Las experiencias discriminatorias impactan a nivel celular en el cerebro hasta el punto de acortar la esperanza de vida.
Como animales sociales que somos, experimentar la discriminación del grupo no solo provoca un daño significativo en nuestra salud mental, sino que también roba tiempo de vida. Un nuevo estudio llevado a cabo por varias universidades canadienses y estadounidenses ha demostrado que las personas que han sufrido racismo tienden a envejecer más rápido, por el deterioro que provoca el rechazo en el cerebro a nivel celular.
La investigación, publicada recientemente en la revista JAMA Network Open, demuestra que las mujeres negras que estuvieron expuestas con mayor frecuencia al racismo tenían las redes cerebrales marcadas por la extrema vigilancia y la rumiación, que en psicología se define como el hecho de darle vueltas a un pensamiento o problema de forma inconsciente y obsesiva, generándonos malestar. A su vez, estos patrones del cerebro se relacionaron con un envejecimiento biológico acelerado.
Los neurocientíficos ya sabían que el estrés acelera el reloj biológico, exponiendo a las personas a enfermedades cardiovasculares o diferentes tipos de demencia. Además, todos los estudios epidemiológicos muestran que las personas negras padecen estos problemas de salud a una edad mucho más temprana que las personas blancas, lo que pone sobre la mesa las disparidades de ritmo del envejecimiento.
Las experiencias discriminatorias que sufren las personas negras, especialmente las mujeres, activan en el cuerpo una respuesta de estrés que ser relaciona con una mayor actividad en las regiones del cerebro destinadas a procesar las amenazas. Una de ellas, llamada locus coeruleus, promueve la excitación y la vigilancia. La otra, el precuneo, se activa cuando reprimimos nuestras emociones. Los cambios cerebrales que se dan en ambas regiones del cerebro ante un episodio discriminatorio son los que aceleran el envejecimiento celular.
A diferencia del biológico, este tipo de vejez celular se mide por un reloj epigenético, que evalúa cómo el medio ambiente afecta al envejecimiento molecular. La epigenética es el campo de estudio que pone el foco en los cambios que se producen en nuestro ADN a causa de nuestro entorno. Si los valores del reloj epigenético son altos, esto implica que la edad biológica es mayor que la edad cronológica.
La discriminación tiene un coste
Los hallazgos de este estudio indican que el espacio que ocupan en la mente de las personas las experiencias de discriminación o racismo tienen un costo a nivel biológico, hasta el punto de acortar la esperanza de vida.
Sin embargo, los investigadores reconocen que todavía existen vínculos que no acaban de comprender. Además, no midieron las respuestas de afrontamiento como la rumia y la vigilancia en tiempo real, es decir, en el momento en el que las personas sufrían la discriminación. Tampoco saben cómo pueden afectar otros factores del entorno, como el género, la orientación sexual y la clase, aunque se observa su influencia en un envejecimiento acelerado y varios problemas de salud.
Los responsables del estudio aclaran que los próximos pasos consistirán en utilizar mediciones en tiempo real del racismo cotidiano junto con mediciones fisiológicas y neuroimágenes para profundizar en la investigación.
Fuente: Infobae