Sonya Massey, una mujer afroestadounidense, es asesinada por la policía tras haber llamado al 911 pidiendo ayuda

Sean Grayson, un policía blanco de Illinois enfrenta cargos por el asesinato de Sonya Massey, una mujer negra quien había llamado al 911 porque alguien merodeaba su casa.

Sonya Massey, una mujer negra, se agachó y se disculpó con un agente del sheriff de Illinois segundos antes de que este le disparara tres veces dentro de su propia casa, con un tiro fatal en la cabeza, como se ve en un video de la cámara corporal del policía, publicado el pasado lunes.

A pesar de que un gran jurado de Illinois acusó formalmente al ex ayudante del sheriff del condado de Sangamon, Sean Grayson, Grayson se declaró inocente de los cargos de asesinato en primer grado, agresión agravada con arma de fuego y mala conducta oficial.

El video confirmó el relato previo de los fiscales sobre el tenso momento en que Grayson le gritó a Massey desde el otro lado de la cocina para que dejara una olla con agua caliente. Luego amenazó con dispararle, Massey se agachó, se levantó brevemente y Grayson le disparó.

¿Qué se sabe sobre el asesinato de Sonya Massey a manos de la policía?

Las autoridades explicaron que Massey, de 36 años, había llamado al 911 para denunciar a un presunto sujeto que merodeaba su casa, por lo que temía un asalto o robo en su vivienda. El video muestra que los dos agentes acudieron poco antes de la 1 de la madrugada del 6 de julio a la casa de Massey en Springfield, a 322 kilómetros al suroeste de Chicago. Primero caminaron alrededor de la casa y encontraron una camioneta negra con las ventanas rotas en la entrada.

Massey tardó tres minutos en abrir la puerta después de que los agentes tocaran, y ella inmediatamente pidió: “No me hagan daño”.

Ella parecía confundida mientras hablaban en la puerta, y repitió que necesitaba ayuda, también hizo referencia a Dios y les dijo que no sabía quién era el dueño del auto.

Dentro de la casa, los agentes parecían exasperados mientras ella se sentaba en su sofá y revisaba su bolso cuando le pidieron una identificación para completar un informe antes de irse. Entonces Sean Grayson señaló una olla de la estufa, que estaba prendida y dijo “No necesitamos un incendio mientras estemos aquí”, indicándole a la mujer que la apagara.

Massey se levantó inmediatamente y fue a la cocina, movió la olla al fregadero. Ella y Grayson parecieron reírse mientras ella vertía el “agua hirviendo” de la olla al fregadero, antes de que ella dijera inesperadamente: “Te reprendo en el nombre de Jesús”.

“Será mejor que no lo hagas (censurado) o te juro por Dios que te (censurado) dispararé en tu (censurado) cara”, dijo el oficial de policía. Luego sacó su pistola de 9 mm y le exigió que soltara la olla.

Massey dijo: “Está bien, lo siento”. En la grabación de la cámara corporal de Grayson, él le apuntó con su arma. Ella se agachó y levantó las manos.

Grayson seguía en la sala de estar, frente a Massey y separado por una encimera que dividía la sala de estar y la cocina. Los fiscales han dicho que la separación le permitía a Grayson “distanciarse y protegerse relativamente” de Massey y de la olla de agua caliente.

Después de que Grayson le disparó, impidió que su compañero tomara un botiquín médico para salvarla, advirtiéndole que si lo hacía le iba a disparar en la cabeza. “No hay nada que puedas hacer”.

Agregó: “¿Qué más podemos hacer? No voy a recibir agua hirviendo en la cara”.

Al notar que Sonya aún respiraba, cedió y dijo que también él iría a buscar su equipo. El otro agente dijo: “Al menos podemos intentar detener la hemorragia”.

¿Qué dijo el oficial Grayson sobre el asesinato de Massey?

Grayson dijo a la policía que acudió al lugar: “Tenía agua hirviendo y se me acercó con agua hirviendo. Dijo que me iba a reprender en el nombre de Jesús y se me acercó con agua hirviendo”. Durante una conferencia de prensa el lunes por la tarde, el abogado de la familia y defensor de derechos civiles Ben Crump, calificó de falsa la justificación “revisionista” de Grayson.

“Necesitaba una mano amiga, no una bala en la cara”, dijo Crump sobre Sonya Massey.

Cuando se le preguntó por qué Massey le dijo a Grayson: “Te reprendo en el nombre de Jesús”, Crump dijo que ella había recibido tratamiento por problemas de salud mental. Señaló que ella invocó el nombre de Dios desde el comienzo del encuentro y pidió su Biblia después de que los agentes entraron.

Durante el funeral de Massey el viernes, Crump dijo que el video, que él y su familia ya habían visto, “conmocionaría la conciencia de Estados Unidos”.

El padre de Massey, James Wilburn, exigió que el sistema judicial del condado fuera completamente abierto en sus investigaciones y procesamientos y transparente con el público.

“La única vez que volveré a ver a mi bebé será cuando me vaya de este mundo”, dijo Wilburn. “Y no quiero que nadie más en los Estados Unidos se una a esta liga”.

Grayson, que fue despedido la semana pasada, se encuentra detenido en la cárcel del condado de Sangamon sin derecho a fianza. Si es declarado culpable, se enfrenta a penas de prisión de entre 45 años y cadena perpetua por asesinato, de entre 6 y 30 años por agresión y de entre 2 y 5 años por mala conducta.

Su abogado, Daniel Fultz, se negó a hacer comentarios el lunes.

En un comunicado, el presidente Joe Biden dijo que él y la primera dama Jill Biden estaban orando por la familia de Massey “mientras enfrentan esta pérdida impensable y sin sentido”.

“Cuando pedimos ayuda, todos los estadounidenses, independientemente de quiénes seamos o dónde vivamos, deberíamos poder hacerlo sin temer por nuestras vidas”, dijo Biden. “La muerte de Sonya a manos de un agente que respondió a la llamada nos recuerda que, con demasiada frecuencia, los estadounidenses negros se enfrentan a temores por su seguridad de maneras que muchos de nosotros no enfrentamos”.

Racismo, violencia policial y Estados Unidos

La muerte de Sonya Massey es el último ejemplo de personas negras asesinadas por la policía en sus propios hogares. En mayo, un alguacil latino de Florida disparó y mató a Roger Fortson, cuando el aviador de alto rango de la Fuerza Aérea abrió la puerta de su casa en Fort Walton Beach armado con una pistola apuntando hacia abajo. El alguacil, Eddie Duran, fue despedido.

En 2019, un agente blanco de Fort Worth, Texas, asesinó a tiros a Atatiana Jefferson a través de una ventana trasera de su casa después de responder a una llamada que no era de emergencia y que informaba que la puerta principal de Jefferson estaba abierta. Aaron Dean, el ex agente, fue declarado culpable de homicidio y sentenciado a casi 12 años de prisión.

En 2018, una policía blanca de Dallas mató a disparos a Botham Jean, que estaba desarmado, tras confundir su apartamento con el del agente. Amber Guyger, la exagente, fue declarada culpable de asesinato y sentenciada a 10 años de prisión.

El abogado Ben Crump ha representado a familias en cada caso como parte de su esfuerzo por obligar a rendir cuentas por los asesinatos de personas negras a manos de la policía. Crump también ha representado a familiares de Earl Moore, un hombre negro de Springfield que murió después de que lo ataran boca abajo en una camilla en diciembre de 2022. Dos profesionales médicos de urgencias enfrentan cargos de asesinato en ese caso.

Fuente: El Financiero














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