Los cuatro principales partidos a nivel estatal presentan grandes diferencias sobre el papel en cuanto a su mirada a las fronteras. Del discurso sobre la “invasión” a la propuesta de cerrar los CIE, pasando por la concepción de la migración como un problema de “gestión” o “seguridad” repasamos las propuestas electorales sobre la mesa.
En una especie de paralelismo premonitorio, la precampaña y campaña electoral para los comicios del próximo domingo 23 de julio, han coincidido con la formación de gobiernos municipales y autonómicos salidos de las elecciones del 28 de mayo. Las medidas y decisiones que han puesto sobre la mesa muchos de los gobiernos de derecha que han unido en diversas alianzas y equilibrios a Partido Popular y Vox se han centrado en cuestiones presupuestarias (subidas de salario), culturales (censura de obras), y organizativas (cierre de oficinas dedicadas a igualdad) que han motivado la alerta de una gran parte de la sociedad civil, y que tanto PSOE como Sumar han señalado como peligrosas para la salud democrática del país.
Sin embargo, una de las cuestiones más polarizantes aparentemente, convertida en estandarte de la extrema derecha ha quedado desdibujada en las intervenciones de los políticos y políticas. El control de fronteras, la mirada ante la migración, las políticas de asilo, o el antirracismo no parecen estar en la primera línea de la discusión electoral de cara al 23J. Pero aunque propuestas y contrapropuestas no han tomado relevancia en los telediarios, es pertinente hacer un breve repaso de cómo cada uno de los principales partidos con presencia estatal concibe la migración y qué modelo migratorio propone.
Un PSOE como si el 24J nunca hubiera sucedido
En el programa electoral del PSOE, en lo que respecta a migraciones, no hay grandes giros argumentales. El texto, que entrelaza los conceptos de convivencia y seguridad ciudadana, se habla de “una administración pública inteligente (…) que actúe desde los principios de transparencia y buen gobierno”, y alude a una “memoria democrática, a partir de los principios de verdad, justicia y reparación” o una “adecuada integración de las personas migrantes con una política migratoria sustentada en el control de las fronteras y el respeto a los derechos humanos (sic)”. Una carta de buenas intenciones que choca con una gestión marcada por la masacre de Melilla.
En su documento programático el PSOE hace varias menciones a sus principios a favor de los derechos humanos. “Las y los socialistas somos firmes defensores del concepto de ‘seguridad humana’, aquella que garantiza la libertad y los derechos sin perder de vista las condiciones materiales que son causa de la inseguridad”.
El PSOE diagnostica la presencia migrante como un “desafío” y apunta a la necesidad de “estar preparados para gestionar la llegada de personas migrantes de una manera beneficiosa y posible para ambas partes”
En ese marco, tras señalar entre los principales problemas “la lacra de la trata de personas”, se propone el proyecto de aplicar “una política migratoria que reduzca llegadas irregulares y que salve vidas”. Para resolver esta complicada ecuación —cuanto más se lucha contra la migración irregular en la frontera más vidas se pierden por falta de auxilio o al forzar a las personas a tomar vías cada vez peligrosas— el PSOE, que mantiene cerradas las oficinas de asilo en las embajadas, y dificulta el acceso a visados por cuestiones como reagrupación familiar, anuncia:
“Potenciaremos una estrategia que desmantele las mafias que trafican con seres humanos en los países de origen”, y “reforzaremos las capacidades de la Oficina de Asilo y Refugio”.
El PSOE diagnostica la presencia migrante como un “desafío” y apunta a la necesidad de “estar preparados para gestionar la llegada de personas migrantes de una manera beneficiosa y posible para ambas partes”. El partido mayoritario en el gobierno, que se sitúa en tercer lugar en la Unión Europea en el número de solicitudes de asilo denegadas se felicita por su actuación para evacuar Afganistán, o dar cabida a las personas venidas de Ucrania, acogiendo a más de 178.000 ciudadanos de este país.
Partiendo de este diagnóstico, el PSOE afirma que se incrementará las capacidades del sistema de acogida, reforzándose la gestión pública y estable. No debería resultar particularmente difícil mejorar la eficacia de un sistema que solo aceptó el 16,4% de las peticiones de protección internacional recibidas durante 2022. Mientras tanto, la formación política apela al consenso internacional, apostando por la colaboración con Acnur, la OIM, o la UE. El partido socialista destaca también su intención de reforzar la red de acogida para las víctimas de violencia de género o de LGTBIfobia.
El partido socialista reivindica las dos reformas del reglamento de Extranjería acometidas por el ministro Jose Luis Escrivá: la que facilita el acceso al permiso de residencia a los menores ex-tutelados, y la que agiliza la residencia a través de la formación.
“El PSOE pone en valor la contribución de las personas migrantes al desarrollo y prosperidad del país y por ello abogamos por una migración regular, segura y ordenada que garantice la plena inclusión social y laboral de las personas migrantes”, se afirma en el documento, poniéndose énfasis en la contribución económica y la integración laboral de las personas migrantes y apuntando a que esa será la vía que se seguirá durante la legislatura: con una apuesta sobre la controvertida “migración circular”, la simplificación de los procedimientos —en un sistema que sigue lastrado por la carestía de citas—, o la compatibilidad entre formación y trabajo.
Por otro lado, el PSOE propone mejorar el Pacto de Migración y Asilo, hablando de trabajar en el marco europeo por un nuevo Pacto “que esté en línea con los valores de dignidad humana y solidaridad establecidos en nuestros tratados”.
El partido socialista también incorpora en su programa el discurso antirracista “para combatir el racismo no solo basta con ser no racista: hay que ser antirracista”, apunta, señalando la necesidad de “identificar las causas que provocan la discriminación racial y trabajar por una educación en valores”. Acto seguido, califica a España como un “país de acogida y solidario”.
En lo relativo al racismo, el PSOE se compromete a aprobar un Plan contra el mismo, en el marco del Plan de acción de la Unión Europea Antirracismo 2020-2025. El texto no alude al proyecto de ley contra el racismo paralizado en la legislatura que recién se cierra. Sí apunta a la necesidad de programas de evaluación de la discriminación, pero no se pronuncia sobre la demanda de incluir datos y estadísticas que recojan la racialización, como demandan muchos colectivos. Explicita también que la estrategia apostará por la prevención y la sensibilización, dando visibilidad en los medios, particularmente los públicos, a personas racializadas que representen la diversidad cultural del país.
El programa del PSOE se reserva un apartado específico para el antigitanismo, apuntando a que se aplicarán las medidas comprendidas en el Pacto de Estado contra el Antigitanismo y la Inclusión del Pueblo Gitano, en coordinación con la implementación de la Estrategia Nacional para la igualdad, inclusión y participación del pueblo gitano 2020-2030. Se compromete a “garantizar la aplicación de los principios de verdad, justicia y reparación”.
Como el resto de los partidos, y con el caso Vinicius relativamente reciente, el PSOE aborda la cuestión del racismo en el deporte. “Lideraremos, junto a las federaciones deportivas, ligas y otras instituciones del deporte, una estrategia conjunta para la erradicación de la violencia, el odio, el racismo y la xenofobia en el deporte”, desarrolla, antes de mencionar que también se intervendrá, de la mano de la sociedad civil, en el ámbito educativo.
El PP y la seguridad en la frontera como sentido común
Durante la última legislatura la migración no parece haber sido un eje de enfrentamiento entre los dos grandes partidos del bipartidismo, más allá de disensos más bien performativos en momentos puntuales. Poner la mirada (y las fuerzas de seguridad) en la frontera parece un consenso en torno al que gobierno y oposición se aúnan sin grandes disensos.
En el caso del PP la puesta en valor de las fuerzas de seguridad, eso sí, es más explícita: “fortaleceremos las capacidades en medios, tecnología y coordinación de la Policía Nacional y la Guardia Civil en la gestión integrada de fronteras, potenciando los cometidos de la Autoridad Nacional de Coordinación para la inmigración irregular”. El PP también subraya su adhesión al polémico “nuevo Sistema Europeo de Registro de Entradas y Salidas y del Sistema Europeo de Información y Autorización de Viaje, así como la coordinación y participación en las actividades de FRONTEX”.
Los conservadores también muestran su voluntad de agilizar el retorno cuando se cometen delitos en España, apostando por mejorar los acuerdos con países de origen o tránsito y apelando a la necesidad de “mitigar” el efecto llamada. En este sentido, relaciona los vínculos con los países del Magreb con los ámbitos de migración y seguridad, asentando un binomio que no suele ser muy halagüeño para los derechos de las personas migrantes. Cuando se habla de las relaciones con Medio Oriente, aparecen significativamente concatenados, entre los temas importantes a abordar con esa región: “desafíos como las migraciones, el terrorismo o la intolerancia religiosa”.
“Fortaleceremos las capacidades en medios, tecnología y coordinación de la Policía Nacional y la Guardia Civil en la gestión integrada de fronteras, potenciando los cometidos de la Autoridad Nacional de Coordinación para la inmigración irregular”, propone el PP
Respecto al Mediterráneo, el PP apuesta sin ambages por la aplicación del Pacto Europeo de Migración y Asilo tal como está. Mientras, en el apartado de África apunta a los tratados internacionales para afianzar “la lucha contra el terrorismo y el tráfico de seres humanos, la migración irregular y el auge de fundamentalismos”, todo en la misma frase.
Por último, el PP también apunta a la necesidad de combatir el racismo en el deporte.
Sumar: una agenda ambiciosa en un contexto adverso
El programa de Sumar retoma el espíritu de los programas que en los últimos ciclos políticos ha llevado adelante Izquierda Unida o Podemos, entre otros partidos a la izquierda del arco electoral, y que recogen demandas que, dada la correlación de fuerzas, parecen de difícil concreción.
Sumar, de hecho, plantea un amplio apartado antirracista en el que se incluye, esta vez sí, la demanda de una Ley integral contra el racismo, y se introduce el marco de la justicia racial.
En un nivel pragmático, y con mayor detalle que el PSOE, apunta a agilizar la burocracia migratoria, facilitando los procesos tanto en extranjería como en los consulados. “Se desarrollará una aplicación móvil que acompañe en los procedimientos de información de las personas emigradas e inmigradas”, se llega a concretar.
El programa de Sumar incluye la demanda de una reforma en la ley y el reglamento de extranjería para que se “introduzca un procedimiento de regularización permanente”
El texto también recoge la demanda de una reforma en la ley y el reglamento de extranjería para que “introduzca un procedimiento de regularización permanente”. Además, apunta a la necesidad de avanzar en el reglamento de la Ley de Asilo, una demanda de los movimientos desde hace tiempo, así como a sistematizar la protección internacional por vía diplomática y la capacidad de pedir refugio en los consulados y embajadas, de acuerdo al artículo 38 de la Ley de asilo, facilitando el traslado a España de las personas a las que se haya concedido protección.
La coalición también incluye demandas de los colectivos migrantes como la homologación de títulos, la modificación de los controvertidos procesos de determinación de edad para los menores que viajan solos, el acceso a la nacionalidad de las infancias de origen migrante, el acceso universal al Sistema Nacional de Salud, la participación política de las personas migrantes en las elecciones, y el cierre de los CIE.
Sumar se plantea asimismo intervenir frente a los grupos juveniles estigmatizados desde una mirada que no sea la punitiva y policial, sino con medidas enfocadas a facilitar la inclusión de esos jóvenes, al tiempo que apuesta por prohibir las paradas por perfil racial policial, así como modificar la “ley mordaza”.
En el contexto europeo, plantean la necesidad de reformar Frontex y Europol, con el fin de democratizar las organizaciones, y exigirles responsabilidades políticas. “Una política de movilidad humana con los derechos humanos en el centro”, implica, se recoge en el texto de Sumar, el “Abandono del paradigma securitario y de las devoluciones sumarias”. En este marco también se plantea un nuevo Pacto de Migración y Asilo, y la necesidad de establecer corredores humanitarios.
Así, en el programa de Sumar se propone la aplicación de la Ley de Transparencia en los acuerdos migratorios con terceros países, la prohibición de las devoluciones en frontera, y la introducción de mecanismos de monitoreo. Como ya hicieran PSOE y PP; Sumar también incluye en su programa una batería de medidas —más extensa que en los otros partidos— para combatir el racismo en el deporte.
Vox: relato de extrema derecha sin tapujos
Una vez más Vox conecta en su programa electoral el imaginario de la defensa nacional con lo que presenta como “la amenaza” de la migración. Para ello no tiene reparo en hablar de inviolabilidad de las fronteras para justificar el “despliegue militar en las fronteras de Ceuta, Melilla y Canarias para garantizar la protección de esos territorios ante invasiones promocionadas desde estados vecinos u organizaciones internacionales”.
Con un texto que es puro relato ideológico, el partido de extrema derecha incide una y otra vez en el léxico de la invasión, calificando a las políticas migratorias actuales como “de puertas abiertas”, y abogando por una consulta al “pueblo español” “sobre las políticas migratorias y la expulsión de inmigrantes ilegales”.
El partido apunta por un “bloqueo naval” de las costas españolas, y la alienación con otros países del Sur de Europa para “la protección de fronteras”, entre otros intereses comunes. El texto de Vox agita el fantasma del “globalismo” y la “migración descontrolada”, reconociendo solo a los inmigrantes, que lleguen legalmente, “y respetan nuestro modo de vida”.
Al modo del resto de los partidos fascistas de Europa, Vox se reserva un apartado para hablar de inmigración e identidad nacional, atacar el “multiculturalismo”, y agitar las teorías conspiratorias según las cuales las élites económicas se sirven de las migraciones para atacar y explotar a la población autóctona.
Además, el partido toma la ofensiva contra las organizaciones que ayuden a personas migrantes en situación irregular: “Endureceremos las penas contra las mafias de la inmigración ilegal, así como para quienes colaboren con ellas, ya sean ONGs, empresas o particulares”, apuntan.
El programa del partido de ultraderecha contiene la amenaza, claramente contraria al derecho internacional, de que toda persona que haya entrado irregularmete al estado español, sera incapacitada para regularizar su situación en España de por vida, mientras pretenden descartar el arraigo como forma de regularización. También se plantean cerrar los centros de Menores extranjeros no acompañados —algo difícil dado que no existen como tales, y estos jóvenes están en centros de menores no necesariamente migrantes—, y repatriar a todos estos niños y niñas, continuando con un clásico de su discurso racista.
Por último insisten en su preferencia por una migración selectiva por criterios culturales y raciales que privilegie a Latinoamérica, y planean restringir el acceso a la nacionalidad: “La concesión de la nacionalidad debe ser fruto del esfuerzo por integrarse en nuestra nación y las personas que logren adquirirla deben poder sentirse orgullosas”. Frente a esa preferencia por lo que llaman la Iberoesfera, en el documento de Vox se señala como conceptos enemigos asociados a la migración el fundamentalismo islámico, las mafias, el terrorismo o las pandillas.
Una vez expuestas las propuestas respecto a migración, refugio y racismo, y teniendo en cuenta el marco europeo, queda por ver cómo quedará la correlación de fuerzas en el Congreso de los diputados, y si en caso de ganar el bloque conservador, Vox conseguirá imponer su marco al PP, cuyos planteamientos no parecen muy distantes de su partido amigo. En vista de los últimos cuatro años, más complejo parece que Sumar pueda alterar en gran medida las políticas migratorias que el PSOE acaba por poner en marcha. Mientras apenas se habla de la cuestión migratoria, las personas migrantes se juegan mucho en las elecciones del domingo.
Fuente: Sarah Babiker, El Salto Diario