El problema de comparar la esclavitud con la explotación animal

¿Se puede empatizar con le otre cuando no le veo como un igual?

En el marco de los debates sobre raza que tanto me interesan, surge con frecuencia la tensión entre racismo y especismo, ya sea por el dualismo humanidad/animalidad o por las herramientas que utiliza gran parte del movimiento vegano, donde constantemente las personas negras son exhibidas en situaciones de explotación o tortura —ya sea en la época de la esclavitud, o no— para evidenciar así, como muchos de los mecanismos que usaban los esclavistas o supremacistas blancos como el Ku Klux Klan, son todavía utilizados contra los animales.

Desde el movimiento negro hay una postura específica: comparar a personas negras con animales no solo es racista, pues remite a la larga historia de animalización y deshumanización, sino que también es re-victimizante, porque son imágenes que nos afectan puntualmente a nosotres, en tanto remiten a un trauma transgeneracional.

No obstante, parece que esta comparación y el uso de estas imágenes, resulta necesario en un ejercicio por concientizarnos sobre nuestro especismo, me pregunto por qué, si efectivamente, imágenes de personas negras muriendo de hambre, escapando de la guerra, ahogándose en el Mediterráneo o siendo asesinadas por la policía son compartidas, difundidas y viralizadas sin ninguna clase de consideración y muchas veces sin ninguna clase de censura.

¿Qué nos hace pensar que al ver cómo comparan cuerpos negros con animales, va a generarse empatía hacia los animales, si es una reacción que ni siquiera sucede con nosotres? ¿Cómo puedo empatizar con le otre si no solo no me veo representade en elle, sino que le veo inferior a mí?

Empatizar con le otre implica identificarse con elle y verle como un semejante, justamente una de las cualidades más complejas de instaurar en el medio de una sociedad racista y especialmente desde la anti-negritud, que no únicamente designa nuestra condición de inferiores en las jerarquías raciales, sino que niega tajantemente nuestra humanidad, produciéndonos como seres salvajes y ahistóricos.

Esta posición en la base de las jerarquías raciales nos ha costado derechos, mejoras en nuestras posibilidades de existencia, acceso a garantías para la vida y eso lo sabemos, pero muy poco nos hemos preguntado por la empatía, por cómo el racismo nos ha privado de que pueda motivarse esa emoción hacia nosotres, no desde la porno-miseria o el amarillismo, ni tampoco desde una perspectiva de salvación blanca, sino desde nuestro posible acceso a un estatus ontológico, que nos ha sido denegado y que parece muy lejano en llegar.

En este sentido, quisiera concluir reformulando mi pregunta: ¿tiene sentido en la lucha por los derechos de los animales, comparar a animales con personas con quienes la mayoría del resto de la humanidad no empatiza?

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