Sonia María de Jesús, una mujer negra de 50 años que cuenta con una discapacidad auditiva, está siendo esclavizada por Jorge Luiz De Borda y Ana Cristina Gayotto de Borda en una casa de Florianópolis, Brasil.
Después de 40 años siendo esclavizada, Sonia fue rescatada en el 2025 durante un operativo realizado en la casa del juez del Tribunal de Justicia de Santa Catarina, Jorge Luiz de Borba y de su compañera, Ana Cristina Gayotto de Borda quienes estaban siendo investigades por haber sometido a Sonia a condiciones de trabajo inhumano. Sin embargo negaron la acusación, sosteniendo que Sonia es una familiar.
Aun así, dos meses después, el juez solicitó visitarla en el albergue donde fue enviada tras el rescate, y obtuvo autorización del Superior Tribunal de Justicia, que le permitía regresar a la casa de les esclavizadores, pese a las condiciones inhumanas y de cautiverio en las que se encontraba Sonia.
Hoy esta mujer se encuentra nuevamente en cautiverio, en la casa de sus esclavizadores Jorge Luiz De Borda y Ana Cristina Gayotto de Borda, porque la justicia racista y colonial le ha negado la libertad y las atenciones para que Sonia pueda emanciparse dignamente de sus abusadores, quienes en vez de haber sido castigados con con la ley, se les ha beneficiado y aplaudido más de 40 años de abusos.
La Inspectora que lleva el caso, Luciana Xavier, explica que Sonia no tuvo la oportunidad de comprender todas las violaciones que sufrió. “Ella no sabe que tenía una familia que la quería, no sabe que tenía derecho a ir a la escuela, aprender y tener vida comunitaria. Era una mujer invisible, recién obtuvo su cédula de identidad en 2019, cuando tenía 45 años. No tenía tarjeta de crédito, ni celular, no hizo amigos y ni siquiera tenía derecho a enamorarse. ¿Cómo se comunicaría ella?”.
Debido a esto, el periodista Beto Almeida destaca la importancia de la audiencia pública realizada en el Senado Federal, coordinada y convocada por el senador Paulo Paim, del PT de Rio Grande do Sul. Destaca que la sociedad brasileña quedó sorprendida por una decisión provisional que favoreció el regreso de Sonia a la casa que ella tenía , que de hecho, era el entorno de su prisión.
Sonia tiene una familia que ya la ha buscado y quiere recuperarla, por esta razón hacemos esta denuncia para que se haga justicia, se castigue a sus esclavizadores y les caiga todo el peso de ley. Invitamos también a toda la comunidad digital a compartir esta noticia para dar visibilidad a este caso de esclavitud moderna.
¡Sonia merece libertad, justicia, reparación y respeto!
Una nota de Betty Zambrano Zabaleta