes: “Tienen una débil red social de apoyo en España porque han migrado solas y la única persona que conocen es precisamente su pareja o expareja.
También, ponemos el foco en la situación económica precaria que viven, ya que no hay un reconocimiento de las titulaciones de origen que les permita acceder a trabajos en condiciones laborales dignas y disponer así de una autonomía económica”.
Las migrantes no denuncian por temor a un expediente de expulsión del país
Tanto la Ley de Extranjería, como la Ley de medidas integrales contra la violencia de género, es clara: ante una situación de violencia de género se paraliza el proceso de expulsión del país. El problema es que para que esto ocurra es necesaria una orden de protección o una sentencia firme que demuestre que la mujer ha sido víctima.
Para Monteros es un proceso muy complicado porque muchas veces las mujeres no están bien atendidas durante el proceso judicial. “Puede ocurrir que no se les tome bien la declaración o que no estén bien asesoradas por los abogados, o que presenten la denuncia en un estado de shock y ansiedad que no se les considere como víctimas de violencia machista”.
Pese a los resultados del informe que demuestran la alta incidencia de mujeres víctimas, los estudios de la Red de Mujeres Lationamericanas y del Caribe también apuestan por su alta capacidad de resiliencia: “Las supervivientes migrantes pueden salir adelante, pedir ayuda, construir redes de apoyo. No son mujeres vulnerables, sino vulnerabilizadas por una estructura social y jurídica atravesada por la Ley de Extranjería”.