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Fiesta Kilombo y Ebony Sunset, las plataformas culturales impulsadas por mujeres afrodescendientes que están haciendo la diferencia en Buenos Aires

En Buenos Aires, y de la mano de dos mujeres afroargentinas, y una afrocostarricense, en los últimos años se han impulsado dos proyectos culturales centrales en la escena local de la ciudad: Fiesta Kilombo, una plataforma de celebración y encuentro enfocada en visibilizar y exaltar la música negra y sus distintas formas de goce; y Ebony Sunset, una plataforma afrocentrada que vincula el arte y la música con la economía circular de emprendedores afrodescendientes. 

Ambos proyectos, hoy centrales en la agenda afro de Buenos Aires, parten de una intención por reconocer la importancia de la cultura y el encuentro como herramientas fundamentales de transformación para las comunidades negras desde el cuidado mutuo y la colectividad. Desde Afrocolectiva, hablamos con las fundadoras de Ebony Sunset, Florencia Gomes, conocida en la escena cultural como Dj Flauer, dj, actriz, activista y arquitecta afroargentina; Sharlyn Barquero, barista, bartender y dj afrocostarricense, conocida artísticamente como Dj Nina; y Karen Morán, dj, productora y curadora creativa afroargentina, conocida como Queen Kilombo, quien es además fundadora de Fiesta Kilombo, respecto al origen, el trayecto y la proyección de cada uno de estos espacios; entendiendo cómo se potencian el uno al otro y contribuyen a la promoción de la cultura afroargentina y de la diáspora en Buenos Aires.

P: ¿Desde qué necesidad e intención surge cada proyecto? ¿Cómo articulan ambos espacios en la visibilización de la cultura negra en Buenos Aires, y particularmente de la cultura afroargentina?

R: Nuestros proyectos nacen de una necesidad vital: la de crear espacios propios donde las personas negras no sólo estemos, sino que seamos protagonistas. Al llegar a Buenos Aires — Nina, costarricense, quien venía de girar por México— se encontró con una ausencia clara: había pocos bares y espacios donde compartir nuestras identidades afro desde la alegría, el arte y la celebración. Esa carencia se convirtió en un impulso para crear.

Kilombo surge del deseo de tener una fiesta para la comunidad afrodescendiente, un espacio de goce y baile donde la música negra marque el pulso y podamos encontrarnos desde el disfrute colectivo. Ebony, nace desde la intención de crear comunidad, visibilizar, potenciar y difundir: comenzó como una pequeña feria que combinaba arte, emprendimientos y música, y fue creciendo hasta convertirse en un encuentro y una celebración colectiva de las identidades afrodescendientes y racializadas en Buenos Aires.

Además, Ebony visibiliza la cultura afro a través de la economía, el arte y el encuentro comunitario. Las ferias permiten que personas afrodescendientes y racializadas muestren sus producciones, saberes y talentos generando oportunidades que van más allá del consumo: espacios de reconocimiento, orgullo y fortalecimiento colectivo.

Ambos proyectos se alimentan mutuamente y responden a la misma raíz: abrir caminos para la cultura negra en Buenos Aires, especialmente para la cultura afroargentina, históricamente invisibilizada. Mientras Kilombo pone el cuerpo en la pista y construye comunidad a través de la música y la fiesta, Ebony genera instancias de difusión, reflexión y celebración artística. La energía que vibra en uno encuentra eco en el otro: lo que se vive en Kilombo se proyecta en Ebony, y la visibilización que Ebony impulsa se refleja en la comunidad que convoca Kilombo. En conjunto, ambos espacios siguen tejiendo caminos de orgullo,encuentro y resistencia desde el goce.

P: ¿Qué aprendizajes les ha dejado gestionar y producir espacios de encuentro para la comunidad afro en Buenos Aires como lo son Ebony y Kilombo?

R: Primeramente, somos la continuidad de un trabajo activista y cultural que se viene gestando hace décadas en nuestro país. Honramos a nuestres ancestres, a quienes estuvieron antes que nosotras sembrando caminos, y reconocemos los espacios, fiestas y festivales que ya han existido, porque de ellos aprendemos y nos inspiramos.

Gestionar y producir Ebony y Kilombo nos ha dejado aprendizajes profundos, tanto personales como colectivos. Entendemos que crear estos espacios para la comunidad afro no es solo un trabajo cultural: es militancia, resistencia y sanación. Cada encuentro nos recuerda que la necesidad de espacios que nos representen es enorme: la comunidad responde con fuerza, con ganas de bailar, crear, reconocerse y encontrarse. La devolución de la gente ante las actividades que proponemos es siempre muy positiva, y ver a personas negras compartiendo saberes, disfrutando sin ser observadas con rareza, nos confirma que estos proyectos son mucho más que eventos: son actos de afirmación colectiva y de pertenencia donde celebramos nuestra identidad.

Aprendimos que sostener estos espacios requiere responsabilidad, coherencia, organización, creatividad y alianzas, porque estamos abriendo caminos en una ciudad donde la negritud sigue siendo negada. También somos conscientes de que sostenerlos implica crecer y mejorar continuamente, aprendiendo de la experiencia y adaptando nuestros proyectos. Entender la importancia de construir y apostar a la comunidad, y de trabajar en equipo por un bien mucho mayor que el nuestro individualmente, es central en nuestro aprendizaje.

Uno de los mayores ejemplos de esto fue producir “Somos Grandes” Capítulo Argentina en 2024, donde hubo que acudir a nuestra red comunitaria para aunar fuerzas y manos, salir de nuestra zona conocida y lograr un gran propósito. Tuvimos actividades variadas con personas y grupos de distintos espacios, y gran parte de la comunidad estuvo presente esos días. Aprendimos que hay una conciencia creciente sobre la importancia de apoyar las actividades que las personas negras llevamos adelante, y que son para nuestra comunidad. 

Proyectos como Ebony y Kilombo nos enseñan que crear y sostener espacios afrodescendientes es un aprendizaje constante, un acto de amor, resistencia y orgullo. Nos impulsa a seguir creciendo, mejorando y celebrando colectivamente, transformando la historia, la invisibilización y las heridas en encuentro, goce y poder compartido.

P: ¿Qué representa para ustedes que fiestas y festivales que celebran la cultura negra como Kilombo y Ebony, se posicionen como referentes en la escena cultural local de una ciudad como Buenos Aires?

R: Para nosotras significa un logro y un reconocimiento enorme. Y, al mismo tiempo, una gran responsabilidad. Que Kilombo y Ebony se posicionen como referentes en la escena cultural de Buenos Aires quiere decir que estamos construyendo camino: contribuyendo a la visibilidad de la cultura negra y de nuestros talentos y conocimientos, en una ciudad y un país que históricamente ha negado nuestra existencia.

Representa mucho más que organizar fiestas o eventos: es crear espacios donde la comunidad afro pueda verse, escucharse y sentirse protagonista. En una ciudad blanqueada históricamente, donde se nos negó durante generaciones, que una fiesta negra tenga visibilidad, convocatoria y peso cultural es romper con la idea de que la negritud no existe en Argentina. Para nosotras, venir, crear comunidad y compartir nuestra cultura a través de la música es un logro profundo y un motivo de orgullo, tanto personal como colectivo.

También representa una respuesta a una necesidad compartida: la de tener espacios donde encontrarnos, reconocernos, compartir nuestras culturas, nuestros cuerpos y nuestra música sin ser exotizadas ni tener que justificarnos. Ebony y Kilombo no son espacios que busquen encajar, sino existir en libertad y en comunidad.

Ser referentes nos llena de orgullo, pero también de responsabilidad. Sabemos que no estamos haciendo solo una fiesta sino que estamos abriendo camino para otres, generando memoria, y construyendo futuro desde una mirada afrocentrada. Nos emociona pensar que nuestros proyectos no solo generan disfrute, sino que también abren espacios donde nuestra comunidad se siente reconocida, celebrada y protagonista.

P: Desde Ebony Sunset han participado de iniciativas de impacto regional como

“Somos Grandes”, el primer estudio sobre afroemprendedurismo en América

Latina impulsado por CAF junto a Feira Preta, y la producción de la edición Argentina, de ‘Conecta Latinas”¿De qué forma estas articulaciones regionales enriquecen su trabajo local con la comunidad afro en Argentina?

R: Consideramos que las articulaciones regionales son fundamentales, principalmente teniendo en cuenta lo que el trabajo antirracista significa para Ebony. Haber tenido la posibilidad de articular y estar en contacto con iniciativas de Brasil y Colombia, dos países referentes en términos de avances sociales y políticos para las comunidades negras, fue de mucho aprendizaje en términos de gestión cultural negra y de debates locales respecto a las reivindicaciones de nuestras comunidades, principalmente. 


Participar de estas iniciativas nos permite sentar precedentes y abrir caminos. En el caso de la presentación del primer estudio de afroemprendedores en Argentina, nos brindó la posibilidad de conocer la existencia de otros emprendimientos nacionales, tener un documento formal y acceder a datos sobre el estado de situación de las personas afroemprendedoras, generando un insumo con el cual poder empezar a trabajar para fortalecer –incluso desde los activismos– esa comunidad emprendedora, y exigir a futuro mejores condiciones de trabajo, crear alianzas estratégicas, etc. 


En un país tan particularmente racista como Argentina, donde se promueve la cultura negra sin personas negras —en cualquier ámbito que podamos imaginar—, este tipo de colaboraciones nos brindan  un marco de formalidad que, muchas veces es necesario para que la blanquitud considere nuestro trabajo. Y, al mismo tiempo, nos posiciona como parte de una red mucho más amplia y nos recuerda que nuestro trabajo no se limita al ámbito local, sino que forma parte de un movimiento regional que crece y se fortalece.

Además, por las particularidades del contexto argentino —donde hemos avanzado en términos de reconocimiento, pero aún no en aspectos económicos ni en políticas públicas reparatorias—, acceder a este tipo de recursos hace posibles encuentros con gran convocatoria que son fundamentales para nuestra comunidad. Gracias a ello, logramos acercarnos a distintas discusiones y diálogos sobre afroemprendimiento, formación y fortalecimiento político para mujeres, lesbianas, bisexuales, travesti-trans y no binaries afrodescendientes, además de  fortalecer la visibilidad de talentos afrodescendientes en otros países, demostrando que la articulación y el trabajo conjunto transforman realidades.

P: Hace poco Fiesta Kilombo cumplió su segundo aniversario, un tiempo que parece poco para el crecimiento exponencial que ha tenido la fiesta dentro de la noche porteña, y especialmente dentro de los espacios de goce que convocan a la comunidad afro de la ciudad, ¿A qué crees que se debe esta acogida y este posicionamiento de Kilombo como un espacio clave de disfrute de la cultura negra?

R: El crecimiento y la acogida de Kilombo se deben ante todo a la constancia que hay detrás del proyecto. Cuando se hacen las cosas con pasión, enfoque y responsabilidad, este será el resultado, pese a muchas trabas que pueda haber en el camino. También se debe al enfoque político y activista que pongo en ella. No me interesa en absoluto que Kilombo sea solo una fiesta, mi apuesta es a que sea un espacio de encuentro donde la comunidad se siente representada. Además, tiene un eje musical que lo diferencia de otros eventos, porque en Kilombo suenan géneros y sonidos que en la mayoría de las fiestas no se escuchan. Esa propuesta marca la diferencia y conecta a la gente de una manera única.

Las personas no vienen solamente a bailar: vienen a reconocerse, a encontrarse con otres, a sentirse parte de algo más grande. Vienen a disfrutar y a escuchar música que les conecta con su raíz, con su país, con su infancia y su familia. Por eso Kilombo, también es un espacio muy especial para las personas afro que además son migrantes en esta ciudad.

El proyecto creció porque responde a una necesidad real: tener un lugar propio donde lo afro sea el centro. Ese sentido de pertenencia, sumado a la constancia y al trabajo hecho con amor, cuidado y coherencia, es lo que hizo que en tan solo dos años este espacio se convierta en un referente de disfrute de la cultura negra en Buenos Aires.

P: ¿Qué proyectos y objetivos a futuro se vienen para ambos proyectos, y para ustedes individualmente como productoras y DJs?

R: Respecto a Ebony, nuestro objetivo es consolidar y hacer crecer nuestra plataforma, seguir generando espacios para el afroemprendimiento y articular con artistas y espacios negros locales e internacionales, profundizando la visibilidad de la cultura afroargentina y afrodiaspórica.

Por parte de Kilombo, uno de sus objetivos también es seguir expandiéndose. Traer artistas internacionales, potenciar los formatos ya establecidos como Kilombo Corta Semana, y generar más contenido para las plataformas audiovisuales. Para el verano se vienen grandes colaboraciones con países de fuerte riqueza afrocultural, y antes de que termine el año planeamos lanzar una de las colaboraciones más hermosas y significativas hasta ahora. El objetivo es seguir creando experiencias únicas donde la música negra sea protagonista, la comunidad se encuentre y se sienta celebrada, y nuestros proyectos sigan abriendo caminos para la cultura afro en Buenos Aires y más allá.

A nivel personal, cada una de nosotras también tiene objetivos de crecimiento y formación:

Flor se dedica actualmente al estudio académico de la población negra argentina, especialmente en cuanto al derecho a la ciudad y al hábitat, y busca producir espacios donde estas temáticas se puedan abordar desde el activismo antirracista. Ser Dj fue y sigue siendo una de las experiencias más lindas y disfrutables para ella, y pretende seguir formándose y participando en eventos afrocentrados.

Nina se ha formado buscando abrir nuevos caminos para seguir creando y conectando con escenas y territorios que hacen parte de ella, y que además siempre la han inspirado. Es parte de una búsqueda de crecimiento y expansión por medio de colaboraciones y nuevos lenguajes sonoros de la diáspora africana. Su sonido está pidiendo otros paisajes, otras ciudades y otros cuerpos en movimiento.

Karen está enfocada en lograr su primera gira internacional, cuyo primer destino será Colombia, para lo cual también está llevando adelante una campaña de recaudación. 

Su deseo es conectar con artistas y comunidades que representen esa riqueza cultural, y crear puentes con nuestra afrodiaspora. Luego de Colombia, su intención es llegar a otros países, y para el 2026 está planeando lograr una de sus mayores producciones hasta la fecha, además de seguir formándose como productora para así poder hacer cada vez más profesional su trabajo.

Como colectivo, nos impulsa la intención de seguir fortaleciendo nuestros proyectos y la comunidad afro. Siempre desde el goce, la resistencia y el orgullo compartido.

Una entrevista de Alejandra Pretel a las creadoras de Ebony Sunset y Fiesta Kilombo.

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