A pesar de los votos en contra del Partido Popular, VOX y CUP, Congreso de los Diputados ha dado luz verde a la polémica ley de consentimiento sexual en España: la Ley del Solo Sí es Sí o ley de garantía integral de la libertad sexual.
Desde el Ministerio de Igualdad, se presentó un borrador para la aprobación de esta ley antes de la pandemia, cuando Podemos y PSOE, los dos partidos políticos que conforman el gobierno de coalición actual, coincidieron en la necesidad de reformar los delitos sexuales en el Código Penal.
Ante esto, la oposición desplegó su artillería más pesada: Santiago Abascal, líder del partido ultraderechista VOX, aportó datos falsos para deslegitimar la eficacia la ley de violencia de género; y Pablo Casado rechazó la propuesta argumentando que el consentimiento ya está incluido en el Código Penal desde 1822.
Machismo y ultraderecha: una relación tóxica que nunca termina
Y muchas personas, ajenas a la realidad política de España, os preguntaréis: ¿por qué se iban a abstener de votar a favor una ley tan positiva?
En lo que se refiere a VOX, ya es sabido que no reconocen la violencia machista (o violencia de género). Para lxs integrantes y seguidores de este partido únicamente existe la violencia intrafamiliar, porque según su criterio la violencia puede ir en todas las direcciones y no es estrictamente ejercida por un hombre hacia una mujer.
Partiendo de esa premisa, no hay duda alguna de que una ley de consentimiento sexual no tienen cabida en su argumentario. Sin ir muy lejos y para que os hagáis una idea, Ángeles Criado, diputada del Grupo Parlamentario de VOX en la Comunidad Valenciana, alertó de los suicidios de hombres motivados por falsas denuncias e injusticias provocadas por la ley de violencia de género durante la Comisión de Igualdad en noviembre de 2020.
Por parte de Pablo Casado, presidente del Partido Popular hasta abril de 2022, es más que obvia la raíz de su reticencia a toda iniciativa que ponga en peligro el reinado del machismo en la sociedad española.
En los últimos días, los medios se han hecho eco por fin de un caso que ya denunció en febrero de 2019 el periodista y subdirector de La Marea, Antonio Maestre.
En su investigación descubre un texto humorístico para la revista del Colegio Mayor Elías Ahuja del exlíder del PP, en el que es abiertamente racista y machista y emplea los mismos vocablos que los alumnos universitarios que se han hecho virales gritaban desde sus balcones a sus compañeras de residencia.
Para entrar más en detalle sobre el asunto, podéis consulta el artículo completo en La Marea, donde encontraréis el texto original escaneado y un análisis del mismo.
En su momento, y a pesar de la insistencia, no obtuvieron declaraciones del gabinete de prensa de Pablo Casado ni hubo repercusión alguna, pues todavía tienen cuatro ejemplares del texto en la biblioteca de esta residencia universitaria.
Y ahora, ¿qué cambios introduce la nueva Ley?
Desde el pasado viernes, y tras su aprobación en el Congreso el pasado mes de agosto, esta normativa entra por fin en vigor. Fue publicada hace un mes en el Boletín Oficial del Estado y forma también ya parte del Código Penal.
Entre los aspectos más destacados, la nueva ley elimina la antigua distinción entre abuso y agresión y regula la necesidad del un consentimiento expreso en las relaciones sexuales.
La nueva Ley del ‘solo sí es sí’ establece que:
- Todo acto que atente contra la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento es una agresión sexual castigada con pena de prisión de 1 a 4 años.
- El consentimiento expreso será la pieza clave para juzgar los delitos sexuales y se define de la siguiente manera: “Sólo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente, mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona”.
- Las víctimas ya no tendrán que demostrar que han sufrido violencia o que se han resistido para acreditar una agresión y se eliminan los abusos sexuales del Código Penal.
- La ley considera violación toda agresión sexual con penetración y la castiga con pena de prisión de cuatro a doce años.
- La pena máxima será de quince años en el caso de la violación y de ocho en el de la agresión sexual sin penetración cuando concurra alguna agravante, como la agresión en grupo, la violencia extrema o la especial vulnerabilidad de la víctima.
- Se introduce de forma expresa también como agravante el que se anule la voluntad de la víctima con fármacos o drogas (sumisión química) y que entre la víctima y el agresor haya existido o exista una relación de pareja.
- Se penaliza el acoso callejero, entendido como comportamientos o proposiciones de carácter sexual que generen a la víctima una situación humillante, hostil o intimidatoria y se multará el reenvío de imágenes de terceros que hayan sido grabadas sin autorización de la persona afectada y que menoscaben gravemente la intimidad.
Por todo esto, desde Afrocolectiva, creemos que sí, definitivamente necesitamos una ley de consentimiento sexual en España y en todo el mundo; ya que es notable que el debate sobre el consentimiento sexual aún está sobre la mesa, y muchas personas todavía no tienen claro a qué nos referimos cuando hablamos de consentimiento.
Una reflexión de Ana Bueriberi