¿Por qué se celebra el Día de Acción Global por un aborto legal y seguro?

Origen, evolución y situación global actual del derecho al aborto

El origen de esta efeméride se remonta a la Argentina de 1990, en el ámbito del V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, una iniciativa para conmemorar el Día Latinoamericano de la Imagen de la Mujer en los Medios de Comunicación que lleva vigente 32 años.

La delegación brasileña propuso el 28 de septiembre como fecha para impulsar la acción Global por un aborto legal y seguro por ser el aniversario de la promulgación en Brasil de la Ley de Libertad de Vientres (1871), por la que se consideraron libres todos los hijxs nacidos de mujeres esclavizadas.

Desde entonces, el movimiento feminista ha decidido apoyar esta causa y a través de campañas, charlas y seminarios se ha dado a la tarea de garantizar el acceso al aborto legal, libre y seguro en toda la región de América Latina y el Caribe.

Organizaciones de todo el mundo pusieron sus ideas en común en un documento, que fue presentado ante las Naciones Unidas en la 42ª sesión de los Derechos Humanos, con la finalidad de defender el derecho al aborto seguro.

Este procedimiento de interrupción del embarazo ha sido, y sigue siendo, un asunto de debate a nivel mundial, sobrepasando el ámbito polítco y, en la mayoría de las ocasiones, ignorando los reclamos y consignas de quienes realmente se ven afectadxs por ello. 

Mientras muchas personas siguen debatiendo sobre si aborto sí o aborto no, desde Afrocolectiva enfocamos la conversación hacia la seguridad y las garantías para abortar, en los estados donde ya es un derecho.

En conmemoración de este día, Amnistía Internacional ha hecho un repaso en su último artículo sobre la evolución y estado de esta ley, tanto fuera como dentro de Europa:

Sobre el aborto: avances y retrocesos

«Europa lleva más de 60 años liderando la tendencia mundial a la liberalización de la legislación sobre el aborto y del acceso de las mujeres y otras personas susceptibles de embarazo a un aborto seguro y legal. Es el continente donde el derecho al aborto seguro está más extendido y los avances son continuos.

Irlanda fue el último país en despenalizarlo a finales de 2018. Más recientemente, el 26 de septiembre de 2021, hubo una rotunda votación popular a favor de reformar la prohibición del aborto en San Marino, vigente desde hace 156 años. 

Y en España, el Proyecto de Ley Orgánica por el que se modifica la Ley Orgánica 2/2010 de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, que se encuentra en trámite parlamentario, contiene importantes avances respecto a la actual legislación. 

Entre ellas, permitirá el acceso al aborto a las adolescentes de 16 y 17 años y a las mujeres con discapacidad, sin necesidad de la autorización de sus progenitores o tutores. Además, promueve la eliminación de barreras en el acceso, como el llamado “plazo de reflexión” y la obligatoriedad de recibir información acerca de recursos y ayudas disponibles en caso de continuar con el embarazo. Y se regulan la denegación de servicios por motivos de conciencia (“objeción de conciencia”), de manera que se garantiza la prestación del aborto en los servicios públicos. 

Aún quedan también por resolver en la ley cuestiones pendientes de derechos humanos, como la garantía del acceso al aborto en situaciones de emergencia, y también acometer la reforma del Código Penal para la eliminación del aborto de la legislación penal, de conformidad con el derecho internacional de los derechos humanos.

Entre los retrocesos más graves en el acceso al aborto legal y seguro en Europa se encuentra el caso de Polonia, cuya legislación sobre el aborto es una de las más restrictivas de Europa desde que, en octubre de 2020, el muy cuestionado Tribunal Constitucional de Polonia, declaró inconstitucional el aborto por malformación mortal o grave del feto. 

Eliminó así uno de los pocos supuestos legales permitidos del aborto, al que se acogían más del 90% de los aproximadamente 1.000 abortos practicados anualmente en el sistema de salud de Polonia. 

Además, el país ha empezado a procesar a defensoras de derechos humanos por ayudar a embarazadas que necesitan un aborto sin riesgos, como Justyna Wydrinska que se enfrenta a tres años de cárcel. 

Otro país que ha seguido esta nefasta estela contra los derechos humanos de las mujeres y los cuerpos gestantes es Hungría, que recientemente ha firmado un decreto que obliga a quienes están en embarazo y quieran abortar, a escuchar los latidos del feto, un preocupante retroceso que hará más difícil el acceso al aborto y traumatizará aún más a quienes ya se encuentran en situaciones difíciles respecto al acceso a este derecho.

En América la legislación ha avanzado en numerosos países como Chile, Argentina, Ecuador, México y Colombia, pero sigue siendo el continente con mayor número de países que prohíben totalmente el aborto; como El Salvador, que el pasado mes de mayo condenó a una mujer a 30 años de prisión por homicidio agravado por sufrir una emergencia obstétrica

Y el reciente y grave retroceso de casi 50 años en Estados Unidos, cuando el pasado 24 de junio de 2022 el Tribunal Supremo dictaminó que dejará de proteger el derecho al aborto y que, por lo tanto, serán los estados los que regulen este derecho. 

Esto originó una respuesta inmediata por parte del presidente Biden, que firmó una orden ejecutiva para salvaguardar el derecho al aborto y la protección de la intimidad de los y las pacientes, entre otras protecciones de los servicios de aborto. 

Además, en Kansas, un estado muy conservador, se blindó el derecho al aborto cuando en agosto la población de este Estado, votó mayoritariamente a favor de que su legislación siga protegiendo este derecho, manteniéndose como un “Estado refugio” para las mujeres. 

En septiembre, en un nuevo y peligroso ataque a este derecho, el senador Lindsay Graham ha introducido un proyecto de ley en el Senado de Estados Unidos que prohibiría en todo el país la mayoría de los abortos después de 15 semanas, lo que, de promulgarse, supondría una prohibición nacional del aborto. Esto contrasta con el caso de Canadá, donde el acceso al aborto es un procedimiento médico gratuito que no tiene regulación ni barreras específicas.

En Asia, que representa una quinta parte de los países liberalizadores de los últimos años, el aborto se despenalizó en Corea del Sur en enero de este año, tras un fallo previo del Tribunal Constitucional que declaraba inconstitucional su prohibición. En febrero fue el Parlamento de Tailandia el que reformó el Código Penal para legalizar el aborto durante las 12 primeras semanas de embarazo. 

En el lado opuesto se encuentra China, que en 2021 anunció que limitará los abortos con “fines no médicos”. Este país lleva décadas aplicando políticas de reproducción restrictivas de cara a controlar su tasa de natalidad, utilizando el aborto y los anticonceptivos para poder cumplir su política de hijo único. Estas medidas han conducido al país a la menor tasa de natalidad desde el año 1960. 

Para enfrentar la evidente crisis demográfica, el gobierno ha anunciado que se limitarán los abortos con “fines no médicos” y que “mejorarán la educación sexual y los servicios de planificación familiar tras un aborto o embarazo”. 

El Gobierno chino no ha detallado las especificaciones de estas restricciones, pero sí que tendrá una duración de 10 años, lo que resulta preocupante para los derechos reproductivos de mujeres, niñas y otras personas con capacidad de gestar.

Por su parte, en África se encuentran casi la mitad de los países que han avanzado en el derecho al aborto en los últimos 25 años. No obstante, aún se criminaliza en numerosos estados como en el caso de Ruanda, donde, afortunadamente, un indulto presidencial permitió la liberación de 10 niñas y mujeres encarceladas por delitos relacionados con el aborto.»

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