Hace ya un tiempo comencé a leer el libro Descolonizar la mente de Ngugi wa Thiong`o escritor, periodista, profesor y activista social nacido en el continente africano, en el país de Kenia, y sus párrafos, letras y líneas dejan muchos sabores. Primero, la sensación de no saber nada, y luego alcanzar a comprender una parte del escenario real. Es una voz que te acompaña en las páginas, que hace descansos contigo, que siente la nostalgia, que se preocupa desde la crítica y la experiencia, que te deja pensando por horas y horas cuando te habla de África, cuando menciona a Latinoamérica, Asia y Polinesia, cuando desde el inicio de la lectura se desborda en la pasión de la verdad, que lo mueve, porque para qué mentir, si como Thiong`o lo dice: “Los problemas actuales de Àfrica no son una cuestiòn de elecciòn personal, surgen de una coyuntura histórica”.
Es un libro que alumbra dentro de lo que creemos saber, en la recopilación de cuatro conferencias dadas por Thiong`o en los años 1981 y 1985, y que en su narrativa habla del imperialismo y el neocolonialismo, de los orígenes de la estrategia: “divide y vencerás”, de las dos tradiciones en una batalla, dos fuerzas que se oponen y se miran frente a frente: la tradición del imperialismo que se mantiene con la burguesía internacional que usa las multinacionales y las clases dirigentes nativas, y la tradición de resistencia, esa que le pertenece a les trabajadores, campesines, estudiantes y proletariades urbanes que dan la pelea por la tierra, la democracia, y la paz, eses que son les oprimides y explotades, y que resisten aunque la trampa del imperialismo con su bomba cultural, les haga querer distanciarse de su creencia, sus tradiciones, y lenguas maternas. Aunque les quiera hacer alejar de su tierra, porque les hace creer que su territorio no vale, porque es carente de logros, porque se encuentra alejado de lo que es la vida en sí en las ciudades, porque intenta insistentemente de muchos modos, hacer que nos identifiquemos con formas de vida y lugares que nos haga abandonar el territorio, porque coloniza nuestra mente, nos hace salir, y querer aprender inglés cada dìa, Frances otro año, pero nunca las lenguas nativas propias africanas o de nuestro lugar de enunciación afrodescendiente. Porque de esta manera, haciendo que nos distanciemos del territorio, que nos desconectemos de su significado y las creencias desarrolladas dónde se desprende la cultura, y lo que somos, puede suceder el robo.
Ese es el efecto del ultimátum que entrega el imperialismo, liderado por Estados Unidos, a la resistencia, y que Thiong`o llama : “acepta el robo o muere” porque el imperialismo arropa todo, en su fase colonial violenta con la bala, la espada y el padre nuestro, y neocolonial con la aniquilación de las creencias, con la escuela colonial (que Thiomg’o experimentó en Kenia), con la muerte de las lenguas maternas africanas, con el racismo epistémico que borra y niega nuestros conocimientos ancestrales y africanos, porque para Thiong`o:“La lengua fue el vehículo màs importante mediante el cual el poder fascinò y atrapò el alma. La bala era el medio de la subyugación física. La lengua era el medio de la subyugación espiritual”, dónde reposa el triunfo del imperialismo y neocolonialismo que sigue de por medio, controlando las economías, las políticas y las culturas de Àfrica.
Así, desde el abandono de las lenguas maternas africanas, y la necesidad de escribir en estás lenguas y hablarlas Thiomg’o se pregunta o nos pregunta, ¿Por qué que no se puede tener una traducción de estás lenguas africanas así como se tiene traducciones al inglés y francés? ¿Por qué desde nuestros espacios y voces no podemos pensar en apropiarnos y hablar en estás lenguas, sabiendo que está puede ser también una forma de luchar contra el imperialismo y el neocolonialismo? Y en últimas, y porque no, de romper con ese pensamiento, que hace pensar y creer, que hablar en una lengua africana puede ser vergonzoso y hablar el inglés o portugues puede ser maravilloso, un campo de posibilidades intelectuales y laborales.
Traigo aquí, un ejemplo, y es que en Colombia hay 68 lenguas nativas, 65 indígenas, 2 criollas de San Basilio de Palenque y San Andrés, y una del pueblo Romaní. Hoy todas son desconocidas por gran parte de la población colombiana, y no son habladas ni enseñadas en las instituciones educativas ni valoradas por la misma academia, pero el inglés, el francés y el portugués en los colegios y universidades son la prioridad, porque si entonces, no los hablas, incluso, no puedes acceder a un trabajo.
¿Cuál ha sido el daño y la no valoración que desde la academia en las instituciones colombianas le han hecho a las lenguas indígenas, criollas y del pueblo Romaní? Al no ser habladas, conversadas, y visibilizadas en las aulas de primaria, secundaria, y la universidad. ¿Acaso la academia no solo en Colombia sino también en el mundo necesita de la decolonialidad, para poder ser desatada, y hablar con el lápiz y el papel, con la voz desde una conferencia académica, y texto desde la escritura y narrativa de las lenguas africanas, indígenas, criollas y romanies? Y ¿Por qué estoy escribiendo esto en español, y ustedes lo están leyendo?
¿Cuándo estás lenguas maternas, nativas, ancestrales van a dejar de ser vista para muches, como un lenguaje extraño, cómo algo amontañado que no puede ser entendido jamás ?
En esta lectura contemporánea, Thiong’o nos cuenta de su experiencia propia en las escuelas coloniales en Kenia, África. Dónde saber hablar inglés y obtener los mejores puntajes en esta área era una premiación académica, que, aunque fueras africane, si hablabas inglés, te permitía acceder a las universidades elitistas, logro inalcanzable si solo supieras hablar Kikuyu, por ejemplo. Pero, y como Thiong’o lo plantea: “¿Qué le estaba haciendo el sistema colonial a los niños keniatas?” Cuando la lengua de su educación ya no era la misma de su cultura, cuando al inglés se le rendía pleitesía, y quien hablaba en lengua materna era castigade, ¿Qué fue lo que hicieron? Cuando estaban elevando de manera consciente su propia lengua colonizadora. Sí así, como Thiong´o lo dice: “la lengua y la literatura nos llevaban cada vez más lejos de nosotros mismos y de los demás, de nuestro mundo a otros distintos” donde el colonialismo sigue imponiéndose, ya no desde su conquista militar sino desde, y como lo dice Thiong´o, el dominio de las mentes , el dominio universal mental de les colonizades, en el control de su cultura, de cómo se perciben las comunidades a sí mismas, sus creencias, religiones, educación, historia, y literatura, porque es así, desde la pasión por la verdad que se desborda Thiong´o en este libro:
“En los siglos XVIII y XIX Europa robó innumerables tesoros artísticos africanos para decorar sus casas y museos. En el siglo XX Europa está robando los tesoros de la mente para enriquecer sus lenguas y sus culturas. África necesita recuperar el control de su economía, su política, su cultura, sus lenguas y todos sus escritores patrióticos”.
Texto de BETTY ZAMBRANO ZABALETA.