Me miro al espejo y me encanta lo que veo…
veo mi cuerpo tan negro como el ébano, tan mío como mis suspiros..
Mi negritud no me avergüenza
Mi negritud no me apena
Mi negritud colorea los días grises que a veces existen
Mi negritud roba suspiros
Mi negritud me da vida
Mi negritud se ondea como las olas del mar en el manglar
Mi negritud tiene sabor:
Sabe a viche, tumbacatre, arrechón y borojó
Mi negritud baila al son del cununo, la marimba el guasá y el tambor.
Mi negritud es lo mejor que mis ancestros me pudieron dejar, sin mi negritud no sería lo que soy hoy…una negra prieta a mucho honor.
Mis caderas anchas y mi nariz ñata demuestran mi casta…
Y es que vengo de esa África negra de donde mis ancestros fueron sacados y esclavizados, dejando sueños y vidas para trabajarle al amo…
Mi cabello afro es frondoso como las selvas tropicales que hace de mi negritud el mejor de los lugares, aquí vivo, amo, lloro y rio, orgullosa estoy de mi negritud, esa que por tantos años sufrió.
Autora: Ginna Litceth Ramos Castillo
Abogada-Conferencista-columnista
Colombia