La artista peruana es la primera no nacida en territorio español que representa al país en la exposición internacional de arte contemporáneo más antigua del mundo con el proyecto ‘Pinacoteca migrante’
Es un hito histórico para la representación de España en la Bienal de Venecia: Sandra Gamarra será la primera no nacida en España en representar al país en una de las exposiciones de arte con más relevancia a nivel internacional.
Su proyecto, “Pinacoteca Migrante”, ha sido seleccionado para ocupar el pabellón español en la 60ª edición de la Bienal de Venecia, que se llevará a cabo del 20 de abril al 24 de noviembre. La propuesta cuestiona las narrativas coloniales y los modos de representación históricos; además, surge en un momento en que España quiere intentar unirse a un movimiento global para revisar las colecciones de los museos estatales y superar un marco colonial.
En la rueda de prensa de presentación del pasado 14 de febrero, Gamarra compartió sus experiencias personales al abordar la jerarquía cultural en los museos españoles.
“No olvidaré una de mis primeras visitas al Museo Arqueológico. Después de haber visto las salas dedicadas a cuatro continentes, le pregunté al vigilante en qué planta estaba Europa y me respondió que eso era historia y pertenecía a otros museos”, recordó la artista.
Con este proyecto, Gamarra transformará el pabellón en un espacio para reinterpretar el patrimonio pictórico español, destacando obras de artistas como Murillo, Zurbarán y Velázquez, mientras visibiliza culturas silenciadas. La obra se estructura en varias salas temáticas, como “Tierra Virgen”, que aborda pinturas de paisajes de España, América Latina, Filipinas y el norte de África, o “Gabinete de la Extinción”, donde vincula el colonialismo con el extractivismo.
“Pinacoteca Migrante” busca cuestionar la visión eurocéntrica impuesta por los museos y establecer un diálogo crítico sobre el pasado colonial y racista de España y Europa en general.
“La descolonización empieza con terminar con las jerarquías de las culturas, que sitúa a unas por encima de otras. Ese es el inicio y a partir de ese lugar se puede empezar a reescribir esas relaciones en todos los niveles, no solo el cultural”.
El comisario del proyecto, Agustín Pérez Rubio, con una dilatada carrera en el arte latinoamericano, resalta la importancia de la propuesta: “En este pabellón se muestra a una España actual, donde creo que el 15% son latinoamericanos, una España progresista, abierta y que busca igualdad“.
La elección de la artista, que lleva más de 20 de sus 52 años residiendo en el país, como representante de España en la Bienal fue realizada por un jurado de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
En una declaración sobre posibles críticas a su proyecto, expresó que “Ojalá haya críticas. El arte es un espacio seguro donde podemos dialogar y puede servir de ejercicio para otro tipo de cuestiones más complejas y urgentes. Si no nos podemos permitir el desencuentro en el arte no sé dónde va a ser. Así que sí me gustaría que fuera un lugar para el desencuentro“. Con esta afirmación, la artista refleja su deseo de que su obra genere un espacio de reflexión y diálogo, incluso tratando temas complejos.
Aunque su proyecto anterior, “Buen Gobierno”, recibió críticas por incluir términos como “racismo” y “restitución”, Gamarra espera que “Pinacoteca Migrante” contribuya a una nueva mirada sobre los museos que cuestione el pasado colonial y racista de España y Europa en general. El comisario del proyecto destaca que la propuesta está alineada con la temática general de la Bienal, centrada en poner en el centro a las personas migrantes, extranjeras, indígenas, mestizas, afro, queer… En definitiva a todas aquellas personas que se encuentran en los márgenes.
Tanto la artista como el comisario describen “Pinacoteca Migrante” como una instalación convertida en un museo donde la noción de migración es la protagonista. Asimismo, al reflexionar sobre la ausencia de representaciones en los museos, Gamarra pretende cuestionar la mirada eurocéntrica impuesta por estos y asumir las consecuencias de ello.
El proyecto costará 400,000 euros al erario público y plantea interrogantes sobre la descolonización de los museos, coincidiendo con un auge en el interés de muchos museos europeos en reconsiderar su enfoque eurocéntrico.
De esta manera, y con la convicción de que el arte se puede convertir en un espacio para el diálogo y la reflexión, Sandra Gamarra se prepara para llevar su visión única y desafiante a la Bienal de Venecia, que sin duda marcará un antes y un después en la representación artística de España.
Autora: Ana Bueriberi