• Mujeres negras en el Sector Tech: Sobre la importancia de la representación y el retomar espacios 

    Mujeres negras en el Sector Tech: Sobre la importancia de la representación y el retomar espacios 

    Hace un tiempo se celebraba el día de las niñas en TIC. Si bien es cierto que es un día muy representativo, no podemos dejar de lado la problemática a la que nos enfrentamos en diversos sectores e industrias. Y es el de la falta de representación visible, y el sector tech no es una excepción, donde sigue haciendo falta reconocer el poder, la resiliencia y la brillantez de las niñas, y en específico de niñas y mujeres racializadas en la industria. 

    En el 2011 la UIT (la Unión Internacional de Telecomunicaciones), como organismo especializado en telecomunicaciones de la ONU, encargado de regular las telecomunicaciones a nivel internacional entre distintas administraciones y empresas, se encargó de establecer el 22 de abril como el día Internacional de la Niña en TIC, siendo una iniciativa global orientada a impulsar a jóvenes y niñas a tomar carreras en el sector TIC y STEM. 

    Si bien es cierto que el boom continuo y el avance del interés de los más jóvenes en tech ha estado incrementando constantemente, la falta de representación (o falta de reconocimiento de la representación existente) dentro de este sector sigue siendo muy notoria. A día de hoy, sigue siendo un sector predominantemente masculino en el que el porcentaje femenino no llega ni a la mitad y menos aún el de las mujeres y niñas racializadas. Pese a esto, las mujeres negras han estado y siguen moldeando la industria tech a su manera, a pesar de que a menudo, son invisibilizadas y ocultas.

    No obstante, cabe mencionar algunas mujeres racializadas que están contribuyendo a ese moldeado de la industria, por ejemplo pioneras como Kimberly Bryant, fundadora de Black Girls Code, una organización dedicada a empoderar niñas jóvenes negras con habilidades de coding incrementando así la diversidad en tech. Juliana Rotich, co-fundadora de Ushahidi, una plataforma que permite a los usuarios recolectar data e información para denunciar hechos adjuntando hora y ubicación de lo sucedido. La Dra. Timnit Gebru, una investigadora en inteligencia artificial, conocida por su trabajo en la ética en IA y los sesgos del machine learning. Aisha Bowe, quien fue ingeniera aeroespacial de la NASA y CEO de STEMBoard, haciendo impulsos y trabajo para mejorar la accesibilidad a los estudios STEM. La Dra. Joy Buolamwini, fundadora de Algorithmic Justice League, quien también ha liderado investigaciones sobre el sesgo en la Inteligencia Artificial, abogando por un desarrollo ético en la IA. Angela Rich, fundadora de CreditRich, una aplicación fintech basada en inteligencia artificial, diseñada para ayudar a los usuarios a mejorar sus historiales crediticios, fomentando así la cultura financiera en tech. Aprille Ericsson, ingeniería aeroespacial en la NASA, quien se ha dedicado a contribuir en las ciencias espaciales y el desarrollo tecnológico. O también a Jessica O. Matthew’s, fundadora de Uncharted Power, una compañía tecnológica centrada en soluciones energéticas sostenibles.

    Acabamos de mencionar de esta forma a algunas (de las tantas) niñas que crecieron con el deseo y la pasión de querer tener una carrera en STEM y tech, mujeres racializadas, que rompieron barreras de forma innovadora con sus contribuciones transformadoras. A la vez que allanaban y hacían camino para futuras generaciones, mostrando que la representación importa y es de extrema relevancia para animar a futuras niñas y generaciones a tomar interés y ver lo importante de participar en este tipo de espacios, e investigaciones y desarrollos. Rompiendo, como ya hemos mencionado, barreras e inspirando a la innovación.

    A pesar de todos estos nombres y contribuciones, la historia nos recuerda que las personas negras y racializadas han sido negadas de forma sistemática del acceso a muchos espacios, incluyendo el espacio tech y STEM. Por lo que reconocer sus presencias, ya sea ayer, hoy o mañana, no es solo sobre diversidad, sino sobre justicia histórica. Levantar nuestras voces para intentar conseguir una justicia a través de la cual los talentos, las innovaciones y los liderazgos sean vistos, valorados y reconocidos. 

    ¿Por qué es importante la representación en tech?

    Ahora bien, hemos estado hablando de lo importante que es la representación y de animar a jóvenes negras y racializadas a tomar interés y participar en espacios científicos, de investigación y tecnología, formando parte del mundo Tech/STEM/TIC. Pero ¿Por qué es tan importante esta representación?

    Por el simple hecho de que sin reconocer la diversidad existente y cómo influye esta en las producciones que se realizan, no hay futuro o ética tecnológica. La representación en el sector IT es crítica para la innovación, la equidad y el progreso, dado que al incluirse diversas voces y dar espacio a todas las voces existentes, la industria se beneficia de nuevas perspectivas, nuevas visiones creativas, nuevas formas de repensar las soluciones a problemáticas y se acaba produciendo un mejor diseño de la tecnología que sirve a un rango de personas más amplio. 

    En otras palabras, con más accesibilidad de personas racializadas en espacios STEM, podemos llegar a inspirar a las futuras generaciones (especialmente niñas negras, siendo estas el grupo más infrarrepresentado) que por fin van a ver a más personas que se parecen a ellas en puestos de ingeniería, desarrollo, como técnicos informáticos, en espacios de ciberseguridad e IA, etc.

    Junto a lo ya mencionado, la mayor representación conduce a desafiar los sesgos y la desigualdad que ya existe en el sector utilizando como ejemplo los sesgos que pueden llegar a haber en la IA, la desigualdad de oportunidades, las barreras sistemáticas y las narrativas occidentales que orientan el resultado de las producciones realizadas. Dado que si un producto/solución/app se desarrolla sin un equipo diverso, puede perder accesibilidad por parte de ciertos grupos, usabilidad o sensibilidad cultural. Así que esa justicia para garantizar la representación y el acceso a espacios STEM asegura que la tecnología funciona para todas las comunidades. Sin olvidar el aspecto económico, teniendo en cuenta las altas oportunidades de remuneraciones en ciertos roles en el sector, por lo que el acceso de personas racializadas a este tipo de trabajos aumenta sus oportunidades de mejora económica.

    Haciendo así que la representación de la que hablamos sea sobre acceso, oportunidades y justicia. 

    Por consiguiente, garantizar mayor representatividad y acceso de niñas negras o racializadas en general a sectores como la que estamos tratando en este texto, siendo el sector IT/STEM, a largo plazo además de mayor representación, se lograría conseguir una mejor innovación, mejora económica y más oportunidades en la comunidad a través de nuestra creatividad y una innovación acelerada. Al final del día cuando personas con backgrounds diferentes colaboran, traen consigo perspectivas únicas que llevan a formas de solucionar problemas creativas y únicas por la amplia audiencia que ahora estaría involucrada. Esa amplitud de audiencia y la diversidad dentro de los equipos también ayudaría a reducir sesgos en los algoritmos, en los modelos de IA y productos digitales, proporcionando así soluciones éticas y justas para todos los usuarios. Por lo que no es solo sobre diversidad, sino también de ventajas comerciales y empresariales al igual que las necesidades éticas. Para esto hay que poder crear espacios de networking y programas de mentoría conectando a jóvenes racializades con industrias del sector viendo así las oportunidades profesionales que tengan, animándolas a participar en eventos STEM. Todo lo mencionado serían solo algunas formas de actuación que se podrían llevar a cabo junto  a la representación y visibilidad en redes sociales, la creación de eventos y la presencia de mujeres negras y racializadas en paneles y charlas. Todo con el objetivo último de ir ganando presencia en espacios que nos fueron restringidos y negados en el pasado.

    Una reflexión de Favour Ekaezunim

  • Antes de Stonewall ya luchábamos por amor

    Antes de Stonewall ya luchábamos por amor

    En una época donde la guerra era el lenguaje de los imperio hubo un ejército formado no sólo por soldados, sino por amantes. Guerreros que amaban, luchaban y morían juntos. Esto no es una leyenda moderna: es historia.

    En el siglo IV antes de nuestra era, en la ciudad de Tebas, existió una unidad militar temida por sus enemigos y celebrada por su pueblo: el Batallón Sagrado de Tebas. Estaba compuesto por 150 parejas de hombres que eligieron combatir con cuerpo y alma. No por una ideología… sino por amor. Eran símbolo de valor y fuerza porque sabían que no había poder más grande que luchar al lado de quien amas.

    En pleno siglo XXI, aún hay quien cree o decide creer que la homosexualidad es un invento moderno. Que el amor entre personas del mismo género es una “moda”, una provocación, o una consecuencia degenerada de la revolución sexual, del capitalismo tardío o de Stonewall. La historia del Batallón Sagrado incomoda porque derrumba la idea de que las identidades y relaciones queer son una novedad, una distorsión contemporánea, un “capricho” nacido en los años 60. Pero eso no es sólo ignorancia, es borrado histórico porque el amor entre personas del mismo género ha existido desde siempre. La diferencia no es su existencia: es cómo las sociedades han decidido mirarlo.

    Entonces la pregunta ya no es, ¿Por qué existen orientaciones sexuales más allá de la heterosexualidad? sino
    ¿Cuándo y por qué empezó a verse mal que existieran?

    La respuesta es larga y compleja. Tiene que ver con el cristianismo imperial, con Roma después de Constantino, con la Edad Media, con el control de los cuerpos, con el miedo a lo que escapa del molde, con la necesidad de definir qué es “normal” para dominar al resto. Tiene que ver con siglos de religión, leyes y medicina usándose para decir: “este amor no puede ser”.

    Y así, lo que fue arma, poesía, lucha, canto, resistencia y vida pasó a ser delito, enfermedad, chisme o pecado.

    Pero la historia está ahí, aunque incómoda para quienes prefieren pensar que todo esto es una novedad y que el Orgullo solo existe desde que hay banderas, y que las vidas queer nacieron en un bar de Nueva York. La historia no nos necesita para justificar nuestra existencia, porque la historia simplemente nos contiene, aunque muchos no quieran leerla. Porque no solo en Grecia floreció el orgullo.

    También en el corazón de África, mucho antes de que el cristianismo o el islam llegaran con sus normativas, ya existían formas de amar, de habitar el cuerpo y de construir comunidad fuera del binarismo. En los pueblos Igbo de lo que hoy llamamos Nigeria, una mujer podía casarse con otra mujer. No era una excepción, ni una provocación: era parte de la estructura social. Eran llamadas “esposas de mujer”, y ocupaban roles políticos, comerciales y familiares sin que nadie les negara su valor.Porque en esas sociedades el género no era un encierro, sino un espacio fluido de existencia. A su vez, el amor no se medía por órganos ni dogmas, sino por la función que cumplía en la comunidad. Estas relaciones no eran ocultas ni vivían bajo permiso; eran legítimas, vividas con orgullo, sin necesidad de nombres modernos ni explicaciones médicas. No necesitaban marchar porque no había un sistema que les negara su humanidad.

    Igualmente, en el territorio que hoy llamamos México, el pueblo zapoteca ha reconocido por siglos a una identidad llamada muxes: personas asignadas como hombres al nacer, pero que asumen roles femeninos o intermedios. No son imitaciones de género: son parte del tejido cultural vivo. Las muxes no son una novedad contemporánea, existen desde tiempos prehispánicos y en muchas comunidades son figuras respetadas, con roles sociales, familiares y espirituales importantes. Su existencia no exige permiso, está arraigada en la historia.

    Así como en muchos de los pueblos indígenas del Norte de América se habla de las personas Dos Espíritus, guardianes de lo masculino y lo femenino al mismo tiempo, quienes caminan entre mundos sin necesidad de explicación.

    Estas historias ancestrales de guerreros que aman, de mujeres que se casan con mujeres, de muxes y Dos Espíritus no son casos aislados ni curiosidades etnográficas, porque lo que llamamos orgullo ya existía antes de que existiera incluso la palabra. Lo que hoy defendemos con pancartas ya se defendía con presencia, con ritual, con respeto y dignidad.

    Porque si en algún tiempo el amor fue fuerza militar, espiritual, política y poética, no es el amor el que ha cambiado: Es la forma en que el poder lo mira.

    Tal vez no deberíamos preguntarnos solo cuánto hemos avanzado, sino también cuánto hemos olvidado.Y, sobre todo, a quiénes se ha intentado borrar del relato.

    Stonewall fue una chispa, pero la llama ya venía ardiendo desde mucho antes.

    Una reflexión de Juano

  • Pueblos y comunidades afromexicanas frente al Huracán Erick: La vulnerabilidad climática y el racismo institucional

    Pueblos y comunidades afromexicanas frente al Huracán Erick: La vulnerabilidad climática y el racismo institucional

    El huracán “Erick” tocó tierra en las costas de Corralero, Pinotepa Nacional, Oaxaca, en las primeras horas del pasado jueves 19 de junio. De acuerdo con el Sistema Meteorológico Nacional, a las 09:15 horas, en escala de  Saffir-Simpson, “Erick” se convirtió en un huracán de grado 1; se anticipa que podría transformarse en depresión tropical una vez alcance la sierra de Michoacán, al occidente de la República Mexicana. 

    De acuerdo con los informes de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), para los siguientes días se pronostica que las lluvias torrenciales continúen en Guerrero y Oaxaca, mientras que para Puebla, Chiapas y el sur de Veracruz se anticipan lluvias intensas. 

    Por su parte, la Secretaría de Educación del Estado de Guerrero informó sobre la suspensión de actividades en todos los niveles escolares de la entidad, a fin de salvaguardar la integridad de padres de familia, estudiantes, docentes y personal general.

    Durante la conferencia de prensa matutina del pasado viernes 20 de junio, Salomón Jara, Gobernador del Estado de Oaxaca, informó que un total de 35 municipios resultaron afectados. A su vez, enfatizó que el municipio de Tutupec, colindante con Puerto Escondido, quedó sin comunicación total, no sólo por la falta de energía eléctrica y las fallas en las vías de comunicación, sino también por los caminos que quedaron bloqueados. 

    En el municipio de Pinotepa Nacional, la comunidad de Corralero –lugar donde el huracán tocó tierra– también se registraron severos daños, entre ellos, la pérdida total de viviendas que ha dejado en desprotección a varias familias. 

    Mientras tanto habitantes de Corralero, Santiago Llano Grande, San José La Estancia, entre otras, estaban atestiguando las pérdidas totales de sus hogares y la imposibilidad de comunicarse con familiares. A la vez, la Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, comunicaba que “afortunadamente” no habían sido muchas las afectaciones. 

    La cobertura mediática y la narrativa presidencial han prescindido de enfatizar el componente étnico-cultural y racial de estas zonas: se trata de territorios afromexicanos cuyas actividades económicas dependen, en gran medida, de la agricultura, la pesca, el comercio y el turismo. Por lo que declaraciones como las de Sheinbaum Pardo contribuyen a la reproducción institucional del racismo contra las personas afromexicanas, no sólo por la desestimación de los daños, sino también por el desplazamiento discursivo de las comunidades afromexicanas; como si no existieran. 

    La pérdida de cosechas, sembradíos, viviendas, así como el daño de infraestructuras escolares y de vías de comunicación exacerba la vulnerabilidad climática de las comunidades afromexicanas de Guerrero y Oaxaca, esto quiere decir que la desigualdad socioeconómica preexistente se ve intensificada ante los efectos adversos del cambio climático y, sobre todo, ante aumenta los factores de riesgo que ralentizan la capacidad de adaptación y respuesta frente a situaciones emergentes.

    Las consecuencias de la vulnerabilidad climática no son inmediatas, se revelan mediante el aumento de las brechas de empobrecimiento, de desplazamientos forzados y de dependencia alimentarias, por mencionar algunas. 

    En territorios caracterizados por el histórico abandono institucional, las pérdidas materiales no son mínimas, implican vulneraciones al acceso a derechos básicos como la salud y la educación.

    Una reflexión de Ana Hurtado

    Fotografía: Balam Toscano

  • Cientos de personas se manifiestan en protesta por el asesinato de Abderrahim a manos de la policía

    Cientos de personas se manifiestan en protesta por el asesinato de Abderrahim a manos de la policía

    Familiares, amitades y otras personas se han concentrado en Torrejón este sábado, y en la plaza de Callao el viernes por la tarde, en señal de protesta.

    Tras la concentración de este viernes por la tarde en la Plaza de Callao, donde acudieron los familiares de Abderrahim, este sábado por la mañana cientos de personas se han concentrado en Torrejón de Ardoz, la ciudad donde vivía y donde ocurrieron los hechos el pasado martes. La plaza de España del municipio ha sido el punto de encuentro de las organizaciones, activistas y familiares de la víctima que se dieron cita a las 12 horas del mediodía. 

    Muchas de esas personas han acompañado y dado el pésame a familiares de Abderrahim allí presentes, de la misma forma que ocurrió en la céntrica plaza de la capital donde fueron arropades por decenas de personas mientras lloraban la pérdida de su hermano e hijo. 

    En un comunicado titulado “El racismo policial también mata fuera de servicio: Justicia para Abderrahim”, familiares y amistades de Abderrahim han expresado su repulsa a un “muerte a consecuencia del racismo policial que se suma a todos estos crímenes”. Cánticos como “no son muertes, son asesinatos” o “nativa o extranjera, la misma clase obrera” han acompañado las dos concentraciones en las que también se ha podido escuchar a familiares de la víctima.

    Un supuesto hurto fue la excusa para que dos agentes fuera de servicio practicaran una agresiva técnica de inmovilización por asfixia. Pese a que varios vecinos alertaron de que Abderrahim ya había dejado de moverse y les pidieron parar, uno de los agentes continuó con la maniobra durante 15 minutos hasta que asesinó al joven de 36 años. “No hay justificación para la muerte de Abderrahim, como tampoco hay imprudencia en estrangular a una persona durante más de 10 minutos”, reza el comunicado publicado. “Para algo existe la ley en España. La policía no puede ir matando a la gente así como así”, ha comentado el padre de la víctima en la manifestación de Torrejón en unas declaraciones recogidas por EFE.

    Quienes participan de las movilizaciones no dudan en lo más mínimo de que el asesinato corresponde a un acto racista. “Este suceso no puede interpretarse como consecuencia de una detención que salió mal – explican -, refleja tensiones más profundas entre el uso de la violencia institucional, la vulnerabilidad sobrellevada de los cuerpos racializados, y la ausencia de límites para quienes detentan el poder y la fuerza”. 

    También han querido remarcar que, pese a “desde sindicatos policiales se trate de describir lo sucedido como anecdótico y puntual, desde los colectivos y organizaciones antirracistas sabemos que no son casos aislados, que lo que ha funcionado aquí ha sido un racismo estructural”. 

    Los medios de comunicación también han sido señalados por amistades y familiares de Abderrahim. “Se han centrado en deshumanizar a Abderrahim, hablar del hurto como si fuera suficiente motivo para matar a alguien, y del origen migrante de Abderrahim, evidenciando la connivencia de determinados medios de comunicación y determinado periodismo con el racismo institucional”, explica el comunicado. 

    Fuente: El Salto



  • Sobre el perfilamiento racial y el abuso: un problema persistente

    Sobre el perfilamiento racial y el abuso: un problema persistente

    Al hablar de brutalidad policial con frecuencia nos viene a la mente Estados Unidos como máxima representación del uso excesivo de la fuerza por parte de los cuerpos policiales, especialmente contra la población negra y migrante. Y, bajo la falsa creencia que existe en la sociedad española de que “España no es racista”, no es de sorprender que veamos casos en los que el cuerpo policial trata de forma cuestionable a la comunidad negra y migrante, haciendo uso excesivo de la fuerza y sin razón alguna. 

    El caso que se ha presenciado el pasado 17 de mayo es un claro ejemplo que desmiente dicho lema de que “España no es racista”, pero también es una muestra de que la brutalidad policial es algo que se vive en nuestra sociedad y que no tenemos que ir hasta Estados Unidos para presenciarlo. 

    Estas ocurrencias son cosas que suceden más a menudo de lo que pensamos, no son hechos aislados. La brutalidad policial y el perfilamiento racial que va con ello es la realidad que han tenido que vivir muchas personas racializadas. 

    ¿Algunos ejemplos de esto? Como acabamos de mencionar, el 17 de mayo en Valencia, día trágico en el que Layli Colorado y su familia fueron víctimas del perfilamiento racial y la brutalidad policial. Por ser testigos de otro arresto, pararon a Layli para identificarla, sin ella haber hecho ni dicho nada, lo cual resultó en una brutal golpiza hacia ella y sus familiares (padres y amigo familiar) que intentaron ayudarla cuestionando la acción de la policía, mientras su hijo de 3 años era testigo de todo esto. 

    Como decimos, esto no es un hecho aislado, el 01 de febrero de este mismo 2025, en el país vasco, Karen Daniel Agredo Palacio acabó en la UCI tras haber sido empujada y recibido una brutal paliza por parte de la policía, lo que le acabó causando un edema cerebral y una parálisis parcial. No obstante, a pesar de lo ocurrido aún no se ha anunciado ninguna medida disciplinaria contra esos agentes, demostrando una vez más que los cuerpos negros pueden ser sujetos de este tipo de violencia policial e institucional sin justicia alguna y sin reprensión de los culpables. 

    Otro ejemplo es lo ocurrido en la mañana de navidad del 2023, donde Henry Casimiro, un hombre negro afrocubano con transtorno psiquiátrico diagnosticado, fue asesinado.

    Todos estos ejemplos no solo son muestra del racismo estructural e institucional que existe en la sociedad española y su imaginario colectivo, sino que también recalca otras problemáticas de lo que supone el espectro del racismo: la brutalidad policial, paradas-identificación-registros por perfilamiento racial, la falta de transparencia en los datos en lo que respecta a la comunidad migrante, la normalizacion de este tipo de violencia, las políticas migratorias, etc. 

    Hechos y criterios racistas que son sistemáticamente negados desde los cuerpos administrativos, pero que han sido numerosas veces denunciados por colectivos antirracistas y organizaciones de defensa de los derechos humanos. Aunque, a pesar de todo esto, no hay actuaciones de corrección ni de mejora, generando así miedo y desconfianza a raíz de la criminalización que sufre la comunidad negra y migrante, por parte de las personas cuyo objetivo es garantizar seguridad hacia toda la sociedad sin discriminación alguna. Pero que, a partir de los sesgos racistas, acaban oprimiendo a la parte de la población que ya ha estado sufriendo discriminación de forma histórica. 

    Además, con el no reconocimiento de estas actitudes del racismo sistemático e institucional se imposibilita el poder en algún momento establecer o implementar medidas y políticas de supervisión y de sanción sobre acciones que impactan negativamente sobre los derechos humanos de la comunidad negra y migrante en la sociedad, consolidando también la cultura de la impunidad e inmunidad que corre entre el cuerpo policial. Todo lo cual resultando en la dificultad a posteriori para hacer denuncias, especialmente de las personas en situación administrativa irregular, en reportar lo ocurrido en busca de algún tipo de justicia.

    Por lo que ya es tiempo de llamar a las cosas por sus nombres, al hecho de que las personas negras y/o migrantes tengan mayor probabilidad de ser paradas en la calle por la policía es un acto de racismo, es racismo institucional, es abuso de poder y de fuerza, es violencia policial, es perfilamiento racial.

    Una reflexión de Favour Ekaezunim

  • El Supremo confirma siete años de cárcel a un hombre que esclavizó sexualmente a una trabajadora del hogar

    El Supremo confirma siete años de cárcel a un hombre que esclavizó sexualmente a una trabajadora del hogar

    Los jueces avalan la condena impuesta a un hombre que durante varias semanas sometió a una mujer a diversos abusos y vejaciones con la amenaza de dejarla sin dinero ni trabajo. 

    El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de siete años de cárcel impuesta a un hombre que, durante varios días, abusó sexualmente de una mujer que trabajaba para él, sin contrato, como trabajadora del hogar en su casa de Madrid. El acusado intentó hacer creer a la Policía y a los jueces que, en realidad, eran pareja y todo era una venganza, pero la sentencia refleja la realidad: abusó sexualmente varias veces de ella con la amenaza de quedarse en la calle y sin dinero. “Recuerda, yo soy español y tú eres una negra migrante”, llegó a decir a la víctima para evitar que le denunciara. No era la primera vez: unos meses antes había sido detenido por abusos sexuales, según contaron los testigos, a otra mujer migrante que trabajaba como interna en su casa.

    Los hechos se remontan a mayo de 2019. Una mujer sale corriendo de un edificio, descalza y “muy nerviosa” y cuenta a una vecina que lleva varias semanas siendo sometida a abusos sexuales por parte del hombre que la contrató verbalmente para ser trabajadora del hogar. El acusado intenta hacer creer a los agentes que, en realidad, son pareja y han tenido una disputa irrelevante, pero no es capaz de aportar ninguna prueba. Los testigos y los agentes saben que no es la primera vez que se le acusa de algo así y arranca un proceso judicial por abusos sexuales que acaba de culminar con una condena firme de siete años de cárcel para él.

    El relato de la víctima, que avala no solo su declaración sino los mensajes y grabaciones que aportó, explica que conoció a su agresor en abril de 2019 y empezó a trabajar para él como trabajadora del hogar pocos días después. Una mujer peruana con hijos que se ofrecía en Milanuncios como trabajadora del hogar. Los primeros abusos, tocamientos y comentarios sexuales empezaron al poco tiempo: “Qué rica estás”, dijo el agresor a la víctima mientras ella le servía la comida. Fue el primero de muchos episodios de abuso sexual contra ella aludiendo siempre a que ella, mujer migrante, no tenía ningún poder contra él.

    El miedo y la necesidad de mantener el trabajo llevaron a la mujer a someterse a los abusos, tocamientos y comentarios. El hombre, según explican los jueces, “aprovechó” su precaria situación en su beneficio: su situación irregular en España y “temiendo perder el trabajo”. Llegó a quitarle el móvil y el pasaporte y cuando un día ella exigió respeto él contestó por mensaje: “Nadie te va a creer si me denuncias, eres negra e inmigrante ilegal y yo español. No vas a salir de este lugar”. El sadismo brotó durante un viaje a Málaga: “Verte llorar y bailar al mismo tiempo me excita”.

    La mujer consiguió escapar de la casa después de un forcejeo y fue acogida en la calle por una vecina hasta que llegó la Policía. Semidesnuda y “muy nerviosa”, según explicaron después los agentes, relató lo que había pasado. Esta vecina dijo entonces algo que los policías pudieron comprobar consultando sus bases de datos: la Policía ya había ido a la misma casa para detener al mismo hombre “por hechos de la misma naturaleza con respecto a una persona extranjera que trabajaba como interna”. Sucedió en septiembre de 2018, medio año antes de este nuevo abuso sexual. Los jueces no explican si ese primer episodio también acabó en condena.

    “No existe ninguna contradicción”

    El Tribunal Supremo ha optado por confirmar la condena que le impusieron tanto la Audiencia Provincial de Madrid como el Tribunal Superior de Justicia: siete años de cárcel por abusos sexuales y una multa por lesiones. Quedan enterradas de forma definitiva las múltiples versiones que el acusado fue dando desde su detención. Primero intentó hacer creer a los policías, en comisaría, que en realidad eran pareja y que era una disputa habitual. Los agentes le pidieron pruebas y dijo que no se acordaba del código de desbloqueo del móvil y que, por tanto, no podía aportar mensajes para probarlo.

    Llegó incluso a afirmar delante de los jueces que en realidad fue él quien llamó a la Policía y que la detenida había sido ella. También que no había contactado con ella por un anuncio de trabajo, sino que se habían encontrado por casualidad. Además de cumplir siete años y un mes de cárcel por el delito de abuso sexual y pagar una multa de 540 euros por el delito leve de lesiones, tendrá que indemnizar a la víctima con más de 8.000 euros por las secuelas y los daños morales.

    Frente a las versiones dispares y falsas del acusado para defenderse, el Supremo explica que la declaración de la víctima ha sido “constante y coherente” desde que habló por primera vez con la Policía Nacional en la puerta de la casa. “No existe ninguna contradicción”, dice la Sala de lo Penal. Los magistrados del tribunal madrileño que juzgaron el caso pudieron comprobar en directo “la clara afectación emotiva” que le provocó tener que relatar, por cuarta vez el infierno que había pasado.

    Fuente: elDiario

  • Trump refuerza el veto migratorio: Estados Unidos prohíbe el ingreso a personas de 12 países del Sur Global

    Trump refuerza el veto migratorio: Estados Unidos prohíbe el ingreso a personas de 12 países del Sur Global

    Donald Trump firmó el pasado 04 de junio una nueva orden ejecutiva que restringe severamente el ingreso de personas de origen extranjero al país. La medida prohíbe por completo la entrada de personas provenientes de 12 países, todos ellos del Sur Global y con poblaciones mayoritariamente negras o racializadas, además de aplicar restricciones parciales a otros siete. El decreto, que entrará en vigor el próximo 09 de junio, ha sido duramente criticado por organizaciones de derechos humanos, gobiernos afectados y activistas migrantes.

    Los países incluidos en la prohibición total son Afganistán, Birmania (Myanmar), Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. Por su parte, Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela se enfrentan a restricciones parciales, que limitan el otorgamiento de ciertos tipos de visados, estancias prolongadas o procesos de reunificación familiar.

    Aunque el gobierno estadounidense justifica esta decisión como una medida de seguridad frente a posibles amenazas terroristas, diversas voces han denunciado que se trata de una política profundamente discriminatoria, xenófoba y racista, con consecuencias devastadoras para millones de personas.

    Una política migratoria basada en el racismo

    Esta nueva prohibición recuerda al tristemente célebre “muslim ban” (veto musulmán) implementado por Trump durante su primer mandato, que también utilizó la excusa de la seguridad nacional para excluir del país a personas musulmanas. La medida fue entonces cuestionada legalmente y señalada como una vulneración flagrante del derecho internacional y de los principios más fundamentales de no discriminación.

    La decisión actual profundiza esa misma lógica de exclusión, apuntando de forma desproporcionada a naciones africanas, caribeñas y de mayoría musulmana. No es casualidad: los cuerpos migrantes que se ven más afectados por estas políticas son, sistemáticamente, cuerpos racializados. Son personas negras, musulmanas e indígenas quienes enfrentan las peores consecuencias de este tipo de restricciones, tanto en sus intentos por entrar a Estados Unidos, como en la violencia y las distintas barreras burocráticas que enfrentan quienes ya están dentro del país.

    La criminalización de la migración tiene una larga historia en Estados Unidos, pero bajo la administración Trump ha cobrado nuevas formas. La narrativa que asocia la migración con la criminalidad, la inseguridad o el terrorismo no sólo es falsa sino que también es peligrosa, pues alimenta la xenofobia y legitima políticas que vulneran tratados internacionales, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que reconoce el derecho de toda persona a salir de su país y buscar asilo.

    Migrar es un derecho, no un privilegio

    Detrás de cada caso hay vidas concretas: familias separadas, personas refugiadas que huyen de la guerra o la persecución, jóvenes que buscan oportunidades educativas o profesionales, trabajadoras que sostienen economías enteras con su labor. Esta nueva orden ejecutiva ignora por completo estas realidad. No sólo vulnera el principio de igualdad ante la ley, sino que refuerza un sistema global profundamente desigual en el que la movilidad humana está reservada para quienes nacen en el Norte Global.

    Desde los movimientos antirracistas y por la justicia migratoria, esta decisión ha sido calificada como una “política inhumana, racista y selectiva”. Activistas denuncian que la administración Trump está institucionalizando la xenofobia como una doctrina de gobierno, generando un impacto directo sobre colectividades migrantes ya históricamente violentadas en el exilio: como la haitiana, la somalí o la venezolana.

    En un contexto donde la migración forzada se intensifica por el avance de la crisis climática, los conflictos armados y las crisis económicas, cerrar fronteras a quienes más necesitan protección es una decisión que sólo puede entenderse desde la deshumanización sistemática de quienes habitan el Sur Global.

    ¿Qué implica esta medida?

    Aunque la orden entra en vigor el próximo 09 de junio, ya se reportan cancelaciones de entrevistas en embajadas, demoras en procesos consulares y un clima generalizado de incertidumbre entre las comunidades migrantes. Algunas universidades y empresas también han comenzado a evaluar el impacto que estas restricciones pueden tener sobre sus estudiantes o trabajadores internacionales, especialmente en campos como la salud, la ciencia y la tecnología.

    Además, la medida podría afectar la participación de atletas, delegaciones y visitantes de los países vetados en eventos internacionales programados en Estados Unidos, como la Copa Mundial de Fútbol 2026 o los Juegos Olímpicos de 2028.

    Desde Afrocolectiva reafirmamos una convicción innegociable: migrar es un derecho humano. Ni las fronteras, ni las políticas migratorias, deben ser mecanismos de exclusión racial.

    Fuente: Página 12

  • No sólo las obras de Vivaldi, Beethoven, Mozart, Bach, Chopin… y demás blancos europeos son clásicas: Una crítica afrocentrada a los estándares musicales

    No sólo las obras de Vivaldi, Beethoven, Mozart, Bach, Chopin… y demás blancos europeos son clásicas: Una crítica afrocentrada a los estándares musicales

    En los últimos meses, las redes sociales han visto un resurgimiento del interés por compositores europeos como Vivaldi, Beethoven, Mozart, Bach y Chopin. Entre quienes identifican estas obras clásicas, se ha instalado una percepción de superioridad intelectual, como si el reconocimiento de estas melodías otorgara un estatus de mayor cultura, civilización o refinamiento. Pero, ¿por qué precisamente esta música es la que se viraliza? ¿Por qué dominan los currículos de la teoría musical en conservatorios y academias? ¿Es casualidad que la música “culta” o “clásica” esté tan estrechamente vinculada a un linaje de hombres blancos europeos?

    Estas preguntas han sido motivo de reflexión en distintas comunidades musicales, y recientemente, el músico argentino Rodrigo San Martín avivó el debate con su video titulado “La teoría de la música es racista” (San Martín, [@sanmartinphase7], 2025). En él, argumenta que la enseñanza musical formal se basa en una visión eurocéntrica que excluye otras tradiciones igual de ricas y estructuradas. San Martín señala que la teoría musical tal como se enseña hoy no es un reflejo universal de la música, sino un conjunto de reglas creadas hace más de 300 años para describir el lenguaje musical de compositores europeos, ignorando por completo otros sistemas de organización sonora.

    Una de sus críticas más contundentes es que los conservatorios siguen enseñando una teoría musical basada en la escala cromática de notas occidentales, sin considerar que otras tradiciones musicales, como muchas afrodescendientes, operan con sistemas distintos. Por ejemplo, la música afrolatina, caribeña y africana trabaja con claves rítmicas y escalas modales que no encajan dentro del modelo tonal europeo, y aun así no son reconocidas dentro de la teoría formal (Kubik, 2010).

    Si la teoría musical pretende ser una herramienta de análisis y comprensión de la música, ¿por qué sigue excluyendo la riqueza armónica y rítmica de las músicas africanas, afroestadounidenses y afrolatinas?

    El nacionalismo alemán y la construcción de la “música clásica”

    Para entender por qué la teoría musical es lo que es hoy, es crucial analizar su construcción histórica. Durante el siglo XIX, el nacionalismo alemán jugó un papel determinante en la consolidación de un canon musical que exaltaba a compositores como Haydn, Mozart, Beethoven y Wagner como los pilares de la “gran música” (Taruskin, 2005). Basta saber quien era Heinrich Schenker o el padre del análisis Shenkeniano — quien en su propio diario defendió el nazismo y/o la supremacía blanca, por lo tanto, esto se evidencia en la mayoría de los análisis musicales — así que esta selección no solo fue estética, sino también ideológica (racista): la Alemania de la época buscaba reforzar una identidad nacional que se apoyaba en la cultura europea —filosofía, literatura y, por supuesto, música —como símbolo de la blanquitud y grandeza.

    El problema es que este sesgo histórico se transformó en un estándar incuestionable dentro de la academia musical. La teoría musical formalizó los principios y estructuras que estos compositores utilizaban, convirtiéndolos en las reglas universales del buen hacer musical. Así, las armonías, escalas y formas compositivas europeas del siglo XVIII se convirtieron en el “lenguaje de la música”, mientras que todas las demás tradiciones musicales del mundo fueron catalogadas como folclore, música popular o, en el mejor de los casos, influencias exóticas (Agawu, 2016).

    Pero, ¿qué pasa con las tradiciones musicales de la diáspora africana? ¿Por qué el jazz, el blues, la salsa, el kompa haitiano, el tango, la rumba o el griot —todos géneros musicales profundamente estructurados y con sistemas teóricos propios—siguen siendo excluidas de los currículos de teoría musical?

    La teoría musical como barrera excluyente y la universidad como cómplice

    Si analizamos los cursos de teoría musical en la mayoría de los conservatorios, notaremos que siguen enseñando conceptos que datan de hace más de 300 años, ignorando por completo las estructuras rítmicas y armónicas de músicas de origen africano (Kubik, 2010).

    Por ejemplo, el jazz introduce un sistema de armonía modal y sincopación que transformó la música del siglo XX. El blues, con su progresión armónica característica y su relación única con la microtonalidad, rara vez se estudia como una teoría en sí misma. Lo mismo ocurre con la salsa y la rumba, que tienen patrones rítmicos como la clave de son y la clave de rumba, esenciales para su estructura, pero que no gozan del mismo estatus que una sinfonía de Beethoven.

    El tango, un género nacido en el Río de la Plata (Argentina) con una fuerte raíz afrodescendiente, también ha sido relegado en la academia. Su compleja interacción entre ritmo y melodía, sus progresiones armónicas y su evolución estilística lo convierten en un sistema musical tan válido para el estudio como cualquier sinfonía europea (Gubitsch, 2015). Sin embargo, el tango solo aparece en los conservatorios como una “música de identidad nacional” en Argentina, sin ser estudiado con el mismo rigor teórico que el barroco o el romanticismo alemán.

    En el continente africano, tradiciones musicales como la polirritmia de la música mandinga, la estructura cíclica del soukous congoleño y los modos escalísticos de la kora en África Occidental han sido fundamentales en la evolución de la música global, pero rara vez son abordadas en el estudio formal de la música (Agawu, 2016).

    San Martín menciona otro punto clave: mientras que la teoría musical occidental opera con un sistema de 12 notas, otras tradiciones han desarrollado sistemas mucho más complejos. La música afrodescendiente, al igual que muchas otras músicas del mundo, utiliza escalas microtonales, polirritmias y estructuras que desafían la rigidez del sistema temperado europeo. Pero estos sistemas son ignorados porque no encajan en la lógica teórica que Occidente impuso como única referencia válida.

    La tradición del griot africano: Un ejemplo de clásicas musicales excluidas

    En el entramado de las tradiciones musicales africanas, el griot juega un papel crucial que va más allá de ser simplemente un narrador de historias. El griot es, en esencia, un compositor y un sabio, cuya música está imbuida de una profunda conexión con la espiritualidad, la historia, la comunidad y la memoria ancestral. Esta música, aunque rica en su complejidad y sofisticación, es frecuentemente ignorada, y muchas veces despreciada, por los estándares musicales establecidos por la tradición eurocéntrica.

    Los griots, cuya función es preservar la historia de los pueblos africanos a través de la música, no se limitan a seguir las estructuras armónicas o melódicas de la música clásica europea. Al contrario, su arte se estructura dentro de un sistema profundamente diferente, en el que la melodía, el ritmo, y la armonía tienen una relación orgánica y simbólica con el contexto social y espiritual. Instrumentos como la kora, el balafón y el n’goni, lejos de ser simplemente herramientas musicales, representan vínculos con la tierra, la ancestralidad y las raíces de una cosmovisión que niega la fragmentación entre lo espiritual y lo físico, entre lo individual y lo colectivo.

    La música de los griots es profundamente ritual, cargada de un sentido de trascendencia que no puede ser encasillada dentro de las categorías de la música “clásica” occidental. Mientras que los compositores europeos como Bach, Mozart o Beethoven crearon sinfonías que se ajustan a una estructura formalista, la música de los griots fluye en un espacio temporal no lineal, que se alimenta tanto del pasado como del presente, y que está al servicio de una comunidad viva que depende de la tradición para mantenerse unida y fuerte frente a las adversidades.

    Al no ser reconocida en los conservatorios ni en los programas académicos de música, la tradición del griot —y, con ella, la música africana en general— queda fuera de la estructura académica y cultural que define lo que se considera “legítimo” en la música. Este olvido, alimentado por la hegemonía de una visión eurocéntrica de la música, refleja la incapacidad del sistema educativo para integrar otras formas musicales que no se ajusten a los patrones impuestos por la teoría musical clásica.

    Es crucial señalar que la música de los griots no es una forma “primitiva” o “sencilla”. Más bien, se trata de un sistema musical completamente desarrollado, con sus propias reglas y complejidades, que se mantienen en constante transformación dentro de la tradición oral. Esta música, lejos de ser estática, es profundamente dinámica, adaptándose a los cambios de la sociedad mientras mantiene sus raíces espirituales intactas. Sin embargo, la teoría musical tradicional, basada en los patrones de tonalidad y armonía de la música clásica europea, se ve incapaz de entender o de valorar estos sistemas modales y rítmicos que son igualmente sofisticados.

    La exclusión de la música africana, afroestadounidense y afrolatina de la enseñanza formal de la música no es solo una cuestión de gustos musicales o diferencias estéticas. Se trata de una continua violencia epistemológica que marginaliza y despoja de legitimidad las formas de conocimiento que no se alinean con los valores impuestos por el colonialismo cultural. La música de los griots y de otras tradiciones musicales africanas no debe ser vista solo como un “interludio exótico” dentro de un currículo europeo; debe ser entendida como una manifestación cultural integral, profundamente significativa y con un valor comparable al de cualquier otra forma musical que se enseñe en los conservatorios del mundo.

    Por lo tanto y en defenitiva, el estudio de la música africana debe incluir, no solo una apreciación de sus formas sonoras, sino también un reconocimiento de la profunda conexión que existe entre la música, la historia, la identidad y la espiritualidad. Los griots no solo cuentan historias; ellos son los guardianes de una memoria colectiva que ha sido rechazada, borrada y oculta por la narración oficial que ha privilegiado la historia de los colonizadores. En su música reside una visión del mundo que resiste el olvido, una visión que debe ser finalmente reconocida y estudiada en su totalidad, no como una mera curiosidad exótica, sino como una parte fundamental del legado musical humano.

    La Isla de Haití y la música clásica olvidada

    El problema no es solo la exclusión de géneros afrodescendientes dentro de la teoría musical, sino también la invisibilización de compositores negros que sí trabajaron dentro de los cánones de la música académica.

    En la República Dominicana, José de Jesús Ravelo desarrolló obras sinfónicas y corales que merecen un lugar en el repertorio internacional. Sin embargo, su nombre no aparecen en los libros de teoría musical, ni sus obras se estudian con el mismo rigor que las de sus contemporáneos europeos.

    En la República de Haití, por ejemplo, hay una tradición de música clásica que rara vez es mencionada en los estudios occidentales. Occide Jeanty, uno de los compositores haitianos más importantes del siglo XIX, creó marchas y sinfonías que combinaban la estructura clásica europea con ritmos y melodías caribeñas (Largey, 2006). A pesar de todos los esfuerzos que hizo la investigadora argentino-mexicana, Lidia (Guerberof Hahn) Sansaricq, quien dedicó paralelamente su vida a la docencia en musicología en varias academias prestigiosas de América Latina, todavía no se pudo lograr hacer reconocer a la música clásica haitiana : “(…) Son compositores haitianos académicos y clásicos que estudian en París y Estados Unidos, cuando regresan en Haiti hacen un aporte propio a esas músicas. (…) Lo que espero es que las acepten… eso quiero transmitir al público. Primero que sepan que hay más que un país “paupérrimo” que no lo es. Haiti es un país creativo. Tiene una sensibilidad impresionante para el arte” me confesó.

    “Mi música es música clásica negra”

    Nina Simone, la legendaria pianista y vocalista afroestadounidense, expresó esta problemática con una contundencia que sigue resonando hoy:

    “El jazz es una palabra blanca para definir a la gente negra. Mi música es música clásica negra.” (Simone, citado en Cohodas, 2010).

    Lo que Simone señala aquí es la necesidad de redefinir el concepto de “clásico”. En lugar de aceptar pasivamente la idea de que la música clásica es un conjunto de obras escritas por europeos hace siglos, debemos entender que la música clásica es aquella que ha moldeado la historia de la humanidad. Y bajo ese criterio, el jazz, el blues, el kompa haitiano, el tango, la rumba y el soukous merecen el mismo estatus que una sonata de Mozart.

    Concluyendo… Sólo una teoría musical decolonial será verdaderamente universal

    La teoría musical, tal como se enseña hoy, no es un reflejo imparcial de la música, sino el resultado de siglos de racismo, del nazismo y de exclusión sistemática. Para que realmente cumpla su propósito de analizar y comprender la música en su totalidad, debe incluir las tradiciones africanas y afrodescendientes con la misma profundidad que las europeas.

    Significa estudiar el jazz no como “música popular”, sino como una estructura armónica legítima. Significa incluir en los conservatorios el análisis de la clave en la música cubana y el tango con el mismo nivel de detalle que el contrapunto barroco. Significa, en definitiva, abrir la música a todas sus posibilidades y dejar de tratar a la tradición europea como la única que merece ser considerada “clásica”.

    Al ignorar estas tradiciones o géneros no europeos, no solo perpetuamos la marginalización de las culturas africanas y afrodescendientes, sino que también limitamos nuestra comprensión de la música en su totalidad. Si aspiramos a una educación musical verdaderamente global y decolonial, debemos ir más allá de los límites de la tradición eurocéntrica y abrazar la riqueza y la diversidad de todas las músicas del mundo, reconociendo su valor intrínseco y su capacidad para enriquecer nuestra comprensión del arte sonoro. Solo así podremos crear un sistema musical que sea inclusivo, equitativo y verdaderamente representativo de la pluralidad cultural de nuestra humanidad.

    La música es más que teoría: es historia, identidad y resistencia. Y mientras sigamos ignorando la contribución afrodescendiente a la teoría musical, estaremos perpetuando una visión limitada y excluyente del arte más universal que tenemos.

    Referencias :

    1. San Martín, R. (2025). La teoría de la música es racista [Reel]. Instagram: @Sanmartinphase7
    1. Kipili (2025). La Tradition du Griot Africain, [Reel]. Instagram. @imkilipi
    1. Agawu, K. (2016). The African Imagination in Music. Oxford University Press.
    1. Cohodas, N. (2010). Princess Noire: The Tumultuous Reign of Nina Simone. University of North Carolina Press.
    1. Gubitsch, T. (2015). Tango: Una pasión musical. Editorial Eterna Cadencia.
    1. Kubik, G. (2010). Theory of African Music. University of Chicago Press.
    1. Largey, M. (2006). Vodou Nation: Haitian Art Music and Cultural Nationalism. University of Chicago Press.
    1. Taruskin, R. (2005). The Oxford History of Western Music. Oxford University Press.

    Un texto escrito por Jackson Jean —  periodista y activista negro — tras concluir el masterclass de “How to Think and Write Like a Critic” en The School of The New York Times

  • REDMA condena la crueldad y el terror impuesto por el Estado Dominicano disfrazado de política migratoria

    REDMA condena la crueldad y el terror impuesto por el Estado Dominicano disfrazado de política migratoria

    La Red Hemisférica por los Derechos de los Migrantes Haitianos (Rezo Emisferik pou Dwa Migran Ayisyen – REDMA) expresa su condena a las nuevas medidas migratorias adoptadas desde el 6 de abril por el gobierno de la República Dominicana contra las personas migrantes haitianas y las personas dominicanas de ascendencia haitiana. Estas últimas medidas de migración incluyen un nuevo protocolo en los hospitales para la identificación obligatoria de migrantes para su atención médica y la detención de migrantes si no poseen documentos que acrediten su estatus regular. Para implementar estas medidas, el gobierno ha ordenado la presencia de agentes de migración en 33 hospitales públicos en todo el país, con especial atención en las maternidades. Estas medidas, junto con la destrucción de toda una comunidad de personas de origen haitiano y los ataques violentos contra defensores de derechos humanos, son emblemáticos de la naturaleza cada vez más cruel y desenfrenada de las violaciones de derechos contra las personas de ascendencia haitiana que ocurren en la República Dominicana. En los primeros cuatro meses del 2025, el país repatrió a más de  119.000 personas a Haití, un aumento del 71% con respecto al mismo período del año pasado. 

     Ataques a mujeres embarazadas y bebés

    Desde que las nuevas medidas de migración entraron en vigor el lunes 21 de abril, las autoridades han intensificado las redadas de migración en varias zonas del país. Condenamos que las autoridades dominicanas estén deteniendo y deportando a mujeres embarazadas y en postparto en hospitales dominicanos. Nos horrorizan las imágenes de mujeres que apenas pueden caminar, debido a su avanzado estado de gestación, siendo escoltadas fuera de los hospitales por agentes de migración. Según varios testimonios publicados en medios de comunicación locales, los agentes de migración han detenido a cientos de mujeres haitianas embarazadas y recién paridas, así como a mujeres y adolescentes dominicanas negras que carecen de documentos de identidad. 

    Las autoridades y organizaciones haitianas han confirmado que las mujeres embarazadas, así como las mujeres en posparto y sus bebés, están siendo deportadas a Haití en cantidades cada vez mayores. En cinco días a finales de abril, las autoridades haitianas documentaron la deportación de 154 recién nacides (sin contar a sus madres) en un solo cruce fronterizo oficial. El gobierno no solo ha deportado a mujeres y bebés, poniendo, en ocasiones, en peligro sus vidas, sino que también las separa de sus bebés. Defensores de derechos humanos han denunciado la deportación de mujeres sin los bebés que acaban de dar a luz, y las autoridades haitianas de protección infantil informaron que el pasado 08 de mayo, un bebé de aproximadamente 5 o 6 meses fue deportado de la República Dominicana sin ninguno de sus padres. Estos actos violan el derecho internacional y conmocionan la conciencia.

    El presidente del Colegio Médico Dominicano expresó su preocupación por las últimas medidas y señaló que la “responsabilidad de un médico es brindar tratamiento y salvar vidas”. Preguntó: “¿Creen que una persona que ha tenido una cesárea… que sólo ha sido tratada con hilo, puede subirse a un camión y viajar a un país vecino con un recién nacido de un día? ¿Cree que eso es humano?”

    Ya se ha confirmado una muerte debido a esta política. Lourdia Jean-Pierre, una mujer de 32 años, falleció el 9 de mayo de 2025 poco después de dar a luz en su casa, por temor a ser detenida y deportada por agentes de migración en un hospital si buscaba atención médica. Esta muerte es consecuencia de la política gubernamental que busca deliberadamente impedir que las mujeres haitianas embarazadas reciban atención médica en los hospitales. Organizaciones en la República Dominicana, incluyendo a varios miembros de nuestra Red, ya habían advertido que esta política gubernamental pondría en riesgo la vida de las mujeres embarazadas o en labor de parto. Si la más reciente “medida migratoria” del gobierno dominicano continúa, Lourdia no será la única víctima.

    Estas medidas no son inéditas. El gobierno de Abinader implementó medidas similares contra mujeres embarazadas en hospitales durante su primer mandato en 2021 y 2022. Sin embargo, las medidas anteriores fueron ampliamente difundidas por la prensa nacional e internacional, denunciadas por organizaciones internacionales y condenadas por expertos de la ONU. El gobierno de Abinader está reintroduciendo estas políticas crueles e inhumanas, violando los derechos humanos y el derecho internacional. Hoy, a diferencia de 2022, la República Dominicana forma parte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU; por lo que cabría esperar que el gobierno dominicano mostrará un mayor compromiso con los derechos humanos, pero ha ocurrido lo contrario.

    Desplazamiento forzado y ataques a defensores de derechos humanos

    El gobierno dominicano está socavando activamente la vida y la seguridad de las familias mediante numerosas políticas y acciones. Durante la misma semana en que el gobierno comenzó a atacar a mujeres embarazadas y bebés en hospitales, las autoridades gubernamentales atacaron el sector Mata Mosquito de Friusa, un barrio de Punta Cana habitado principalmente por personas de origen haitiano, para aplicar medidas migratorias y demoler sus viviendas, además de un derribo a gran escala de su vecindario. Todos en Mata Mosquito fueron expulsados ​​y más de 500 personas fueron deportadas. Además de las acciones del gobierno, en el último mes grupos ultranacionalistas, como la Antigua Orden Dominicana y la pandilla Los Trinitarios, han aterrorizado a la población de Friusa. Los grupos ultranacionalistas organizaron una marcha el 30 de marzo en Friusa, autorizada por el Ministerio del Interior y la Policía, y cuyos participantes fueron custodiados por tropas del Ministerio de Defensa. Marcharon contra la presencia haitiana en la comunidad de Friusa, alegando que las personas haitianas superan en número a las dominicanas en la comunidad, y que su presencia allí buscaba transmitir la identidad dominicana.

    También condenamos las amenazas y los ataques contra la vida de los defensores de derechos humanos cuando intentan movilizarse y denunciar los daños que se cometen contra las personas de ascendencia haitiana. El 27 de abril, miembros de nuestra Red participaron en una marcha en conmemoración del aniversario de la Revolución de Abril. Durante la marcha, miembros de la Antigua Orden Dominicana atacaron a los participantes. Miembros de la red y otras personas, incluyendo personas haitianas de mayor edad que habían trabajado en las plantaciones de caña de azúcar, tuvieron que refugiarse en una biblioteca comunitaria. La biblioteca estaba ubicada a pocos metros de las fuerzas policiales y militares. La policía y militares desplegados ni previnieron el ataque ni, una vez ocurrido, detuvieron a los agresores armados.

    Exigimos más del Gobierno dominicano y de la comunidad internacional

    El Estado dominicano tiene compromisos internacionales de respetar y garantizar la vida y la dignidad de todas las personas que se encuentran en su territorio. El Estado también ha asumido compromisos particulares para proteger a las mujeres y les niños/as. Si bien el Estado afirma estar en su derecho de detener y deportar a personas de origen extranjero para proteger su territorio y a su ciudadanía, la población actualmente atacada, en particular las mujeres embarazadas y las infancias, no representan una amenaza para la seguridad del país como se alega. Además, entre las víctimas de demoliciones de viviendas de Friusa y detenciones arbitrarias también hay numerosas personas de origen dominicano, con y sin ascendencia haitiana.

    Deportar a personas a Haití en estos momentos es un acto inconcebible. La República Dominicana ha reconocido y se ha pronunciado públicamente sobre la violencia en Haití, instando a la comunidad internacional a brindar ayuda, y, sin embargo, hace caso omiso del aviso de no retorno del ACNUR, que pide a todos los Estados que suspendan los retornos forzosos a Haití. 

    El 17 de abril de 2025, la coordinadora de la Red Hemisférica, Gabrielle Apollon, pronunció un discurso en nombre de la Red en el Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Personas de Ascendencia Africana. Dijo: «Pedimos a todos los actores que condenen la campaña de terror racial enmascarada como política de migración que se está produciendo en la República Dominicana contra los haitianos y las personas de ascendencia haitiana». Cuatro días después de estas declaraciones, La República Dominicana intensificó su campaña de terror racial, atacando con mayor fervor a las personas más vulnerables del mundo: las mujeres embarazadas y sus bebés. 

    Como Red que defiende los derechos humanos de las personas migrantes haitianas, exigimos al gobierno dominicano que cese la persecución y el terror contra las personas de ascendencia haitiana presentes en el país, y que cese de inmediato la detención y deportación de mujeres embarazadas y personas enfermas en hospitales. 

    Exigimos que se proteja la libertad de expresión y de reunión de defensores de derechos humanos. Dada la situación de alto riesgo para las personas de piel oscura en la República Dominicana en el contexto actual de deportaciones masivas, arrestos arbitrarios y movilizaciones de organizaciones ultranacionalistas, hacemos un llamado a las personas negras de todo el mundo y a sus aliades en el movimiento por la justicia racial a que condenen estos actos y eviten viajar a la República Dominicana por turismo o trabajo, a menos que sea extremadamente necesario. Existe un sistema de apartheid en la República Dominicana que se está volviendo cada vez más brutal y arraigado, y esta opresión sistémica y violenta de las personas negras de ascendencia haitiana debe ser combatida por un movimiento transnacional de solidaridad similar al que ayudó a derrocar el apartheid sudafricano.

    La Red Hemisférica por los Derechos de los Migrantes Haitianos es una coalición transnacional de líderes por los derechos de los migrantes haitianos y organizaciones dirigidas por haitianos y haitianas que luchan por los derechos de las personas refugiadas y migrantes haitianas. Nuestras membresías se encuentran en 14 países del hemisferio occidental, incluidos Haití y la República Dominicana.

    Una Nota de La Red Hemisférica por los Derechos de los Migrantes Haitianos

  • Jannier Hurtado: contar al Pacífico Colombiano desde lo audiovisual como una apuesta por la identidad y las contranarrativas

    Jannier Hurtado: contar al Pacífico Colombiano desde lo audiovisual como una apuesta por la identidad y las contranarrativas

    Jannier Hurtado es fotógrafo documental, realizador audiovisual y cineasta. Originario de Buenaventura, en el Pacífico Colombiano, decidió migrar a Argentina para estudiar cine y artes audiovisuales. Su trabajo busca exaltar y visibilizar las narrativas y experiencias de las comunidades negras y migrantes en la región, por lo que entiende a la fotografia y al cine como una forma de luchar por y desde la justicia racial. 

    Ha participado de diversos proyectos audiovisuales comunitarios y afrolatinoamericanos junto a organizaciones territoriales como Fundación Huaitoto, Manos Visibles, Afroresistance y Cimarrón Producciones. También, ha impulsado investigaciones y producciones que entrecruzan lo afro y lo migrante como “Provocaciones Amefricanas”, haciendo un guiño al concepto de Amefricanidad difundido y creado por la pensadora afrobrasileña Lélia González, y “Acá Intrusa, allá impura”, donde cuenta la historia de Asami, una migrante afrocolombiana en Argentina que busca su lugar en el mundo sin renunciar a sus memorias en el Caribe. 

    Este año, su Largometraje Documental “DON JA”, sobre la vida de su abuelo Jacinto Gómez, un capitán de barco de cabotaje en el Pacífico Colombiano, fue seleccionado para participar en la Residencia Iberoamericana de Largometrajes Documentales en Desarrollo de Acampadoc en Panamá. Acompáñanos en esta entrevista para conocer mejor su historia, la pasión detrás de este proyecto, y la forma en la que puedes apoyarlo. 

    P: Cuéntanos un poco sobre ti, ¿cómo surge tu pasión por lo audiovisual? 

    Mi nombre es Jannier Hurtado Gómez, tengo 23 años. Soy nacido y criado en la ciudad de Buenaventura, soy realizador audiovisual, cineasta. Me interesa todo lo que tenga que ver con el cine y con las artes audiovisuales, y esa pasión nació y se fue construyendo un poco de la nada, porque cuando salí del colegio mi intención era estudiar derecho, pues la gente siempre decía que me veía espíritu para ser abogado. 

    Tiempo después no pude acceder a la universidad porque las opciones eran las universidades privadas y en Colombia son muy costosas. Una amiga, Paulina Moran, me ofreció hacer un documental porque su sueño era estudiar cine. Era un documental sobre el miedo, donde hicimos varias entrevistas, sin guión, sólo preguntando a las personas cuáles eran sus miedos, y recuerdo por ejemplo que una de las chicas decía que su miedo era hacer cosas que no le gustaría hacer, o un chico que comentó que su miedo era iniciar su carrera y que su mamá muriera. Y, aunque no tenía cámara ni trípode, sí tenía muchas ganas, y estaba iniciando con la fotografía a través de mi celular. Así que ella me ofrece hacer este documental, y en el proceso me doy cuenta de que es lo mío, de que esto es lo que quiero hacer toda mi vida y a lo que me quería dedicar. En ese sentido, también fue entender que mi primera referente en el cine no fue una persona de afuera, sino que fue una mujer, una amiga negra de Buenaventura. Y eso es algo que siempre hablo con las demás personas, y es que no tenemos que buscar otres referentes para construir nuestros procesos artísticos. Nuestros referentes también pueden ser nuestra mamá, nuestro abuelo, nuestro vecino; que por más que no hayan tenido una formación académica en tal cosa, son referentes. 

    Luego de eso, pensé en qué le podía aportar a Buenaventura desde lo que estoy haciendo, desde lo que estoy aprendiendo, que en ese momento era la fotografía documental. Tiempo después mi familia me regaló una cámara y pude tomar más fotografías, publicar lo que estaba haciendo, estar en exposiciones nacionales, también en Buenaventura. Y luego tomé la decisión de estudiar cine, busqué opciones pero en Colombia es muy complejo el acceso a la educación. Así que, mi opción fue Argentina, tengo una amiga acá, en Rosario, y ella me impulsó a venir. 

    P: Revisando tu trabajo, hemos visto que tienes un interés profundo en captar la esencia y las luchas de tu territorio a través de imágenes, ¿qué significa para ti retratar a Buenaventura? 

    R: Para mí retratar Buenaventura es hacer una contranarrativa, desde cómo históricamente nos han narrado en las ciudades. Lo que yo hago desde la fotografía es justamente rescatar esa otra Buenaventura, y desde mi mirada, porque cada artista en Buenaventura tiene una mirada distinta del territorio. Así que, lo que busco con mi fotografía es retratar la cotidianidad de Buenaventura, por eso usualmente no manipulo mis fotos, no manipulo a los personajes, sólo si es un proyecto muy específico. Pero si se trata de Buenaventura como tal es la cámara, mi lente y listo. También es mostrar que Buenaventura no sólo es conflicto y violencia, sino que es mucho más que eso.

    Retratar a Buenaventura también me ha permitido que mucha otra gente conozca Buenaventura desde ese lado que no conocen,  y que tampoco se les ha permitido conocer. Además, los proyectos audiovisuales de los que he participado me han permitido ser de alguna manera un referente para otras personas jóvenes que recién están empezando con la fotografía. 

    Y, también con la fotografía busco traer un recuerdo, que la gente pueda conectar esa fotografía con algo que le pasó, con su territorio, con su familia. 

    P: ¿Cómo al mismo tiempo surge la idea de migrar a Argentina? ¿Qué aprendizajes tuviste desde ese lugar? 

    Pues mira, yo nunca pensé en migrar. Nunca pensé en irme de Buenaventura, ya que en ese momento no veía tanto la necesidad. Ya cuando crecí me di cuenta de cosas que quería en mi vida, y que honestamente no podía conseguirlas en Buenaventura, y que no podré conseguirlas hasta luego de 10 años por lo menos. 

    Y realmente no sabía mucho de Argentina antes de tomar esta decisión. Aunque antes de venir si hice una investigación para determinar cuál era el plan de estudios adecuado para mí, para lo que yo quería estudiar. Así que, una de las principales razones por las que migro tiene que ver con el acceso a la educación en Colombia, y particularmente en Buenaventura, ya que mi familia no tenía acceso para costear una universidad privada en Bogotá, en Cali. Mi sueño era estudiar cine pero mi familia no podía asumir ese costo, así que elegí prepararme psicológica y económicamente para migrar acá, porque aunque la educación sea no arancelada es un gasto enorme también. 

    Cuando llegué acá a Argentina fue un choque. Llegué con 20 años cumplidos y era la primera vez que me iba de mi casa, que cocinaba solo, que vivía con otras personas; y me sentía como un chico de pueblo que llegaba a la gran ciudad. Empecé a notar también el desarrollo de estas ciudades, y a entender que cosas que estaba haciendo, lugares de los que estaba participando, estaría muy bueno que jóvenes de mi territorio también pudieran tener sin tener que ir a otro lugar para vivir esas mejores condiciones de vida. Y llegar acá también fue vivir el racismo en Argentina, en un momento donde ya estaba consciente de mi negritud. Así que fue un choque también desde esto de extrañar ver tanta gente negra en un mismo sitio. Y, aunque viví varias experiencias de racismo, entendí también que podía elegir con quién relacionarme y dónde dar batalla. Ya con ser una persona negra y migrante uno está luchando, así que fue también elegir dónde poner la energía. 

    A veces me cuestiono mucho también el haber migrado, aunque entiendo estar acá como una oportunidad que debo aprovechar. Y, mi plan también es profesionalizarme acá en Argentina y ver qué herramientas puedo adquirir acá para llevar a mi comunidad. Porque cuando me fui de Buenaventura, recuerdo que me senté en el mar y le dije “Ok, yo sé que acá nació todo el sueño para estudiar cine, pero yo me voy a ir por un corto tiempo, y cuando regrese tengo que devolverle ese favor” y justamente este documental sobre la vida de mi abuelo es ese favor, ese granito de arena para el cine en Buenaventura que dentro de todo aún está inexplorado. 

    P: Sabemos que conseguiste una beca parcial para participar en la Residencia Iberoamericana de Largometrajes Documentales de Acampadoc en Villa de Los Santos, Panamá ¿Podrías hablarnos un poco sobre este proyecto y cómo podríamos apoyarte? 

    “DON JA” es un largometraje que está en desarrollo, y donde actualmente soy el director. Cuenta la historia de mi abuelo, un capitán de barco de cabotaje en Buenaventura hace 45 años. Él no es de Buenaventura, es de Ensenada, Nariño, como a dos horas y media en lancha, pero lleva toda su vida en Buenaventura, así que es de Buenaventura. Entonces cuento su historia como capitán de barco de cabotaje, de estas embarcaciones que han dado mucho a los territorios negros y periféricos del Pacífico, y que conozco desde muy pequeño porque yo solía viajar con mi abuelo para conocer otros pueblos, visitar a mis tías en la Ensenada, en Charco. Así que siempre estaba en estas embarcaciones. 

    En diciembre de 2021, antes de venir a Argentina, tuve la oportunidad de hacer un viaje con mi abuelo. Hago un viaje sobre él, y quería hacer un buen registro. Llevo la cámara, me embarco con él una semana, saco un montón de fotografías y como que empiezo a imaginar un poco cómo podría adaptar esto a lo audiovisual. Si bien aún no había ingresado a la carrera tenía algunos cimientos básicos del mundo del cine, así que saqué muchas fotos e hice un buen registro, al punto en que hoy lo uso en gran parte para desarrollar el largometraje. 

    El año pasado, me senté y dije ya está. Es el momento de construir este sueño y este regalo que dejo para Buenaventura. Fue entender que estoy aprendiendo muchas cosas desde el cine, pero que puedo aplicarlas en proyectos como este. Así que empecé a escribir la historia un poco, pensando en lo que realmente quería. Ese mismo año, hicimos una prueba de teaser y acercamiento a la historia con unos amigos tras participar del Festival de Cine en Buenaventura que se llama ‘Lente Pacífico’, y entonces lo que hicieron fue entrevistar a mi abuelo, y sacar algunas fotos, siendo el primer acercamiento audiovisual que se le hizo a mi abuelo en torno a los barcos de cabotaje. En esa ocasión, el corto quedó seleccionado en Buenaventura, se presentó en distintos lugares de la ciudad y a la gente le empezó a gustar la historia. Luego tuve videollamadas con mi abuelo, donde le comenté la idea, y le gustó, porque cree que la historia de él y la de muchas otras personas que vienen trabajando en estas embarcaciones se tiene que conocer, porque mucha gente no sabe el significado y la importancia de que estos barcos de cabotaje sigan existiendo en el territorio. Si estos barcos de cabotaje no existieran, territorios como Charco y Ensenada tendrían procesos sociales y económicos totalmente distintos porque dependen de estos barcos, así que después de eso participé de un laboratorio audiovisual con Colombia y Brasil junto a ‘Manos Visibles’ con este proyecto, donde profundicé mucho más en él. Y, ya que tenía un viaje muy largo programado en Colombia, aproveché la oportunidad para construir el teaser original. Así que reuní a mi equipo de trabajo y en febrero sacamos una rifa para poder costear el teaser, y afortunadamente se vendió en 24 horas y con eso financiamos el teaser. Buscamos hacer un rodaje digno porque la gente negra también merece hacer cosas dignas y en su territorio. 

    Luego empezamos a ver convocatorias, financiamiento, y unas amigas me mandaron lo de Panamá, y aplicamos. Y construimos una propuesta con mi abuelo, desde su historia, de mi familia, de las personas que conocemos esta historia que merece ser contada. Luego nos comentan que fuimos preseleccionados, nos convocan para una entrevista y ahí nos anuncian que fuimos seleccionados. Mi familia, mi abuelo y yo no lo podíamos creer, y recibir esa noticia cuando aún estaba en Buenaventura fue celebrar este logro y entender que nuestras historias están impactando en otros territorios, en otras comunidades. Así que, ha sido una felicidad completa y mucho orgullo también, ya que es una historia también mía, de mi abuelo. 

    De hecho, en algunas partes de lo que he escrito para el documental planeo hacer un último viaje con mi abuelo. Va a significar que este viaje es cerrar este etapa, porque si bien los barcos de cabotaje han dado mucho a personas como mi abuelo, quienes viven en estos barcos no están en condiciones óptimas. No es como que tienen una seguridad social, o si les pasa algo en altamar alguien les asiste. 

    Así que, a quienes quieran y puedan apoyar este proyecto, les invito a contribuir a nuestra Vaki, disponible en mi biografía, para que historias como las de mi abuelo puedan seguir siendo contadas desde nuestras voces y nuestra propia mirada en el territorio. 

    Una entrevista de Alejandra Pretel para Jannier Hurtado