Hoy en Afrocolectiva entrevistamos a una menor de 14 años, la cual nos cuenta su experiencia en su colegio, donde recientemente ha llegado a sufrir agresiones físicas por ser negra.
Los hechos han tenido lugar en Tenerife (Islas Canarias), España.
Adela: Hola, ¿puedes contarnos tu experiencia en tu colegio? ¿Te tratan diferente por ser negra?
Menor: Hay gente que me trata bien y otros que no. Por lo general me suelen hacer bromas racistas; tipo: ponen apodos y se ponen a jugar con tu nombre diciendo cosas como chocolate negro, ¿oye tu madre, cómo te ve? O cantando que cuando se apaga la luz no se puede ver. También me dicen que vine a España a robarles el dinero, o cuando ven algo negro dicen que hay mucho de ti aquí… Esas y otras más cosas me dicen, cada uno es peor que otro.
Adela: ¿Cómo te sientes cuando hablan de historia de África en clase y cómo reaccionan tus compañerxs?
Menor: Al principio me siento bien, pero luego empiezan con cosas como que mi país es pobre y que salga de clases. Cuando se habla de otros lugares del mundo que no están en África, ellos no se ponen así. No es nada grave según ellos, pero me duele; y creo que ellos deberían valorar a lxs negrxs y no meterse así con nosotrxs. Ellos me dicen las cosas esas a posta, porque saben que me molesta.
Adela: ¿Qué pasó el día de la agresión?
Menor: Bueno… días antes había discutido con mis compañeros. Más de lo mismo: se metieron con mi pelo. Que si es sucio, que si es demasiado corto…. También me dijeron que era pobre y, como tal, no tenía ropa “nueva” ni de marca. Más de lo mismo, como ya era de costumbre.
Luego el día mismo estuvimos en el salón en la hora de descanso y no había nadie. Cinco de mis compañeros, todos chicos, se levantaron y se pusieron a insultarme y a golpearme por todos lados. Más no puedo contar.
Adela: Entiendo… sé que es difícil hablar de esto. En ese momento preciso, ¿cómo te sentiste?
Menor: Me sentí impotente, no entendía qué les había hecho para llegar a este extremo. Hasta ahora sigo recordando lo que pasó ese día, nunca llegaré a entenderlo. Después de eso salí llorando, no quería hacer nada y me fui.
El hecho se lo conté a mis cuatro psicólogos y con la ayuda de mis padres notificamos al colegio. Desde entonces, me han asignado un profesor/tutor que me acompaña a todos los lados, y a los compañeros que me agredieron les han dado una baja temporal hasta que se resuelva el asunto.
Adela: ¿Cómo han llevado tus padres esta situación?
Menor: Mis padres han tomado cartas en el asunto, pero lo han llevado muy mal porque no es agradable ver cómo tu hija está sufriendo. Verme llorar todos los días cuando voy a entrenar, cuando voy a clase… sin poder explicar qué me pasa, les parte.
Adela: Me dijiste que querías hacerte un cambio de imagen, alisarte el pelo, hacerte las uñas… ¿Crees que lo que pasó ese día tiene algo que ver con esa decisión?
Menor: No lo sé. Pero no me siento muy cómoda conmigo misma y, por lo tanto, quiero hacer ciertos cambios que me den seguridad a la hora de enfrentarme a los comentarios.
Adela: Si estás teniendo inseguridades con tu imagen, cosa que antes no te preocupaba, es posible que estos hechos estén influenciando la manera en que te percibes a ti misma. Recuerda que eres perfecta tal y como eres, y tu pelo es hermoso.
Menor: Gracias, pero no me siento bien conmigo misma.
Adela: ¿Has pensado cambiarte de colegio? Porque a fin de cuentas la que sufre eres tú, y es tu vida que está en peligro…
Menor: Lo he pensado, pero no voy a cambiar de colegio porque no quiero que ellos ganen.
Adela: ¿Ha sufrido agresiones de compañeras tuyas? ¿Qué argumentos usas para defenderte?
Menor: Agresiones físicas de compañeras no he recibido, pero sí verbales. Por lo general, cuando me atacan no suelo decir nada, es mejor así.
Adela: Si pudieras cambiar algo de tu colegio en ese aspecto, ¿qué sería?
Menor: Pasar por toda esa situación me ha generado inseguridades, ansiedad, depresión… todo eso simplemente por intentar integrarme para no sentirme tan sola. Y como respuesta me han tratado como una mierda.
Me gustaría que entendieran que lxs negrxs somos seres humanos, no somos juguetes que se utilizan y se tiran como si nada, ni sujetos a los que insultar. Somos humanos y como tal tenemos sentimientos, al igual que ellxs sienten, así que deben tenerlo en cuenta. Todo eso me ha generado muchas inseguridades.
Adela: ¿Qué le dirías a otras niñas negras que pasan por lo mismo?
Menor: Les diría que luchen para que nadie las humille ni que las maltraten. Que no les demuestren que las palabras o actos racistas les afectan, así es más fácil que te dejen tranquila antes.
El color de piel no significa nada, todxs somos iguales. Muchxs venimos aquí a buscar un futuro mejor y eso conlleva dejar detrás a tu familia, amigos y personas que te apreciaban, con lo que no es tarea fácil, como a ellos les parece.
Hace años lxs negrxs estábamos esclavizados por gente blanca, pero ahora son otros tiempos, no vamos a volver a esa época. Si es lo que ellxs quieren, nadie nos va a callar ya, tenemos que luchar.
Ya no estamos en esa época en la que no podíamos contar nuestra historia ni reclamar por las injusticias que sufrimos, tarde o temprano nuestra voz sonará mucho más alta y, cuando eso pase, se darán cuenta de lo fuertes que somos las personas negras.
Hoy conté mi historia como chica negra. He estado como una semana con crisis de ansiedad, depresión, dificultad para dormir… Tengo ya una mano que a veces llego a no sentir, por toda la presión que he sufrido. Y no solo durante esa semana, sino a lo largo de mi vida, por el hecho de ser negra.
Todo eso me ha llevado a tomar medicamentos y es bastante duro. Tengo que aparentar que estoy bien delante de personas que se meten conmigo a diario y no paran hasta verme llorar. Cada día me levanto preocupada por si me van a acosar cuando vaya a clase o al entrenamiento.
En muchas ocasiones en los exámenes dejo el folio en blanco por el estrés que sufro y cuando suspendo me dicen que al ser negra soy menos inteligente.
Adela: A pesar de todo el acoso que has sufrido, ¿te sientes orgullosa de tu color de piel?
Menor: Sí. Por nada del mundo me gustaría cambiar el color de mi piel. Soy senegalesa, pero tengo la nacionalidad española y crecí aquí. En Senegal he estado poco tiempo, pero le tengo mucha estima y aprecio porque es un país en el que, a pesar de todo lo que dicen, la gente es muy feliz. Vas a la calle y notas alegría; y te llevas bien con los vecinos, sois todxs como una familia. Aquí muchas veces ni conoces a tu vecino de enfrente.
Adoro mi país, adoro mi color y a pesar de todo lo que pase siempre voy a estar orgullosa de mi piel.
Adela: ¡Wau! Muchísimas gracias por tus palabras y sobre todo por la valentía al contar todo esto y el hecho de que a pesar de tus inseguridades sigas estando orgullosa de tu color.
Menor: Gracias a ti por permitir que cuente mi historia. Para muchxs será una historia más, pero para mí es mi día a día y mi tormento.
Adela: Gracias por todo. Mucho ánimo con todo pequeña.