La justicia demora en Brasil, pero poco a poco va llegando: tras casi 7 años del asesinato de Marielle Franco el Ministerio Público de Río de Janeiro (MPRJ) solicitará la pena máxima de 84 años para los acusados por el homicidio de la exconcejala feminista y su conductor Anderson Gomes en el juicio que comenzó este miércoles.
El feminicidio político de Marielle Franco, ocurrido en 2018, conmocionó al país y la región. Mientras que los movimientos sociales y populares realizaron diversas acciones para buscar justicia: una justicia que parece empezar a cumplirse después de casi siete años.
El juicio –que será a través de una videoconferencia-–contra los acusados Ronnie Lessa y Élcio de Queiroz comenzará, a las 09:00 horas, en el Cuarto Tribunal del Jurado de Río de Janeiro, la ciudad donde no sólo creció Marielle en la favela de Maré, sino que formó también su carrera política y su activismo.
Para el juicio, la fiscalía contará con el testimonio de siete testigos, entre elles la asesora de Marielle, Fernanda Chaves, quien estaba en el auto con la concejala y el conductor en el momento de ser baleado. También serán entrevistades familiares de las víctimas y dos policías civiles.
Al convocar a una movilización para esperar los resultados del juicio, la ministra de Igualdad Racial de Brasil, Anielle Franco, hermana de Marielle y exdirectora del Instituto que lleva el nombre de la lideresa asesinada, refirió que “mañana (este miércoles), después de casi 7 años de transformar nuestro duelo en una lucha diaria, estaremos ante un momento tan esperado: el jurado popular de los acusados de ser los albaceas de Marielle y Anderson”.
Mientras las calles brasileñas no dejan de sostener el grito que se convirtió en reclamo por la verdad: ¿Quién mando a matar a Marielle Franco?, Anielle Franco valoró «que la celebración de un juicio con jurado por un crimen cobarde contra una concejal elegida democráticamente es un momento que marca la lucha contra la impunidad y la violencia política basada en género y raza en Brasil”.
“Marielle Franco lo hizo por nosotros, lo hizo por mí y lo haremos por ella y Anderson”, refirió la actual ministra, quien además reconoce que el asesinato de Marielle fue un crimen político que sacudió la democracia y la lucha de las mujeres negras en la política.
Marielle fue concejala, feminista, negra, bisexual, favelada y luchadora incansable contra la violencia policial en Brasil y la militarización de las favelas.
De acuerdo con el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra de Brasil, en una investigación presentada por el ministro Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal (STF) sobre el asesinato de la concejala Marielle Franco por el Partido al Socialismo (PSOL), los hermanos Brazão (el diputado federal Chiquinho Brazão y el asesor del Tribunal de Cuentas del Estado (TCE) de Río de Janeiro Domingos Brazão) decidieron asesinar a Marielle Franco porque se oponía a la votación del PLC 174/2016, del autor Chiquinho Brazão, entonces concejal.
El proyecto, conocido como PL da Grilagem, contemplaba la regularización de lotes en barrios donde actúan las milicias en Río de Janeiro.
Marielle Franco y el PSOL se opusieron al PLC 174, que irónicamente acabó siendo aprobado el día del asesinato de la concejala, el 14 de marzo de 2018, con 27 votos a favor.
“Ella se oponía precisamente a este grupo que, en el Ayuntamiento de Río de Janeiro, quería regularizar terrenos para uso comercial, mientras que el grupo de la concejala quería utilizar esos terrenos para fines sociales, para vivienda popular”, comentó el MST.
Marielle representó la lucha por los derechos de los pueblos negros, las mujeres, las personas faveladas, la comunidad (LGBTQ+) y todas las poblaciones invisibilizadas por la exclusión y los prejuicios sociales.
El MST, que ha reclamado también que se haga justicia por el asesinato de la lideresa brasileña, recalcó que “Marielle fue asesinada en un contexto político golpista en Brasil, donde la lucha de clases tiende a intensificarse cada vez más. La intervención federal en Río de Janeiro refleja este escenario y presenta los límites de un Estado, que insiste en creer que la seguridad pública se garantiza con policías en las calles, con la UPP (Unidad de Policía Pacificadora), y no con el acceso a políticas de educación, salud, ocio y trabajo”.
Hoy el esclarecimiento de los hechos, las sentencias a los responsables del crimen y la justicia siguen siendo un reclamo, y a la vez esta lucha de Marielle ya no sólo es brasileña, sino se ha convertido en un paradigma de la resistencia negra y feminista alrededor del mundo.
Fuente: Telesur.tv