Un afrodescendiente sin máscara blanca no puede estar en contra del aborto: Sobre el aborto de las mujeres negras durante la esclavización

Durante la época de la esclavitud en las colonias francesas, las mujeres blancas nunca habían recibido el mismo trato que los hombres blancos antes de las leyes, paradójicamente las mujeres negras sí, eran tratadas de igual manera que los hombres negros antes de las leyes del famoso Código Negro (Code Noir), que en su artículo 44 declaraba que “el esclavo [la esclava] es una cosa. No puede ni poseer ni intercambiar bienes y nada le pertenece en propiedad”.

En suma, las mujeres negras eran mercancías que las personas compraban y vendían cuando lo deseaban desde los años 1501 hasta 1803. Algunos historiadores creen que ellas habían sido tratadas de peor forma que los hombres negros, ya que en la colonia las mujeres estaban en todas partes. En el campo, se les atribuía los trabajos más duros y agotadores, ya sea cortando caña de azúcar o limpiando las plantaciones de malezas. Al mismo tiempo, continuaban ocupándose de les niñes y de las tareas domésticas en las cabañas. También integraban casas u hogares ocupando las funciones de empleadas domésticas, cocineras y niñeras.

Muchas mujeres de la isla no aceptaban que fueran tratadas como “cosas”. Cabe destacar que Cécile Fatiman inició la batalla en agosto 1791 con la ceremonia “bwa kayiman”, la cual terminó en la revolución haitiana de 1803. Pero los colonos eran muy severos con les rebeldes y allí los castigos no importaban según el sexo, por eso la lucha de las mujeres negras pasaba por muchas estrategias que se implementaron a lo largo de siglos.

Penas infligidas a las mujeres negras durante la época de la esclavitud

El aborto y el “infanticidio” como forma de resistencia de las mujeres negras

Las colonias de Francia no solo eran unas “empresas gigantes” donde estaban explotando la mano de obra de las personas africanas gratuita y forzadamente durante siglos, eran también lugares donde criaban a animales y las mujeres esclavizadas eran consideradas de esa manera. Por eso, muchas mujeres se escapaban o envenenaban a sus esclavistas. Otra cosa que llama la atención de muches demógrafes y especialistas de la esclavitud es : cómo el aborto y el “infanticidio” había provocado fallas en las políticas de (re)producción y de crianza de “manos de obras esclavizadas”. Esto había dado muchos problemas al mecanismo de producción de bienes, destinado a enriquecer a los esclavistas y a la metrópoli. Arlette Gauthier afirmó en su libro “Traite et politique démographique esclavagiste, P. 1066” que la política poblacionista y de reproducción de los esclavistas en las Antillas estuvieron sin efecto debido principalmente a la resistencia de las mujeres esclavizadas. En 1778, en una memoria del ministro de la marina, de Lecomte de la Luzerne, los historiadores descubrieron que una de las causas que provocaron aún más abortos voluntarios de las mujeres negras en la colonia fueron los castigos por abortos.

Los castigos por abortos e “infanticidios”

Los castigos que infligen a las mujeres esclavizadas rebeldes variaban en función del esclavista, de la causa y la colonia. Estados Unidos, por ejemplo, no había tenido muchos problemas con las mujeres negras en términos de reproducción, ya que tenía otros métodos muy exitosos como la cristianización. También hubo cristianización en Santo Domingo, lo cual fue muy ineficaz porque las personas esclavizadas sincretizaron los dioses católicos con los loas [orishas] del panteón del vudú. Por eso, los colonos usaron métodos muy represivos tal como el castigo con látigo, ardiéndolas con un hierro caliente, cortándoles las dos orejas, haciéndoles cortar las cañas de azúcar,  penas de muerte (ahorcamiento, ahogamiento, decapitación, linchamiento), darle de comer a los perros sus niñes, etc.

Obra de Rainsford, Marcus, en los años 1785-1815

Un colono llamado Foache exigió a su victimario negro poner cadenas en el cuello de todas las mujeres que no avisaban su embarazo o que habían abortado. En muchos casos, las torturas infligidas a esas mujeres les habían causado infecciones como tétanos, las cual a veces eran las verdaderas causas de la infertilidad o de abortos involuntarios. “Pueden quemarnos lentamente, hacernos arder como una antorcha, hacernos explotar como una caldera. Tienen el poder. Estamos a su merced y las cosas no cambiarán hasta que hagamos algo”, eran las palabras de Rosalía, personaje de una novela de Évelyne Trouillot, quien se inspiró en las esclavizadas como Samedi, un comadrona quien, en la década de 1750, evitó el nacimiento de más de 70 bebés para que no vivieran las atrocidades de la esclavitud.

Pintura : Christiaen van Couwenbergh, Tres jóvenes blancos y una mujer negra (1632)

Estas historias de dolores, de abusos sexuales, de luchas  y de sacrificio de esas mujeres negras son ocultadas por los historiadores racistas y/o misóginos. Aún si las muertes y las torturas eran parte de la cotidianidad de las mujeres negras en esa época, por no haber sido sometidas a las ideologías y políticas de cosificación y de (re) producción de los esclavistas. Hicieron hasta las cosas más inimaginables por el derecho de su propio cuerpo y por la prevención del sufrimiento sistémico de sus descendientes. Sólo traidores y traidoras negras con máscaras blancas, pueden hoy en día criticar sus formas de desobedecer al sistema esclavista, hoy llamado capitalista.

“Una mujer que tiene un niño cada dos años, es más rentable que el mejor trabajador de la quinta donde trabaja, porque lo que ella produce es un valor agregado al capital mientras que sus esfuerzos de trabajo van a desaparecer solo en la consumación” Thomas Jefferson.

Una nota reeditada por Jackson Jean



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