La ONG Earthsight rastreó durante una década 816.000 toneladas de algodón ligadas al arrase de El Cerrado brasileño y a la violación de derechos humanos que acabaron en forma de prendas en las tiendas de Inditex y H&M en España. La mayoría de dichos productos tenía el sello de certificación de algodón sostenible Better Cotton.
Más de un año de análisis de imágenes satelitales, fallos judiciales, registros de envíos y hasta entrevistas encubiertas en ferias comerciales. Todo para rastrear y documentar el negocio del algodón ‘sucio’, como se califica a la fibra textil cuyo proceso de cultivo implica desde la deforestación ilegal a gran escala de El Cerrado —el segundo mayor bioma de Brasil tras el Amazonas—, hasta el acaparamiento de tierras ligado a la corrupción, la violación de derechos humanos y a la violencia en esta sabana brasileña.
La investigación la ha realizado la ONG británica Earthsight y salpica directamente a dos mutinacionales del sector de la moda de amplia implantación en España y el mundo: la española Inditex y la sueca H&M.
La situación de El Cerrado ha ido a peor en los últimos tiempos, aumentando un 43% la deforestación el pasado año
El informe Fashion crimes de la ONG con sede en el Reino Unido ha obtenido como resultado el rastreo de 816.000 toneladas de algodón entre 2014 y 2023 desde las plantaciones de Brasil hasta ocho proveedores de ropa chinos de los dos mayores distribuidores de ropa del planeta. Estos proveedores enviaron a H&M y a Inditex, según ha averiguado la ONG, al menos 20 millones de prendas terminadas y artículos para el hogar que acabaron en tiendas españolas de los dos grupos, entre ellas otras bajo el paraguas de Inditex como Bershka o Pull&Bear. El trabajo vincula al fast fashion con un auge en la producción brasileña de algodón para la exportación.
Del Amazonas a El Cerrado
El Cerrado, una ecorregión en forma de sabana que ocupa un cuarto del territorio brasileño y contiene nada menos que un 5% de las especies del planeta, “está siendo saqueado para salvar el Amazonas”, denuncian desde esta organización. Desde 1985, solo en el estado brasileño de Bahía se han perdido 2,25 millones de hectáreas —de los nueve millones originales— de este bioma debido a la expansión de las plantaciones, un espacio equivalente a Gales.
Más de la mitad de este rico ecosistema ha desaparecido en su forma original para convertirse en tierras para el uso agrícola. Además, a la pérdida de biodiversidad, que se ve agudizada por un modelo agroindustrial que necesita 600 millones de litros de persticidas anuales, se suma la factura climática de semejante ecocidio: dicha deforestación supone la emisión anual de tanto carbono como 50 millones de automóviles.
“Todo el algodón sucio que ha sido rastreado por Earthsight fue certificado como sostenible por Better Cotton (BC)”, según señalaron los productores brasileños a la ONG
Lejos de mejorar, la situación de El Cerrado ha ido a peor en los últimos tiempos, aumentando un 43% la deforestación el pasado año, según la investigación de la ONG. “Casi todo es tala ilegal”, afirman desde la misma, talado por “unas pocas megapropiedades que representan el 1% de las propiedades rurales”.
La principal causa es el drástico aumento de la producción de algodón en Brasil en las últimas décadas, principalmente en El Cerrado, una agroindustria que se suma a la de la soja y otras materias que vienen arrasando la región desde hace años. De hecho, es habitual que el algodón se cultive en rotación con la soja en estas macroplantaciones. De seguir así, para 2030, se espera que Brasil supere a Estados Unidos como el mayor exportador de algodón del mundo.
Tal como señala el director de Earthsight, Sam Lawson: “Si bien todos sabemos lo que la soja y la carne han hecho a los bosques de Brasil, el impacto del algodón ha pasado en gran medida desapercibido. Sin embargo, el cultivo de la fibra ha experimentado un auge en las últimas décadas y se ha convertido en un desastre medioambiental”.
‘Destruir y apoderarse’
Dos de las mayores empresas del agronegocio brasileño serían las que estarían detrás de este tipo de producción de deforestación agresiva: SLC Agrícola y Horita Group. Las gigantescas granjas de escala industrial que gestionan junto a otros grandes actores del sector “tienen un largo historial de mandatos judiciales, sentencias de corrupción y millones de dólares en multas relacionadas con la tala de alrededor de 100.000 hectáreas de áreas naturales de El Cerrado”, como señalan desde Ecologistas en Acción.
“Los métodos de ‘destruir y apoderarse’ utilizados por las propiedades más grandes investigadas por Earthsight son típicos de los productores orientados a la exportación”, dicen por su parte desde la ONG británica.
Esta añade que, a medida que creció el algodón en la zona, “las comunidades tradicionales disminuyeron”, remarcando la existencia de “una ruinosa mezcla de corrupción, avaricia, violencia e impunidad que ha llevado al descarado robo de tierras públicas y al despojo de comunidades locales”.
Better Cotton, señalado
La investigación de Earthsight destapa que el sistema de certificación Better Cotton (BC), que en teoría existe para certificar como sostenible la materia prima utilizada en la fabricación de la ropa, no funciona.
“Todo el algodón sucio que ha sido rastreado por Earthsight fue certificado como sostenible por Better Cotton (BC)”, según señalaron los productores brasileños a la ONG. Asimismo, los informes anuales de H&M y Zara muestran que la mayoría de sus productos están fabricados con algodón BC, lo que las hace las mayores usuarias del planeta.
Acusada de promover un lavado verde, secretismo y falta de protección de los derechos humanos desde hace años, es ahora cuando Inditex ha exigido públicamente transparencia y trazabilidad a su principal certificador de algodón.
“Si tienes ropa de algodón, toallas o sábanas de H&M o Zara, probablemente esté manchado por el saqueo del Cerrado”, denuncia el director de Earthsight.
“Estas empresas hablan de buenas prácticas, responsabilidad social y sistemas de certificación, afirman invertir en trazabilidad y sostenibilidad, pero todo esto ahora parece tan falso como los diseños en sus escaparates”.
Better Cotton ya anunció una investigación de doce semanas en septiembre de 2023 antes los hallazgos de Earthsight y actualizó sus principios y criterios de revisión el pasado 1 de marzo. Sin embargo, desde la ONG ven en BC y otros esquemas similares “chivos expiatorios útiles para desviar las críticas de las industrias que utilizan materias primas de bajo costo”.
Asimismo, afirman que, según los nuevos criterios de BC, “el algodón proveniente de tierras deforestadas ilegalmente antes de 2020 aún puede ser certificado como sostenible, incluso si la tierra fue robada a las comunidades locales”.
Earthsight recuerda que, en términos de presión sobre la tierra derivada del consumo llevado a cabo en la UE, los productos textiles ocupan el segundo lugar después del consumo de alimentos.
“Casi toda esa presión ocurre en el extranjero y casi toda está relacionada con el cultivo de algodón”, añaden, “y los mayores culpables son los mayores mercados consumidores”. En concreto, la UE es el mayor importador de ropa del mundo, mientras que Estados Unidos es el segundo.
Fuente: El Salto