Rosmery Armenteros es una escritora colombiana nacida en el Palenque de Benkos, el primer pueblo negro libre de América. Ingeniera electrónica de profesión, inició escribiendo en Wattpad y ahora ha publicado más de 10 libros en Amazon, incluyendo “Azabache: Crónicas de Antonia”, ganador del premio Impulso 2022, donde narra el Palenque de los 50s a través de la voz de una jóven palenquera de apenas 17 años.
Es diplomada en Gestión de Planes y Programas con Enfoque de Género en la Búsqueda de Oportunidades Locales. Integrante del Consejo Distrital de Artes Literarias y Presidenta del Consejo Departamental de Bolívar de Literatura. Participó del Tercer Encuentro Continental de Estudios Afrolatinoamericanos de ALARI en el panel “Reflexiones sobre identidad y memoria en la literatura afrocolombiana y caribeña”.
En Afrocolectiva conversamos con ella, y conocimos su trabajo y trayectoria como una narradora y escritora palenquera que busca honrar la memoria del caribe colombiano. Su historia de persistencia en la búsqueda por dar visibilidad a su identidad, y a los relatos de su territorio, te la compartimos en esta entrevista.
P: Sabemos que eres ingeniera electrónica, así que cuéntanos un poco de ti. ¿De dónde surge esta pasión por narrar y contar historias?
R: Fíjate que yo siento que el ejercicio de narrar siempre lo he tenido desde niña, porque yo vengo de familias narradoras. Todas mis abuelas y mis tías cuentan historias todo el tiempo, de manera oral, pero eso no importa, siempre es contando historias. Pero yo decidí estudiar ingeniería electrónica primero porque también me gustan las matemáticas y todo ello, y porque yo entiendo que ser escritor, el oficio de escritor en un país como Colombia, es como ser músico en una comunidad de sordomudos.
Sí. ¿De qué iba a vivir? Sí. Entonces dije listo, yo también soy buena en esto. Entonces siento que puedo tener la escritura de una forma alterna, pero a la larga tengo que trabajar y ganarme la vida. Y fue la decisión que tomé y listo.
Resulta que cuando llego al mundo industrial, al mundo de la ingeniería electrónica, me encuentro con otras brechas mucho más difíciles. “¿Será que te puedes alisar el cabello? Porque en el momento en que te coloques el casco no va. No va a caber y no se te puede mostrar el cabello.” “¿Eres mamá? Mmm, es que necesitamos un ingeniero en turno que esté 100 por ciento en el trabajo, y que no tenga que pensar en cuidar niños. Entonces, listo he ejercido durante cinco años. Y fue horrible, fue horrible porque tenía que demostrar todos los días que era una mujer capacitada para una “carrera de hombres”. Segundo, las brechas del cabello. Tercero, las brechas de que soy madre y que si mi hija se enferma es dejarla morir, porque si pido algún permiso me van a echar.
Entonces dije, ¿sabes qué? Yo no voy a andar en esto. Y fue donde decidí dedicarme a la gestión cultural, entonces voy de la mano a la gestión cultural con mis libros.
P: También hemos visto que en tu plataforma de Amazon ya has publicado más de 10 libros ¡Felicitaciones! Cuéntanos cómo surge esta idea de usar las plataformas digitales para difundir tu trabajo.
R: Claro que sí. Primero estuve en una editorial en España, participé en una convocatoria y la gané y ellos decidieron publicar el primer libro de la saga “Westhampton: el círculo de Marsias”, pero no me entendí bien con la editorial.
Siempre digo que no es que todas las editoriales sean así. Simplemente no me entendí bien con esa editorial. Y decidí que apenas culminara el contrato, me devolvieran mis derechos e intenté con la autopublicación cuando entró la pandemia y mi esposo quedó sin trabajo.
Decido autopublicar en Amazon como electrónica, comienzo a estudiar el algoritmo, cómo se ha manejado el algoritmo en Amazon. Y resulta de que en la pandemia tuve una visibilidad exorbitante, tuve ingresos mensuales significativos a partir de los libros. Entonces, claro, hay 10 libros porque si te das cuenta de las publicaciones, hay muchos que se publicaron en la pandemia porque me volví una máquina de escribir, sobre todo en la parte digital.
Yo promuevo mucho el libro digital, demasiado, más que el que es en físico porque la parte digital de Amazon se mueve demasiado. Ustedes no se imaginan cómo se mueve. Entonces estudié el algoritmo y comencé a publicar y a publicar y a publicar y publicar. Y me amañé en la plataforma tanto que hoy en día vivo de los libros allí en Amazon. Entonces, si se puede, o sea, si se puede, siempre que haya un estudio de mercadeo, hagas un equipo de trabajo donde tengas un editor, un corrector de estilo, un diseñador gráfico, pero sobre todo alguien que te lleve a las finanzas, porque necesitas también a alguien que te que te regule ese aspecto porque, obvio, tienes que seguir invirtiendo en todo eso.
Pero si, si se puede, Amazon es una plataforma que está abriendo el camino. Muchos escritores, incluso muchos escritores que están en editoriales, se están pasando para Amazon porque las regalías son mejores, conservas tus derechos editoriales. Entonces es claro cómo vas a vivir.
Es muy complejo. Amazon ahora tiene una parte donde no solamente te lo ofrecen digital y en tapa blanda, sino en tapa dura, tiene un fondo global que le da a todos los autores mensualmente. Y si escribes infantil, te da mucho más. O sea, las regalías son mucho más en el contenido infantil. Entonces, no creo que me salga de Amazon por ahora.
P: Y de estas 10 obras, ¿cuál es la que más conecta con tu experiencia y legado como una mujer negra y también palenquera?
R: Si tú te das cuenta, en mis obras, todas son en Inglaterra, en Estados Unidos, en Japón, precisamente por la poca representación que hay en la literatura afro.
A nosotros en el colegio nos mandan a leer literatura griega, literatura europea, que sí, está bien. Pero hay algo que tenemos que aprender de los chinos y es que los chinos leen esa literatura, pero va de la mano con su propia literatura. Entonces a nosotros no nos visibilizan a Benkos Bioho, A Wiwa, a Barule que son a la larga nuestros héroes. Entonces qué sucede, que yo me sentía más cómoda hablando sobre gente blanca, sobre la gente europea, sobre la gente de Estados Unidos. Porque claro, las plataformas audiovisuales y la literatura y el entorno nos dicen que ser negro está mal, que ser negro es ser el ratero, el drogadicto, el que matan primero, el amigo cómico del blanco. En el caso de las mujeres negras, la muchacha del servicio, la persona esclavizada, la mujer prostituida.
Entonces, claro, yo le decía a mi mamá: Mami, yo cuando crezca que quiero ser una persona blanca, porque es que ser blanca es ser buena persona, ser negro, no. Porque la narrativa era esa.
Entonces de mis historias con cuál me conecto, obviamente con Azabache, porque es la primera vez que me digno a escribir sobre mi territorio, porque me daba vergüenza escribir sobre mi territorio. O sea, Palenque, el Palenque de Benkos, tiene tantas cosas por contar. Pero ese proceso de deconstruirme fue duro, de pensar en que mi territorio tenía potencial y que yo podía escribir sobre mis tías, sobre mi familia, sobre todo el entorno.
Y la protagonista de Azabache es mi bisabuela, Antonia Pérez Tejedor. Estoy escribiendo sobre su vida, cómo era ser una mujer palenquera en los 50, cómo estaba presente el jalamiento, el dote, cuánto costaba la dignidad de la mujer palenquera en esos años, cómo se rebelaron cuando dijeron alto. Porque las cosas pasan porque alguien dice alto, no porque cambia el pensamiento con los años.
Entonces, para mí, ahora mismo, mi bebé consentido es ese, porque di un paso muy grande a partir de azabache, decidí que no iba a escribir más sobre países e historias que no me representaban, porque siento de que para poder disminuir las brechas de la representación, yo tenía que empezar por allí. No tenía que seguirla perpetuando.
P: ¿Qué se viene en tu trayectoria como escritora? ¿De qué espacio vas a estar participando?
R: Bueno, sí, se vienen varios proyectos. A mí me gusta escribir novela histórica, sobre gente negra, pero sobre todo, escribir sobre amor. A mí me encanta el amor. Entonces se viene bastante en la parte de romance, y en la parte de novela histórica van a seguir las crónicas de Azabache, porque Azabache son crónicas de todas las mujeres palanqueras que quiero visibilizar, también se viene algo en el sector audiovisual que les contaré más adelante, pero esta vez sentarme con Afrocolectiva cuando ya el proceso se esté dando. Pero sobre todo se viene en mi carrera como guionista, hay varios proyectos en los que estoy siendo guionista que no son míos. Entonces espero que se materialice, y quiero hacer cine, quiero hacer cine desde una mirada más colombiana, más caribeña.
Siento que sí, que hay algunas plataformas que están visibilizando el Caribe, pero siento que hay que empezar a ver el Caribe desde adentro y no desde afuera. Entonces quiero darle esa mirada que quizás no se ve actualmente.
Una entrevista de Alejandra Pretel