• ¿Qué está pasando con las infancias y las adolescencias negras en América Latina?

    ¿Qué está pasando con las infancias y las adolescencias negras en América Latina?

    Dentro del derecho internacional, la desaparición forzada constituye una grave violación a los derechos humanos. El reciente caso de #Los4deGuayaquil representa una coyuntura urgente para reflexionar en torno a la desaparición forzada de infancias y adolescencias afrodescendientes en América Latina. Este es un recorrido sobre algunos casos emblemáticos de la región, donde infancias y adolescencias afrodescendientes han perdido la vida en contextos de militarización, desaparición forzada y violencia policial. Desde el Cono Sur, la zona andina hasta el norte, los casos recopilados en este reportaje proporcionan un panorama sobre la delicada situación de riesgo a la que están expuestas las infancias y adolescencias afrodescendientes de nuestra región. 

    El racismo es, entre muchas otras cosas, una cultura permanente de odio orientada a la aniquilación de los cuerpos. Es un odio histórico e incompresible que moldea los imaginarios y determina las conductas donde se cultiva, minuciosamente, el deseo de suprimir la vida. Algunas veces no se odia por conocimiento, sino por preconcepto. El racismo mantiene su vigencia gracias a su maleabilidad. En las coyunturas actuales, los argumentos de securitización permiten elaborar permisividades siniestras: desaparecer, torturar y matar, por ejemplo. Las comisiones de delito en las que incurren los aparatos estatales siguen revelando el aspiracionismo civilizatorio de los gobiernos capitalistas. 

    #Los4deGuayaquil, el más reciente caso de desaparición forzada que involucra infancias y adolescencias afrodescendientes con violencia militar abre una discusión imperiosa que ha estado marcada por el silencio estratégico del racismo estructural y estadístico. Se trata de los infanticidios y juvenicidios afrodescendientes ocurridos en contextos de militarismo, crimen organizado, pobreza, desplazamiento, entre otros. Toda vez que los asesinatos, los tratos crueles y torturantes, así como las desapariciones, intensifiquen la revictimización no sólo de las identidades individuales, sino también colectivas y políticas, se hace preciso indagar en los impactos psicosociales de la violencia racista. Ningún esencialismo puede justificar la crueldad y el terror al que son sometidos los cuerpos racializados. Ninguno. 

    A continuación, los casos que se revisarán tienen como hilo conductor cuestiones etarias, étnicas, violencia sistémica y omisiones institucionales con un desenlace trágico: muertes, masacres; impunidad. Hablar de infanticidios y juvenicidios afrodescendientes se coloca una responsabilidad ineludible ante el papel de estado como principal garante del derecho a una vida libre de violencia. Es un atajo pues, para reducir las posibilidades de que lo “estructural” absorba los principios de intolerancia y guerra sobre los que se erige la imaginación política racista del estado. 

    Ecuador (2024)

    El 2024 estaba culminando. En el último mes del año, cuando la hiper circulación de narrativas sobre el amor, el agradecimiento y la esperanza de que algo mejor puede depararnos, cuatro niños afrodescendientes desaparecieron en Guayaquil, Ecuador. El 8 de diciembre de 2024 fue la última vez en que se vio con vida a Ismael y José Arroyo, Nehemías Arboleda y Steven Medina, cuando fueron arbitrariamente detenidos por agentes militares que les acusaron de robo. 

    A partir de ahí se perdió comunicación con los cuatro menores de edad, dificultando su localización. Ante la exigencia por la presentación con vida de Ismael, José, Nehemías y Steven, las instancias competentes dieron una respuesta apática: Jaime Vela, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas declaró que la Fuerza Pública no estaba involucrada en ninguna operación, luego, Gian Carlo Loffredo, ministró de Defensa de Ecuador no sólo rechazó la participación directa e indirecta de las fuerzas armadas, sino que además, calificó el caso como una “instrumentalización política” para desprestigiar la labor del Ejército en la lucha contra el crimen organizado. 

    Tras 18 días de angustia y exigencias al estado para la aparición con vida de los cuatro muchachos, el 24 de diciembre en las proximidades de la Base Aérea De Taura, se confirmó el hallazgo de unos cuerpos quemados. Eran los de Ismael, José, Nehemías y Steven. 

    Además, los familiares de las víctimas declararon que el proceso de reconocimiento de los cuerpos fue doblemente doloroso, dado que presentaban signos de tortura. Algunos, incluso, fueron desmembrados y cercenados. Hasta el momento, 16 militares se encuentran en prisión preventiva y el esclarecimiento de los hechos es, aún, inconcluso. El 2 de enero de 2025, durante una rueda de prensa, el primer ministro de Gobierno, José de la Gasga, solicitó que no se calificara este hecho como un “crimen de Estado” ni de “lessa humanidad”, dado que la fiscalía general ha comenzado con la investigación correspondiente por el delito de desaparición forzada. En su argumento, el primer ministro del Gobierno insistió en que el estado ecuatoriano versa su respuesta en el marco de la agenda por la no impunidad y la justicia. 

    La respuesta del estado ha sido, además de indolente, negligente y en buena medida, el hecho de que no exista un posicionamiento más sólido se debe a que eso significaría un cuestionamiento frontal a la política militarista impulsada por el actual primer mandatario, Daniel Noboa. No existirá reparación efectiva, mientras se mantengan los sesgos militaristas y de empobrecimiento sistemático. 

    Colombia, (2020)

    Era el primer año de la pandemia. Medidas como el toque de queda, el aislamiento y la prohibición de conglomeraciones habían aparecido como las acciones más inmediatas para detener la propagación del virus. No era difícil atestiguar cómo esos planes de gestión sanitaria fácilmente dieron margen a abusos de poder y violaciones de derechos humanos que se expresaban mediante amedrentamientos, extorsiones, acoso o persecuciones constantes, siempre en nombre de la salud y el “cuidado” colectivo. 

    El 11 de agosto de 2020, cinco adolescentes entre los 14 y los 16 años, fueron torturados y masacrados, sus cuerpos aparecieron en unos cañizales del Barrio de Llano Grande en Cali, de donde eran originarios. Pertenecían, además, a familias que habían sido desplazadas por el conflicto armado. 

    Las primeras elucubraciones, apelaron al estereotipo y la revictimización para decir que los menores estaban involucrados con el crimen organizado. No era verdad. Con la exigencia social enardecida, la investigación en dar respuestas. Se concluyó que Álvaro José Caicedo, Jair Cortés, Josmar Jean Paul Cruz, Luis Fernando Montaño y Léider Cárdenas fueron asesinados por una persona que no tenía vínculos con la policía, pero, sí un historial criminal nada loable. 

    #Los5deLlanoVerde reactivaron la discusión sobre la violencia que enfrenta el pueblo afrocolombiano ante la presencia de grupos armados y de crimen organizado. No hay inocencia en un estado incapaz de evitar los asesinatos contra niños y jóvenes cuyas condiciones de vulnerabilidad se ven exacerbadas por la incapacidad de pacificar, mediar y, en un plano utópico, erradicar la presencia de micropolíticas de terror. Ningún niño merece crecer entre la guerra, mucho menos morir a causa de ella. 

    Brasil, (2021)

    El 27 de diciembre del 2020, Alexandre da Silva, Lucas Matheus y Fernando Henrique, de 10, 8 y 11 años, respectivamente, desaparecieron en la favela de Castelar, em Belford Roxo, Rio de Janeiro. Salieron a jugar fútbol y no regresaron. Los familiares relataron que los niños solían salir a jugar y regresar a la hora del almuerzo, por lo que prontamente se preocuparon una vez que nos los vieron llegaron en el horario habitual. Comenzaron a buscarlos sin tener éxito. Se acercaron a la policía para solicitar la activación de los protocolos correspondientes que permitieran su pronta localización con vida, tampoco tuvieron éxito. 

    De acuerdo con Fransergio Goulartm, miembro de la Coordinación Ejecutiva de la Iniciativa Derecho a la Memoria y la Justicia Racial- Baixada,  la Baixada Fluminense es una de las regiones de Rio de Janeiro con más índices de desaparición de personas, además de que la mayoría de la población es negra.

    Ante la resistencia del estado brasileño para proporcionar una atención oportuna a las familias de los niños desaparecidos, diversas organizaciones se sumaron a la búsqueda e, incluso, realizaron una protesta frente a la iglesia de Belford Roxo. 

    Aunque la polícia había declarado la apertura de una investigación, el proceso de esclarecimiento fue bastante lento y plagado de omisiones e inconsistencias. La más preocupante, fue que desde el inicio las familias habían solicitado la revisión de distintas cámaras de seguridad con la intención de identificar si habían sido captados por una o varias y, con ello, trazar rutas de búsqueda y convocar las comparecencias necesarias de posibles responsables, sin embargo, obtuvieron una respuesta negativa. No fue sino hasta marzo del 2021, cuando la policía incluyó, como parte de un avance de investigación, la captura de una cámara de seguridad. Luego de que la Delegación de Homicidios de Baixada Fluminense (DHBF) hubiera declarado la revisión de aproximadamente 40 dispositivos de seguridad sin que alguno arrojara alguna prueba útil para el esclarecimiento del caso. Habían pasado tres meses y la única respuesta que las familias tenían era una imagen que había llegado tarde, muy tarde. 

    En julio del 2021, la policía civil de Rio de Janeiro concluyó el caso con un hipótesis poco contundente: los niños habían sido secuestrados por traficantes de drogas, quienes los ejecutaron. A uno de ellos le infringieron actos de tortura. Los resultados determinaron la aprehensión de un presunto responsable, identificado por Wesley Rodrigues Freitas, también conocido como “Poca Pierna”, a quien detuvieron gracias al testimonio de Jonathan dos Santos de Paula. La versión que se dio a conocer fue que los niños habían robado una jaula de pájaros y, por ello, habían sido raptados por “Poca Pierna” para luego ser asesinados. Empero, los cuerpos de los niños nunca aparecieron.

    La resolución del caso de las #CriançasDeBelfordRoxo no representa ningún mérito toda vez que el proceso de búsqueda y esclarecimiento estuvo permeado por una respuesta estatal deficiente. Hay cierto carácter de reiteración en lo que a la presencia de las fuerzas policiales y militares respecta: o terminan involucrados en la comisión de delitos con agravantes o bien, entorpecen y ralentizan los procesos de investigación. ¿Qué otra prueba necesitamos para entender que la militarización y la securitización son políticas de la crueldad explícitamente anti-negras?

    Venezuela, (2016)

    El 15 de octubre del 2016, durante un despliegue de la “Operación de Liberación del Pueblo” (OLP) en el municipio de Miranda, elementos del Batallón Caribe del Ejército ejecutaron detenciones arbitrarias contra al menos 40 hombres, entre los 15 y 30 años. Afrodescendientes, campesinos y cabezas de familias.

    Inmediatamente, sus familiares comenzaron la búsqueda sin tener respuestas. La OLP es una estrategia de seguridad nacional enfocada para combatir los índices de criminalidad, sin embargo, desde su implementación, ha estado vinculada con diversos casos de violaciones graves de derechos humanos caracterizados por la desaparición forzada, la detención arbitraria, la criminalización y la tortura.

    De acuerdo con la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz, la falta de causales y evidencia exponían el carácter arbitrario de las detenciones ejecutadas por los elementos militares.

    Seis días después, el 21 de octubre, 8 jóvenes fueron liberados, presentando signos de tortura y habiendo firmado documentos en contra de su voluntad. Aún se desconocía el paradero de los otros implicados. 

    Gracias al posicionamiento del Secretario Internacional de la Organización Mundial contra la Tortura (OMCT), emitida el 7 de noviembre, las autoridades venezolanas fueron instadas a tomar cartas en el asunto para dar con el paradero de los desaparecidos por la “OLP”. Pero no fue sino hasta el 25 de noviembre cuando el hallazgo de fosas comunes en Barlovento por la División Nacional de Investigaciones de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalística y de la Dirección General de Contrainteligencia Militar dio una respuesta poco esperanzadora: los desaparecidos ahora estaban muertos.

     Con el reconocimiento de los cuerpos, se concluyó que las víctimas habían sido asesinadas. La versión oficial sostuvo que la OLP no tenía ninguna relación con los hechos, dado que la masacre había sido por causa del paramilitarismo colombiano y el crimen organizado; en contraste, diversos testimonios apuntaban que la OLP había irrumpido en los domicilios y había actuado en total detrimento de los derechos. 

    El 16 de septiembre de 2020, la Misión internacional independiente de determinación de los hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela, documentó “Una operación en la subregión de Barlovento, en el estado de Miranda, a mediados de octubre de 2016, terminó en una masacre después de que los soldados detuvieron arbitrariamente a 35 hombres, algunos de los cuales desaparecieron y fueron torturados. Doce víctimas, todas hombres de 30 años o menos, fueron ejecutadas extrajudicialmente y enterradas en fosas comunes – dos tenían balas que les perforaba el cráneo y 10 tenían probables heridas de machete en el pecho, el cuello y la cabeza. Otros cinco siguen desaparecidos.”

    La #MasacredeBarlovento se suma a los casos de impunidad donde ni fuerzas armadas ni titulares de dependencias de gobierno, son sometidos a procesos de enjuiciamiento para esclarecer sus niveles de participación y responsabilidad. 

    El racismo anti-negro, por lo tanto, continúa manifestándose mediante la institucionalización de la tortura y el odio racial. La eficacia de los estereotipos, así como el empobrecimiento y la criminalización dan lugar a que las prácticas privativas de la libertad, de castigo público y de sufrimiento sean focalizadas contras personas, pueblos y comunidades afrodescendientes. Para víctimas y sobrevivientes, los efectos psicosociales de estas violencias merman las posibilidades de acceder a la justicia y, sobre todo, a la reparación del daño.

    Estados Unidos, (2014)

    El servicio de emergencia 911 de Cleveland, Ohio, Estados Unidos, recibió una llamada alertando sobre la presencia de un joven con una pistola en el Cudell Recreation Center. Los agentes Timothy Loehmann y Frank Garmback, acudieron al lugar referido. Timothy jaló el gatillo de su arma para matar a Tamir Rice, un niño afroamericano de 12 años que portaba una pistola de juguete. 

    En sus declaraciones, los policías mencionaron que previamente le habían hecho tres llamados de atención al niño, pidiéndole que dejara el arma. Ante la desobediencia, Timothy disparó. Después de eso se percataron de que se trataba de un juguete. 

    Desde luego, la familia de Tamir Rice junto con otras organizaciones se manifestaron en contra del actuar policial. Aunque se intentó llevar el caso ante un juicio por el delito de homicidio, el Departamento de Justicia de Estados Unidos declaró la improcedencia en la imputación de cargos contra los dos policías blancos involucrados en el asesinato de Tamir Rice. Aun cuando las circunstancias apuntaban a un caso de perfilamiento racial, la División de Delitos Civiles y la Fiscalía de Estados Unidos declararon que, de acuerdo con los estatutos federales, no existían pruebas suficientes para tipificar una violación perseguible. 

    Activistas y defensores de derechos humanos cuestionaron el sesgo racial en la impartición de justicia, subrayando en cómo pese a que los protocolos de seguridad blindaban las prácticas de perfilamiento racial, ejecutadas por agentes policiales, haciendo énfasis en el extremismo que significaba haber optado por no emplear otras alternativas para mediar la situación con Tamir Rice. 

    Ebony Alert: reconocer la desaparición forzada de infancias y adolescencias negras

    En junio del 2024 diversos miembros del Legislative Black Caucus, promovió un paquete de 14 acciones de reparación como una propuesta para mitigar las disparidades raciales en el acceso a la justicia, una de ellas fue la Alerta de Ébano o “Ebony Alert”, que fue implementada tras la aprobación del Proyecto de Ley Senatorial 673 en 2024. Se trata de un recurso que prioriza la atención a casos de desaparición de niños y adolescentes negrxs en el rango etario de los 12 y los 25 años. Esta propuesta se propone reducir las asimetrías en los índices de atención para casos de desaparición de la comunidad negra. A diferencia de la Alerta Ámber, ésta contempla factores de vulnerabilidad como discapacidad, riesgo antes posibles casos de tráfico de personas o explotación sexual. Surgió como respuesta para paliar el racismo institucional y mediático que restringen la cobertura e investigación en los casos de desaparición de personas negras en Estados Unidos. 

    Seguridad nacional: cuando la antinegritud y el odio racial se convierten en modelos de gobernanza

    Una de las demandas más sostenidas del activismo afrodescendiente, apunta a la creación de datos desagregados para el análisis de las desigualdades, con el fin último de sistematizar evidencia para el diseño e implementación tanto de políticas públicas como de medidas de reparación que reduzcan las brechas de violencia estructural. 

    En México, por ejemplo, la Red por los Derechos de la Infancia (REDIM), ha documentado que durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador 7,837 niñas, niños y adolescentes han sido reportadas como desaparecidas o no localizadas en México, un aumento aproximado del 10% sobre los casos de desaparición de niños, niñas y adolescentes desaparecidos durante los dos sexenios previos de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, respectivamente. Sin embargo, esta información no cuenta con un análisis desde la variable de pertenencia étnica. 

    En estados como Oaxaca, Guerrero, Chiapas y la zona norte fronteriza, la presencia de grupos armados y de crimen organizado no ha pasado desapercibida. Aunque no existen cifras oficiales, en los territorios se han sabido de casos sobre reclutamiento forzado, secuestros, extorsiones y desapariciones donde personas afromexicanas y afrodescendientes que habitan y transitan por esos territorios sufren las afectaciones directas. 

    En contraste, para el 2021, en Brasil, la Fundación para la Infancia y la Adolescencia (FIA) identificó “solo en el estado de Rio de Janeiro el número de infancias desaparecidas era de 579, de las cuales el 20.03% eran negrxs. 

    Otro ejemplo paradigmático fue la investigación conjunta entre City Bureau e Invisible Institute, de Chicago, Illinois. “El análisis muestra que de los aproximadamente 340.000 casos en este período de tiempo, los niños negros representan el 57% de los casos. Las niñas negras de entre 10 y 20 años constituyen casi un tercio de todos los casos de personas desaparecidas en la ciudad, según datos policiales, a pesar de que sólo representan el 2% de la población de la ciudad a partir de 2020.” Otro hallazgo importante de este estudio, demostró que los casos de jóvenes desaparecidos eran desestimados por considerarlas “runaways”, es decir, personas fugitivas que no quieren ser encontradas. Este prejuicio afecta los procesos de localización e investigación, creando lagunas en el acceso a la justicia de las familias negras.

    Dicho de otro modo, la falta de información socioestadística desagregada tiene un efecto retroactivo en términos de derechos humanos, que va más allá de invisibilidad o la subrepresentación política, se trata de cómo los estados diseñan estructuras para no asumir responsabilidades de cuidado, garantía y protección específica. 

    Sin datos, la violencia racial sigue operando de forma sistemática. La militarización de fronteras, y comunidades, así como la implementación de estrategias de seguridad con presencia de cuerpos policiales y militares, deben entenderse como parte de una política de violencia racial, sencillmanente porque la desaparición forzada también es perfilamiento racial, tortura y brutalidad. 

    Las ideas de seguridad nacional refuerzan estereotipos raciales, criminalizan cuerpos y prácticas que encubren actos de inconstitucionalidad y normalizan violaciones como la privación de la libertad o los tratos crueles. Ninguna política puede ser tolerante ante la desaparición física y estadística de las infancias y las adolescencias racializadas, o negras, para este caso. En suma, podemos observar que los casos de desaparición forzada, perfilamiento racial y brutalidad policial contra infancias y adolescencias afrodescendientes son menos documentados y reportados que otros. Las operaciones militares y policiales continuarán asediando a las personas racializadas hasta que la justicia sea entendida en términos restaurativos más que punitivos. 

    Desde Afrocolectiva nos sumamos a la demanda de justicia para esclarecer lo ocurrido con los #4deGuayaquil. Repudiamos la corrupción, el racismo institucional y la impunidad. Desde nuestro trabajo como personas activistas, comunicadoras, investigadoras y periodistas refrendamos nuestro compromiso por la denuncia sistemática de estos casos. Merecemos existir. 

    Una reflexión de Ana Hurtado

  • La normalización del genocidio palestino: cuando la paz es un fetiche colonial

    La normalización del genocidio palestino: cuando la paz es un fetiche colonial

    El genocidio en Palestina no es solo la aniquilación física de un pueblo, es también la construcción constante de un relato que equipara al colonizador y al colonizado, al opresor y al oprimido, como si existiera algún punto medio entre quien ocupa y quien es despojado, entre quien asesina y quien resiste para sobrevivir. Esta falsa simetría no es nueva, pero se reinventa constantemente para adaptarse a los lenguajes de la cultura pop, del cine, de los premios internacionales y de la opinión pública occidental.

    Lo vimos en la reciente gala de los Oscar, donde el documental premiado, « No other land », ejemplifica a la perfección cómo el sufrimiento palestino solo es digno de reconocimiento cuando viene de la mano de una voz israelí. Como señalaba el periodista Hamza en un artículo imprescindible, ¿Habría sido siquiera nominado –y mucho menos premiado– si Yuval Abraham, el director israelí, no estuviera vinculado al proyecto? Parece que, para ser escuchadas, las voces palestinas necesitan el aval de un acompañante blanco, israelí y sionista. Solo entonces, su dolor se vuelve legible, consumible, vendible.

    Esta co-producción no es un gesto de igualdad ni de reconciliación real. Es una puesta en escena donde la resistencia palestina queda reducida a un relato humanitario despolitizado, donde el genocidio es convertido en «conflicto» y donde la ocupación militar es presentada como un malentendido entre dos pueblos iguales, que solo necesitan tender puentes y abrazarse. Pero como bien señala la activista palestina @salma.shawa_, esta narrativa fetichizada de la paz no es más que un sueño colonial que exige a las personas palestinas olvidar, perdonar y abrazar a quienes las despojan. Suena bonito, claro, pero solo desde la comodidad de quienes no llevan el peso de la masacre sobre sus cuerpos y sus tierras.

    El colonizador y el colonizado nunca estarán en igualdad de condiciones. El colono, por definición, no puede equipararse en dolor, en sufrimiento, en experiencia. Quien invade, bombardea y deshumaniza no puede reclamar el mismo espacio moral que quien es asesinado, desplazado y convertido en refugiado en su propia tierra. Esta es la trampa del discurso occidental sobre Palestina: invisibilizar la relación colonial y convertir la violencia sistemática en un problema de «ambos lados». Un espejismo que exime al poder de toda responsabilidad.

    Mohammed El-Kurd, en su libro Perfect Victims, profundiza sobre esta perversión de la co-producción entre colonizador y colonizado. «Nadie –ni el productor del festival, ni el columnista que escribe la reseña– parece preocuparse por el contenido de la película, si es buena o basura», escribe El-Kurd. «Lo que importa es que fue co-dirigida, un formato que satisface una pulsión libidinal en la audiencia. Espían una conversación prohibida, una reconciliación excitante entre el verdugo y la víctima». Esa reconciliación simulada, encuadrada en la estética del trauma compartido, no busca justicia, busca entretenimiento. Es el sufrimiento palestino convertido en producto de consumo cultural.

    El documental premiado fetichiza ese sufrimiento. Lo reduce a una postal lacrimógena de reconciliación vacía. Nos dice que lo importante es «encontrarnos» y «abrazarnos», que la paz es posible si ambos lados ceden. Pero no hay paz sin justicia. No hay paz sin descolonización. No hay paz mientras se siga normalizando un genocidio bajo el disfraz de la buena voluntad. Y no hay simetría posible entre el opresor y el oprimido.

    Mientras el cine, los premios y el periodismo occidental insistan en este falso relato de equidistancia, seguirán siendo cómplices de la colonización. Porque la justicia no nace de olvidar, ni de compartir el dolor como si fuera una mesa de diálogo entre iguales. La justicia solo nace del reconocimiento de la colonización, del desmantelamiento del régimen de apartheid y de la devolución de la tierra al pueblo palestino. Sin justicia, toda paz es solo otra forma de violencia.

    Una reflexión de Chaimaa Boukharsa

  • Kenya: Un tribunal paraliza el emblemático proyecto de compensación de emisiones de carbono utilizado por Meta, Netflix y British Airways por adquirir ilegalmente tierras comunitarias sin consentimiento.

    Kenya: Un tribunal paraliza el emblemático proyecto de compensación de emisiones de carbono utilizado por Meta, Netflix y British Airways por adquirir ilegalmente tierras comunitarias sin consentimiento.

    Un fallo judicial de gran impacto en Kenia ha puesto en jaque un destacado proyecto de compensación de carbono utilizado por Meta, Netflix, British Airways y otras multinacionales.

    En un caso impulsado por 165 miembros de comunidades afectadas, la sentencia declara que dos de las principales reservas creadas por la controvertida organización Northern Rangelands Trust (NRT) fueron establecidas de manera inconstitucional y carecen de fundamento legal. El tribunal también ordenó la retirada de los guardabosques armados de NRT, quienes han sido acusados de cometer graves violaciones de derechos humanos contra los pueblos indígenas de la región. Una de las reservas involucradas en el caso, Biliqo Bulesa, aporta alrededor de una quinta parte de los créditos de carbono del cuestionado proyecto de NRT para la venta de compensaciones a empresas occidentales.

    La decisión judicial podría extenderse a la mitad de las otras reservas vinculadas al proyecto, ya que se encuentran en la misma situación legal, a pesar de no haber sido incluidas en la demanda. Esto pone en riesgo la continuidad del proyecto, que ya ha generado millones de dólares para NRT, aunque la cifra exacta se desconoce debido a la falta de transparencia en sus informes financieros.

    El caso fue denunciado en el 2021. Sin embargo, la sentencia fue recientemente emitida por el Tribunal del Medio Ambiente y Tierras de Isiolo. La cuestión jurídica central de este caso fue identificada mediante el informe “Carbono de Sangre” de la organización Cultural Survival, donde también se cuestionaron los fundamentos del proyecto de carbono de NRT: afirma que al controlar las actividades del ganado de los pastores indígenas, aumenta la vegetación de la zona y, por tanto, la cantidad de carbono almacenado en el suelo. La sentencia se suma a una serie de irregularidades para la credibilidad de Verra (una de las mayores empresas de certificación de créditos de carbono del mundo) el principal organismo utilizado para verificar los proyectos de créditos de carbono. Incluso cuando algunas de las reservas involucradas en el proyecto de NRT carecen de fundamentos legales claros y, por lo tanto, no podrían “poseer” o “transferir” créditos de carbono a NRT, éstas han sido validadas y aprobadas por Verra, pasando incluso por dos verificaciones en su sistema.

    Las demandas de Survival International provocaron una revisión del proyecto en el 2023, que no fueron resueltas. La Directora de Survial International, Caroline Pearce, declaró: “El fallo confirma lo que las comunidades han venido diciendo por años- que ellos no fueron consultados para la creación de las reservas, lo que ha socavado el derecho sobre sus tierras. Los donantes occidentales de NRT, como Estados Unidos, Francia y la USAID, deben dejar de financiar la organización, debido a que han estado financiando una operación que ahora se considera ilegal.”

    La demanda ha acusado al NRT de establecer e implementar reservas en tierras comunitarias no registradas, “sin la participación e involucramiento de la comunidad”, incluyendo la no obtención del consentimiento libre, previo e informado antes de la delimitación y anexión de tierras comunitarias para la conservación privada de la vida silvestre. La denuncia también dice que “Con la ayuda de los Guardabosques y la administración local, NRT, ha recurrido a la intimidación, la coerción y las amenazas contra líderes comunitarios, cuando éstos han intentado oponerse a sus proyectos.”

    El caso fue presentado por comunidades de dos rerservas: Biliqo Bulesa (que se encuentra en la zona del proyecto de NRT y ha generado 20% de los créditos de carbono), y la conserva de Cherab. La corte ha declarado que ambas reservas fueron establecidas de manera ilegal.

    Hasta ahora, se han dictado mandamientos judiciales permanentes que prohíben a NRT y a otros entrar en la zona u operar allí con sus agentes o guardas. El gobierno tiene que seguir adelante con el registro de las tierras comunitarias en virtud de la Ley de Tierras Comunitarias, y debe anular las licencias de operación de NRT en las respectivas zonas. Al parecer, el proyecto de compensación de carbono de NRT es el mayor proyecto de captura de carbono del suelo del mundo.

    Fuente: Business – Human Rights

    Una traducción de Ana Hurtado

  • Rosmery Armenteros: de la ingeniería electrónica a narrar la memoria viva del Palenque de Benkos

    Rosmery Armenteros: de la ingeniería electrónica a narrar la memoria viva del Palenque de Benkos

    Rosmery Armenteros es una escritora colombiana nacida en el Palenque de Benkos, el primer pueblo negro libre de América. Ingeniera electrónica de profesión, inició escribiendo en Wattpad y ahora ha publicado más de 10 libros en Amazon, incluyendo “Azabache: Crónicas de Antonia”, ganador del premio Impulso 2022, donde narra el Palenque de los 50s a través de la voz de una jóven palenquera de apenas 17 años. 

    Es diplomada en Gestión de Planes y Programas con Enfoque de Género en la Búsqueda de Oportunidades Locales. Integrante del Consejo Distrital de Artes Literarias y Presidenta del Consejo Departamental de Bolívar de Literatura. Participó del Tercer Encuentro Continental de Estudios Afrolatinoamericanos de ALARI en el panel “Reflexiones sobre identidad y memoria en la literatura afrocolombiana y caribeña”. 

    En Afrocolectiva conversamos con ella, y conocimos su trabajo y trayectoria como una narradora y escritora palenquera que busca honrar la memoria del caribe colombiano. Su historia de persistencia en la búsqueda por dar visibilidad a su identidad, y a los relatos de su territorio, te la compartimos en esta entrevista.

    P: Sabemos que eres ingeniera electrónica, así que cuéntanos un poco de ti. ¿De dónde surge esta pasión por narrar y contar historias? 

    R: Fíjate que yo siento que el ejercicio de narrar siempre lo he tenido desde niña, porque yo vengo de familias narradoras. Todas mis abuelas y mis tías cuentan historias todo el tiempo, de manera oral, pero eso no importa, siempre es contando historias. Pero yo decidí estudiar ingeniería electrónica primero porque también me gustan las matemáticas y todo ello, y porque yo entiendo que ser escritor, el oficio de escritor en un país como Colombia, es como ser músico en una comunidad de sordomudos. 

    Sí. ¿De qué iba a vivir? Sí. Entonces dije listo, yo también soy buena en esto. Entonces siento que puedo tener la escritura de una forma alterna, pero a la larga tengo que trabajar y ganarme la vida. Y fue la decisión que tomé y listo. 

    Resulta que cuando llego al mundo industrial, al mundo de la ingeniería electrónica, me encuentro con otras brechas mucho más difíciles. “¿Será que te puedes alisar el cabello? Porque en el momento en que te coloques el casco no va. No va a caber y no se te puede mostrar el cabello.” “¿Eres mamá? Mmm, es que necesitamos un ingeniero en turno que esté 100 por ciento en el trabajo, y que no tenga que pensar en cuidar niños. Entonces, listo he ejercido durante cinco años. Y fue horrible, fue horrible porque tenía que demostrar todos los días que era una mujer capacitada para una “carrera de hombres”. Segundo, las brechas del cabello. Tercero, las brechas de que soy madre y que si mi hija se enferma es dejarla morir, porque si pido algún permiso me van a echar.

    Entonces dije, ¿sabes qué? Yo no voy a andar en esto. Y fue donde decidí dedicarme a la gestión cultural, entonces voy de la mano a la gestión cultural con mis libros.

    P: También hemos visto que en tu plataforma de Amazon ya has publicado más de 10 libros ¡Felicitaciones! Cuéntanos cómo surge esta idea de usar las plataformas digitales para  difundir tu trabajo.

    R: Claro que sí. Primero estuve en una editorial en España, participé en una convocatoria y la gané y ellos decidieron publicar el primer libro de la saga “Westhampton: el círculo de Marsias”, pero no me entendí bien con la editorial. 

    Siempre digo que no es que todas las editoriales sean así. Simplemente no me entendí bien con esa editorial. Y decidí que apenas culminara el contrato, me devolvieran mis derechos e intenté con la autopublicación cuando entró la pandemia y mi esposo quedó sin trabajo. 

    Decido autopublicar en Amazon como electrónica, comienzo a estudiar el algoritmo, cómo se ha manejado el algoritmo en Amazon. Y resulta de que en la pandemia tuve una visibilidad exorbitante, tuve ingresos mensuales significativos a partir de los libros. Entonces, claro, hay 10 libros porque si te das cuenta de las publicaciones, hay muchos que se publicaron en la pandemia porque me volví una máquina de escribir, sobre todo en la parte digital.

    Yo promuevo mucho el libro digital, demasiado, más que el que es en físico porque la parte digital de Amazon se mueve demasiado. Ustedes no se imaginan cómo se mueve. Entonces estudié el algoritmo y comencé a publicar y a publicar y a publicar y publicar. Y me amañé en la plataforma tanto que hoy en día vivo de los libros allí en Amazon. Entonces, si se puede, o sea, si se puede, siempre que haya un estudio de mercadeo, hagas un equipo de trabajo donde tengas un editor, un corrector de estilo, un diseñador gráfico, pero sobre todo alguien que te lleve a las finanzas, porque necesitas también a alguien que te que te regule ese aspecto porque, obvio, tienes que seguir invirtiendo en todo eso.

    Pero si, si se puede, Amazon es una plataforma que está abriendo el camino. Muchos escritores, incluso muchos escritores que están en editoriales, se están pasando para Amazon porque las regalías son mejores, conservas tus derechos editoriales. Entonces es claro cómo vas a vivir.

    Es muy complejo. Amazon ahora tiene una parte donde no solamente te lo ofrecen digital y en tapa blanda, sino en tapa dura, tiene un fondo global que le da a todos los autores mensualmente. Y si escribes infantil, te da mucho más. O sea, las regalías son mucho más en el contenido infantil. Entonces, no creo que me salga de Amazon por ahora.

    P: Y de estas 10 obras, ¿cuál es la que más conecta con tu experiencia y legado como una mujer negra y también palenquera? 

    R: Si tú te das cuenta, en mis obras, todas son en Inglaterra, en Estados Unidos, en Japón, precisamente por la poca representación que hay en la literatura afro.

    A nosotros en el colegio nos mandan a leer literatura griega, literatura europea, que sí, está bien. Pero hay algo que tenemos que aprender de los chinos y es que los chinos leen esa literatura, pero va de la mano con su propia literatura. Entonces a nosotros no nos visibilizan a Benkos Bioho, A Wiwa, a Barule que son a la larga nuestros héroes. Entonces qué sucede, que yo me sentía más cómoda hablando sobre gente blanca, sobre la gente europea, sobre la gente de Estados Unidos. Porque claro, las plataformas audiovisuales y la literatura y el entorno nos dicen que ser negro está mal, que ser negro es ser el ratero, el drogadicto, el que matan primero, el amigo cómico del blanco. En el caso de las mujeres negras, la muchacha del servicio, la persona esclavizada, la mujer prostituida.

    Entonces, claro, yo le decía a mi mamá: Mami, yo cuando crezca que quiero ser una persona blanca, porque es que ser blanca es ser buena persona, ser negro, no. Porque la narrativa era esa. 

    Entonces de mis historias con cuál me conecto, obviamente con Azabache, porque es la primera vez que me digno a escribir sobre mi territorio, porque me daba vergüenza escribir sobre mi territorio. O sea,  Palenque, el Palenque de Benkos, tiene tantas cosas por contar. Pero ese proceso de deconstruirme fue duro, de pensar en que mi territorio tenía potencial y que yo podía escribir sobre mis tías, sobre mi familia, sobre todo el entorno.

    Y la protagonista de Azabache es mi bisabuela, Antonia Pérez Tejedor. Estoy escribiendo sobre su vida, cómo era ser una mujer palenquera en los 50, cómo estaba presente el jalamiento, el dote, cuánto costaba la dignidad de la mujer palenquera en esos años, cómo se rebelaron cuando dijeron alto. Porque las cosas pasan porque alguien dice alto, no porque cambia el pensamiento con los años. 

    Entonces, para mí, ahora mismo, mi bebé consentido es ese, porque di un paso muy grande a partir de azabache, decidí que no iba a escribir más sobre países e historias que no me representaban, porque siento de que para poder disminuir las brechas de la representación, yo tenía que empezar por allí. No tenía que seguirla perpetuando.

    P: ¿Qué se viene en tu trayectoria como escritora? ¿De qué espacio vas a estar participando? 

    R: Bueno, sí, se vienen varios proyectos. A mí me gusta escribir novela histórica, sobre gente negra, pero sobre todo, escribir sobre amor. A mí me encanta el amor. Entonces se viene bastante en la parte de romance, y en la parte de novela histórica van a seguir las crónicas de Azabache, porque Azabache son crónicas de todas las mujeres palanqueras que quiero visibilizar, también se viene algo en el sector audiovisual que les contaré más adelante, pero esta vez sentarme con Afrocolectiva cuando ya el proceso se esté dando. Pero sobre todo se viene en mi carrera como guionista, hay varios proyectos en los que estoy siendo guionista que no son míos. Entonces espero que se materialice, y quiero hacer cine, quiero hacer cine desde una mirada más colombiana, más caribeña. 

    Siento que sí, que hay algunas plataformas que están visibilizando el Caribe, pero siento que hay que empezar a ver el Caribe desde adentro y no desde afuera. Entonces quiero darle esa mirada que quizás no se ve actualmente.

    Una entrevista de Alejandra Pretel

  • Racismo ambiental y despojo: La Barrick Gold en República Dominicana

    Racismo ambiental y despojo: La Barrick Gold en República Dominicana

    Contexto histórico y geopolítico

    El Caribe ocupa un lugar esencial en la configuración y expansión del proyecto moderno colonial y el capitalismo racial, donde tanto la naturaleza como el trabajo humano son reactualizados al servicio de la ilimitada acumulación del capital. La naturaleza y los pueblos no europeos, se convirtieron en entes desechables al servicio del capital.

    La Isla Ayití específicamente ha sido laboratorio de nuevas formas de dominación. La geografía urbana en la isla fue determinada por el oro, siendo la región Cibao Sur que comprende a las provincias de La Vega, Bonao y Cotuí, la primera región pensada para la extracción de oro por la empresa colonial. La primera mina extractiva de la isla y lo que Occidente nombró Nuevo Mundo fue colocada en esta región.

    • En el nuevo orden económico mundial, el caribe ostenta el lugar de servicios, entretenimiento, de experimentación de energías limpias y para el extractivismo.
    • Las elites politicas y economicas en RD se han dedicado a construir una identidad nacional partiendo del odio a lo negro como estrategia de contrainsurgencia y un discurso de falsa defensa de la soberanía nacional, mientras ceden el territorio a multinacionales.
    • El Norte Global y el imperialismo ha designado nuestra isla como destino mineral: actualmente en República Dominicana más de un 25% del territorio nacional está concesionado. 

    Barrick Gold 

    La mina Pueblo Viejo de Barrick Gold Corporation comenzó sus operaciones comerciales en República Dominicana en 2013, bajo  un contrato cuestionable donde  la empresa se quedaba con el 97 por ciento de los beneficios obtenidos con la explotación y venta del oro que se extrae de suelo dominicano, en tanto que a República Dominicana, que es la dueña de esos yacimientos, apenas le correspondía el 3 por ciento. El presidente de ese momento Danilo Medina exigió la revisión de dicho contrato. 

    Barrick Gold opera en Pueblo Viejo, una mina a cielo abierto ubicada en 4.800 hectáreas de terreno, a través de una empresa conjunta con Newmont, una empresa minera de oro estadounidense. Barrick y Newmont son las dos empresas mineras de oro más grandes del mundo. Antes de Barrick, el área de Pueblo Viejo era la ubicación de un sitio minero operado por la empresa estatal Rosario Dominicana. La mina estatal estuvo en operación desde 1975 hasta que Rosario Dominicana se declaró en quiebra en 1999.

    Racismo ambiental y Despojo

    Desde que Barrick inició sus operaciones, las comunidades La Piñita, El Naranjo, Jobo Claro, La Cerca, La laguna y Jurungo se organizaron en el comité Nuevo Renacer, dirigido por Leoncia Ramos, para pedir la reubicación inmediata de más de 400 familias debido a la devastación provocada por las operaciones de la mina que van desde la pérdida de sus cultivos y animales hasta destrucción del río Maguaca y la aparición de enfermedades y muertes de la gente en la comunidad. 

    Un informe de 2012 de la Academia Dominicana de Ciencias concluyó que las operaciones de Barrick efectivamente estaban contaminando la represa de Hatillo. Quienes habitan el lugar dicen que otros ríos, como el Maguaca y el Arroyo El Rey, que anteriormente no se vieron afectados durante Rosario, ahora están altamente contaminados. En 2014, las pruebas realizadas a residentes de Las Lagunas, Los Naranjos, La Piñita y La Cerca encontraron altos niveles de cianuro y otros metales pesados ​​en la orina y la sangre. El informe del estudio señaló que esto era el resultado de absorber metales tóxicos a través de la respiración y la ingestión de agua contaminada.

    La Academia de Ciencias de la UASD ya ha dicho que en República Dominicana es inviable la minería por muchas razones entre ellas: el déficit hídrico en el país, que nuestro territorio no es homogéneo y esto implica una mayor fragilidad, y que los procesos de recomposición son más largos en las islas pequeñas.

    Decreto presidencial 270-2022

    En 2021 Barrick Gold comenzó a avanzar  un proyecto de expansión de planta e instalación de almacenamiento de relaves, diseñado para extender su vida útil y aumentar su producción hasta 2040. 

    Este proyecto incluye una nueva presa de cola en la comunidad El Naranjo, una de las comunidades que ya estaba pidiendo reubicación por los peligros de la presa de cola El Llagal. Mientras comunitarios y ambientalistas  luchaban contra la construcción de la presa de cola en Cuance Yamasá,  Barrick y el gobierno estaban haciendo una jugada maestra,  buscaban la ‘licencia social’, enviaban comisiones a El Naranjo y  construían el supuesto  estudio de impacto ambiental  a escondidas para la construcción de la presa de cola en dicha comunidad. 

    En 2022 el presidente Luis Abinader emitió el decreto presidencial 270-22, que concede a la Barrick Gold más de 31 millones de metros cuadrados en las comunidades de El Naranjo, Zambrana, Las Lajas, El Higo y Arroyo Vuelta sin contar con el consentimiento libre y documentado mediante consulta con las comunidades, por lo tanto sin licencia social.

    Greenwashing y Pinkwashing 

    La Barrick es la segunda mina de oro más grande del mundo y la número 1 en el continente americano. Sin embargo, la provincia Sánchez Ramírez es una de las más empobrecidas de República Dominicana. Esto desmonta el mito del progreso que tanto nos venden con su estrategia de comunicación y greenwashing. 

    La Barrick tiene tanto poder que sus atropellos  no trascienden en los medios nacionales,  la prensa no  investiga, el estado se convierte en patrocinador de las barbaridades que comete la Barrick sin ninguna represalia. En 2023 Barrick recibió de manos de la ministra de la mujer, Mayra Jiménez, el sello de oro Igualando RD, este es un programa de certificación implementado por el Ministerio de la Mujer y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que premia a empresas que cumplen con estándares para alcanzar ‘la igualdad de género’ y fomentan la autonomía económica y social de las mujeres.  Todo eso mientras Barrick destruye la vida de comunidades enteras donde viven mujeres racializadas, campesinas, rurales y sus familias. Lo cual da cuenta de cuan peligroso es el feminismo blanco burgués  y su construcción de la mujer como sujeto homogéneo que cada vez más se cuela en las instituciones.

    También manejan con hermetismo todo lo relativo a la producción de oro y la gran contaminación y enfermedades a comunidades que producen sus operaciones. La Barrick es un gobierno independiente dentro del estado dominicano. 

    Zonas de sacrificio

    Las economías capitalistas racialmente estratificadas fueron organizadas de tal forma que los riesgos, desventajas y perjuicios derivados de un sistema económico basado en  el despojo de tierras y en la explotación sean encarnados  por la mayoría no blanca. 450 familias están hoy  sepultadas bajo el polvo tóxico desde que Barrick inició sus operaciones y hoy pretende extenderse a más comunidades bajo chantaje al estado dominicano de que de no construirse la presa de cola tendrían que detener sus operaciones. La situación se complejiza más porque el estado ha accedido a adelantos de pagos por parte de la mina.

    Sin justicia racial no hay justicia ambiental.

    Artículos para complementar información:

    La minera canadiense que los dominicanos llaman “peor que Colón”

    Auge y ocaso de la primera sociedad minera de América. Santo Domingo 1503-1520

    “Es una barbaridad”: ¿por qué cientos de familias piden ser desalojadas de esta mina de oro de República Dominicana?

    Una reflexión de Aquelarre Bonao

  • ¿Cuando vamos a hablar de los abusos sexuales contra hombres negros en la epoca colonial y de sus consecuencias en la actualidad?

    ¿Cuando vamos a hablar de los abusos sexuales contra hombres negros en la epoca colonial y de sus consecuencias en la actualidad?

    El estudio de la trata transatlántica ha estado históricamente centrado en la explotación económica y la violencia física hacia las personas esclavizadas. Sin embargo, una de las dimensiones más ocultas de este sistema ha sido la violencia sexual ejercida sobre los hombres negros. Desde una perspectiva decolonial, es crucial analizar cómo estos abusos no solo formaban parte de la opresión racial, sino que también buscaban desarticular la autonomía, la dignidad y la integridad de las personas esclavizadas.

    La violencia sexual contra hombres negros ha sido escasamente documentada, en parte debido a las narrativas coloniales que construyeron la sexualidad negra desde una perspectiva estereotipada y racializada. Pascal Blanchard, en Sexe, race & colonies (2018), analiza cómo la hipersexualización de los cuerpos africanos ha servido para justificar múltiples formas de violencia, incluidas las agresiones sexuales dentro del sistema esclavista. Thomas A. Foster, en Rethinking Rufus: Sexual Violations of Enslaved Men (2019) expone relatos de hombres esclavizados que fueron sometidos a abusos sexuales por parte de sus esclavistas, de otros esclavizados obligados por los ‘dueños’ y de mujeres blancas esclavistas que ejercían poder sobre sus cuerpos. Uno de los casos documentados es el de Rufus, un hombre esclavizado que, según los testimonios recogidos en archivos, no solo fue forzado a mantener relaciones sexuales con una mujer esclavizada bajo las órdenes de su ‘amo’, sino que él mismo fue víctima de agresiones por parte de los esclavistas de la plantación.

    En América Latina y el Caribe, los estudios históricos también han encontrado pruebas de estas violencias. Archivos judiciales en Brasil y Cuba registran casos de sodomía forzada y violaciones cometidas por esclavistas blancos sobre hombres y niños negros, pero estos documentos han sido históricamente ignorados o minimizados en los relatos oficiales sobre la esclavitud. Aline Helg, en Libertad e igualdad en el Caribe: Haití y Colombia, 1793-1835 (1995), argumenta que la violencia sexual no solo se dirigía contra las mujeres esclavizadas, sino que también era una herramienta de control sobre los hombres, quienes eran despojados de su capacidad de decisión y autodeterminación.

    Los abusos sexuales perpetrados contra los hombres esclavizados no pueden entenderse únicamente como actos individuales de violencia, sino como una estrategia de dominación colonial que operaba en múltiples dimensiones. La deshumanización y supresión de la autonomía de los esclavizados era un objetivo central del sistema esclavista, que no solo buscaba explotar su trabajo físico, sino también anular cualquier sentido de autodeterminación. La violencia sexual formaba parte de un sistema de castigo y control en el que los esclavizados eran tratados como cuerpos disponibles para cualquier forma de uso. La reafirmación del poder racial también estaba en juego, ya que la sodomización forzada y las agresiones sexuales de hombres blancos sobre hombres negros constituían un acto de supremacía racial, diseñado para demostrar que los cuerpos negros estaban sometidos completamente a la voluntad de los colonizadores. Al mismo tiempo, se ha documentado que algunas mujeres blancas también ejercieron violencia sexual sobre hombres esclavizados. Daina Ramey Berry, en The Price for Their Pound of Flesh (2017), señala que en las plantaciones del sur de Estados Unidos existían relaciones sexuales impuestas, en las que los y las esclavistas blancas consideraban a los esclavizados como propiedad sexual, lo que incluía la explotación de hombres jóvenes para su placer.

    El silencio en torno a la violencia sexual sufrida por los hombres negros esclavizados responde a múltiples factores. En primer lugar, la narrativa colonial construyó la imagen del hombre negro como hiperviril y agresivo, lo que ha dificultado que se le reconozca como víctima de violencias sexuales. Pascal Blanchard (2018) destaca que la representación del esclavizado como un ser puramente físico y sexualizado ha contribuido a negar su vulnerabilidad dentro del sistema esclavista. Por otro lado, la historiografía tradicional ha omitido estos casos debido a los tabúes que existen en torno a la violación de hombres. La violencia sexual masculina sigue siendo un tema poco abordado en los estudios históricos, en parte debido a la resistencia a reconocer que los cuerpos negros masculinos también fueron utilizados como espacios de opresión sexual. Además, el racismo científico del siglo XIX, con figuras como Arthur de Gobineau, promovió la idea de que los hombres negros poseían una sexualidad descontrolada y salvaje. Este discurso no solo sirvió para justificar la esclavitud, sino que también desvió la atención sobre la realidad de que los hombres negros fueron víctimas de agresiones sexuales sistemáticas.

    Las secuelas de estos abusos no desaparecieron con la abolición de la esclavitud, sino que han dejado una huella epigenética y sociocultural en las comunidades afrodescendientes. La repetición de patrones de dominación sexual ha sido un mecanismo de reproducción del trauma colonial, en el que la violencia sexual se convirtió en una herramienta de poder dentro de las relaciones sociales. Foster (2019) argumenta que la herencia de la esclavitud ha influido en la construcción de modelos de masculinidad hipervigilantes, en los que la vulnerabilidad y el reconocimiento del trauma son reprimidos en favor de una imagen de fortaleza impuesta por la historia colonial. La hipersexualización de los hombres negros y la violencia sufrida han generado, a lo largo de generaciones, una hipersensibilidad ante cualquier forma de cuestionamiento de su virilidad, lo que se traduce en actitudes de rechazo hacia otras orientaciones sexuales y en la interiorización de la agresión como forma de afirmación identitaria.

    Estudios en neurociencia y epigenética han demostrado que el trauma puede transmitirse de generación en generación a través de modificaciones en la expresión genética (Yehuda et al., 2016). En el caso de las comunidades afrodescendientes, la violencia sexual histórica y la deshumanización han influido en patrones psicológicos y sociales que persisten hasta la actualidad. La intolerancia hacia la diversidad sexual dentro de ciertos sectores de la diáspora africana puede leerse, en parte, como un reflejo de la violencia colonial que criminalizó cualquier expresión de disidencia frente a los roles impuestos por el sistema esclavista. La utilización de la sexualidad como herramienta de poder durante la esclavitud ha dejado marcas en la manera en que se conciben las relaciones de género y poder en las sociedades afrodescendientes.

    Para construir una memoria histórica más justa, es fundamental reconocer que la violencia sexual en la esclavitud no solo afectó a las mujeres negras, sino también a los hombres. El reconocimiento de estos abusos no solo implica visibilizar las agresiones cometidas por los ‘amos’ blancos, sino también cuestionar los mitos coloniales que han perpetuado la negación de los cuerpos negros masculinos como víctimas. Desde una perspectiva decolonial, es necesario desmontar las narrativas hegemónicas que han invisibilizado estos crímenes y abrir espacio para una historiografía que considere todas las dimensiones de la violencia esclavista. La reparación histórica no solo debe abordar la explotación laboral y física de los esclavizados, sino también las formas de violencia sexual que marcaron sus vidas. Este artículo busca contribuir al debate sobre la memoria de la esclavitud y la necesidad de reconocer todas las formas de opresión que definieron ese sistema, incluyendo aquellas que han sido silenciadas por el peso del racismo, el machismo y el colonialismo.

    Una reflexión. de Jackson Jean

    Referencias :

    Berry, D. R. (2017). The Price for Their Pound of Flesh: The Value of the Enslaved, from Womb to Grave, in the Building of a Nation. Beacon Press.

    Blanchard, P. (2018). Sexe, race & colonies: La domination des corps du XVe siècle à nos jours. La Découverte.

    Foster, T. A. (2019). Rethinking Rufus: Sexual Violations of Enslaved Men. University of Georgia Press.

    Helg, A. (1995). Libertad e igualdad en el Caribe: Haití y Colombia, 1793-1835. Fondo de Cultura Económica.

    Yehuda, R., et al. (2016). “Epigenetic mechanisms and the transgenerational effects of trauma.” American Journal of Psychiatry, 173(8), 872-879.

  • Más de 100 mujeres fueron violadas y quemadas vivas en la fuga masiva de una cárcel en la República Democrática del Congo

    Más de 100 mujeres fueron violadas y quemadas vivas en la fuga masiva de una cárcel en la República Democrática del Congo

    Más de 100 mujeres han sido violadas y quemadas vivas después de que el grupo rebelde M23 —apoyado por Ruanda— irrumpiera en la ciudad de Goma, situada al este de la República Democrática del Congo, y se hiciera con el control de la prisión de Munzenze. Estos crímenes se cometieron durante una fuga masiva en la cárcel, en la que se produjeron varios tiroteos mortales entre los funcionarios de prisión y los rebeldes. Las mujeres privadas de su libertad fueron “asesinadas brutalmente” tras la entrada del M23 en la prisión, lo que provocó una situación “caótica”, según la ONU.

    Durante la fuga, miles de hombres privados de su libertad consiguieron salir de la prisión. Sin embargo, la parte de la cárcel reservada para las mujeres fue incendiada, según ha informado la jefa adjunta de la fuerza de paz de la ONU, Vivian van de Perre. “Hubo una fuga de 4.000 prisioneros. También había unos cientos de mujeres en esa prisión… Todas fueron violadas y luego prendieron fuego al ala de mujeres. Todas murieron después”, confirmó.

    Los informes señalan que fueron, al menos, 163 las mujeres que murieron quemadas. Junto a ellas había 28 niñes, quienes también fueron asesinades.

    Desde el año 2023, la violencia sexual hacia las mujeres ha aumentado hasta convertirse en “una emergencia médica y humanitaria de primer orden”, según denuncia Médicos sin Fronteras. Solo en este periodo de tiempo, la organización atendió a 25.166 mujeres víctimas de violencia sexual en todo el país, es decir, “más de dos pacientes cada hora”. Ha sido en la provincia de Kivu Norte, en la que se encuentra la ciudad de Goma, donde se ha registrado el mayor número de casos de este tipo de violencia.

    Además de la presencia de grupos armados existen otros factores que intensifican este tipo de crímenes como la insuficiente respuesta humanitaria, las condiciones de vida inhumanas, la escasez de alimentos y agua, la falta de saneamiento, la ausencia de refugios seguros para mujeres y niñas y la carencia de oportunidades para generar ingresos, de acuerdo con los datos de la ONU.

    Desde principios de este año, más de 400.000 personas han sufrido desplazamiento forzado a raíz de los enfrentamientos. Antes del avance del grupo rebelde en el país, la República Democrática del Congo contaba con una de las mayores crisis humanitarias de migración interna, con más de 6 millones de personas.

    Más de 2.000 personas han muerto en la ciudad de Goma por los combates entre el Ejército congoleño y el grupo rebelde, según ha informado el portavoz del Gobierno de la RDC, Patrick Muyaya. “Se han enterrado más de 2.000 cadáveres, para que se hagan una idea de las masacres que se han cometido en la ciudad”, señaló. Sin embargo, en esta cifra no están incluidas el número de personas que han sido asesinadas y enterradas en fosas comunes.

    Fuente: El Confidencial

  • Tolerancia Cero ante la Mutilación Genital Femenina: una vulneración a los derechos humanos de miles de niñas y mujeres alrededor del mundo

    Tolerancia Cero ante la Mutilación Genital Femenina: una vulneración a los derechos humanos de miles de niñas y mujeres alrededor del mundo

    Cada 6 de Febrero se conmemora el día contra la mutilación genital femenina, internacionalmente reconocido como el Día de la Tolerancia Cero de la MGF. Esta práctica consiste en la lesión o extirpación parcial o total de los tejidos de los órganos genitales femeninos. Siendo las niñas pequeñas de hasta 15 años de edad las que corren mayor riesgo de sufrirlo, aunque ocasionalmente también, mujeres adultas, conllevando una violación de los derechos humanos pero también de los derechos de las menores.

    Si bien es cierto que las razones y causas de esta práctica pueden variar dependiendo de la región, zona y país en la que se lleva a cabo, a nivel general estaríamos hablando de razones:

    • Socioculturales: como forma de iniciar a la joven en la vida adulta, o como forma de ser completamente aceptada por la sociedad.
    • Tradicionales: como forma de reafirmar la identidad de la comunidad y de pertenencia.
    • Sexuales: como forma de controlar la sexualidad de la joven (con la pretensión de asegurar la “virginidad” hasta el matrimonio), y con la intención de reducir el deseo y placer sexual de la mujer. Además de existir la creencia de que la MGF incrementa el placer masculino, lo que acaba dejando el cuerpo de las mujeres como un instrumento sexuales a disposición de ser utilizado y cosificado por externos.

    Pero, a diferencia de las creencias que se puedan tener, no hay razón médica que avale o justifique esta práctica.

    La mutilación genital femenina no solo es una practica que atenta contra el derecho a la salud sexual y reproductiva, y a la vida (pues hay casos donde la menor muere), sino que también viola la seguridad e integración física de las niñas desde edades tempranas y su derecho a no estar sometidas a torturas. A consecuencia de esta práctica, muchas de las niñas y mujeres que han pasado por ello acaban padeciendo diferentes problemas de salud, además de complicaciones a la hora de dar a luz. Vemos así, que esta práctica no trae consigo ningún beneficio, al contrario, tiene afectaciones en la salud integral de quiene la sufren, ya que entre las problemáticas de salud que pueden resultar de ella se encuentran sangrados severos, problemas a la hora de orinar, dificultades en las menstruaciones, infecciones, etc. Todo esto sin mencionar las consecuencias emocionales y psicológicas que puede llegar a causar, y el impacto en el libre desarrollo y disfrute de una sexualidad plena, aspectos que acaban siendo invisibilizados e ignorados y por ende, pueden llegar a durar incluso más que los traumas y daños físicos.

    La MGF es ilegal y se ha prohibido en más de 44 países, pero hay comunidades que de cara a evitar repercusiones legales por realizarlo, llevan a cabo lo que se conocería como la mutilacion genital femenina transfronteriza. Es decir, que saldrían de un país donde se ha prohibido hasta otro donde aún se lleva a cabo, con el fin de realizarla.

    La ONU, junto a UNFPA y UNICEF, llevan a cabo un programa mundial, (compatible con las iniciativas regionales y estatales de los diferentes países), para acelerar la eliminación de esta práctica. Este programa se llegó a aplicar en 17 países africanos y de Oriente Medio, pero aun así, queda mucha labor por hacer, muchos países en los que implementar este programa, y asegurar el derecho de las mujeres y niñas víctimas de la MGF. 

    Si bien es cierto que en el 2008 desde la Asamblea Mundial de la Salud se pasó una resolución para la eliminación de la mutilación genital femenina, haciendo énfasis en la toma de acciones en sectores como la educación, la salud, la justicia, la finanzas, a día de hoy se sigue practicando en algunas comunidades (de África, Oriente Medio y Asia), como indicamos, dejando a otras 4 millones de niñas en riesgo. Sin mencionar las más de 230 millones que experimentaron esta práctica.

    Una nota de Favour Ekaezunim

  • México desaparece y asesina a les portadores del Patrimonio Cultural Afromexicano

    México desaparece y asesina a les portadores del Patrimonio Cultural Afromexicano

    El 24 de enero se conmemoró el Día Mundial de la Cultura Africana y de les Afrodescendientes, ese mismo día, el cadáver de Miguel Ángel Ventura Medel, director de Cultura del ayuntamiento de Cuajinicuilapa, Guerrero, quien además también era ferviente promotor y portador de la Danza de los Diablos (una de las expresiones más representativas de la cultura afromexicana), apareció con signos de violencia.

    De acuerdo con el informe oficial, Miguel Ventura habría sido secuestrado un día antes en su domicilio y, pese a los esfuerzos coordinados entre la policía estatal, el Ejército y la Guardia Nacional, no fue posible rescatarlo con vida. 

    Actualmente, el municipio de Cuajinicuilapa atraviesa por uno de los momentos más álgidos de violencia debido a la expansión de grupos del crimen organizado. Desde el año pasado se han reportado numerosos episodios que han puesto en riesgo la vida de los habitantes de Cuajinicuilapa que van desde balaceras, secuestros, desapariciones hasta asesinatos. Pese a que el Gobierno Estatal y Federal tiene conocimiento de esto, no se han implementado acciones para atender la delicada situación de seguridad de asedia a los pueblos afromexicanos. 

    Enaltecer la identidad afromexicana debe pensarse más allá de la folclorización y la reiteración discursiva sobre el borramiento histórico, no porque se niegue, sino porque al hablar de la identidad y de la historia del pueblo afromexicano únicamente aludiendo al pasado, hace que la actualidad quede a la intemperie. Estamos ante un nuevo borramiento perpetuado por el estado y la política del narcotráfico. ¿Necesitamos que pasen veinte años para denunciar el racismo y la corrupción? ¿Necesitamos acumular mártires para hacer legítima la demanda por una vida libre de violencia? ¿Necesitamos que el legado cultural de los pueblos afromexicanos penda de un hilo para dirigir nuestra atención a la importancia de políticas culturales de base comunitaria con enfoque de justicia racial?

    La Danza de los Diablos

    Entre las tradiciones más representativas de las comunidades afromexicanas de los estados de Guerrero y Oaxaca, se encuentra la Danza de los Diablos. Dado su valor histórico y la relevancia en términos de cohesión social, ha sido objeto de estudio de diversas corrientes disciplinarias, entre ellas la antropología. La representación de esta danza es diversa, sin embargo, la fiesta grande está reservada para las celebraciones de Día de Muertos, es decir, entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre. 

    Dadas sus peculiaridades rituales y performáticas, esta danza constituye un elemento importante del patrimonio cultural inmaterial de los pueblos afromexicanos de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca. 

    Ejecutar esta danza requiere de un profundo nivel de involucramiento territorial, corporal y afectivo, pues sintetiza los valores de generaciones. La Danza de Diablos se distingue por la peculiaridad de sus máscaras y los instrumentos musicales, principalmente. Tanto la elaboración de las máscaras como la ejecución de las melodías musicales requieren de conocimientos que han sido aprendidos y difundidos mediante la oralidad. Resulta significativo mencionar esto para dimensionar la importancia de las memorias vivas y el territorio como puntos centrales del Patrimonio Cultural Inmaterial Afromexicano. 

    Proteger la vida es preservar el Patrimonio Cultural Inmaterial

    La región de la Costa Chica, que comprende territorios del estado de Guerrero y Oaxaca, presenta altos índices de violencia de género, empobrecimiento y rezago educativo. Sin embargo, el análisis de los impactos de la desigualdad estructural se ve mermado por la falta de transparencia y de datos desagregados. Los habitantes de distintos pueblos han denunciado la preocupante situación de violencia de género y de la crisis de seguridad, como consecuencia de la expansión de grupos del crimen organizado. Los niveles de violencia han llegado al punto de establecer toques de queda o incluso, suspender actividades escolares como medidas emergentes. 

    No obstante, existe un silencio generalizado sobre esta situación. Mientras el discurso oficialista vitupera el reconocimiento constitucional de las personas afromexicanas como el máximo logro en materia de derechos culturales y de inclusión pluriétnica, pueblos, comunidades, familias y personas afromexicanas enfrentan un complejo panorama de exclusión, violencia sistemática y opresión.

    Mientras en ciudades capitales y en diversos eventos de difusión cultural se convoca a grupos de la Danza de los Diablos como parte de muestras culturales, los portadores de esta expresión están siendo desaparecidos y asesinados y con ello, el patrimonio cultural inmaterial afromexicano está en riesgo. 

    Debemos entender que la protección, preservación y conservación del Patrimonio Cultural Inmaterial es, ante todo, una defensa por el derecho a la vida digna y libre de violencia de las personas afromexicanas. De otro modo, solo se reproducen estigmas y narrativas de despolitización cultural en torno a las manifestaciones culturales afromexicanas. 

    Las condiciones de desigualdad en que viven detentores y portadores del Patrimonio Cultural Inmaterial son reiterativas, lo que expone una perspectiva antirracista e intercultural deficiente en la promoción de los derechos culturales.

    Promover la cultura; salvaguardar la memoria

    Miguel Ventura Medel contribuyó a la transmisión de saberes y conocimientos sobre la Danza de los Diablos mediante la enseñanza de la música, la ejecución e, incluso, la elaboración de las máscaras. En el entendido de que gran parte del Patrimonio Cultural Inmaterial se vale de la transmisión generacional, el desinterés del estado mexicano para atender las crisis de seguridad no puede tener otra lectura que no sea la de una manifestación del racismo estructural orientado al etnocidio.

    Un reconocimiento cultural efectivo debe contemplar la perspectiva de justicia racial en amplitud, ello implica romper con las dinámicas de expoliación y mercantilización, donde expresiones como la Danza de los Diablos solo son instrumentalizadas para el entretenimiento. Es necesaria una política pública con enfoque de paz y antirracismo que comprenda la preservación del Patrimonio Cultural Inmaterial como acciones de protección y restitución de derechos humanos. 

    Una reflexión de Ana Hurtado

  • En medio de una exacerbación de la ultraderecha, la marcha LGBTIQ+ antifascista y antirracista en Argentina prevé más de 100 manifestaciones alrededor del mundo

    En medio de una exacerbación de la ultraderecha, la marcha LGBTIQ+ antifascista y antirracista en Argentina prevé más de 100 manifestaciones alrededor del mundo

    Tras días de asamblea y movilización popular, finalmente llegó el día. La marcha antifascista y antirracista convocada por colectivos LGTBIQ+ en Argentina para este sábado, contra el presidente Javier Milei y su discurso de odio en el Foro Económico Mundial de Davos, será respaldada no sólo en distintos puntos del país, sino mediante protestas en ciudades de diferentess países de Europa y toda América.

    La denominada Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista ha recibido el apoyo de incontables organizaciones de la sociedad civil, y se perfila como una de las movilizaciones más masivas contra el gobierno de Milei desde su llegada a la Presidencia en diciembre de 2023.

    “Con el acompañamiento y la participación de una enorme diversidad de sectores sociales afectados, logramos torcer la agenda y le decimos ‘BASTA’ a Milei”, señalaron los organizadores a través de un comunicado, en el que expresaron su rechazo contra el discurso del presidente en Davos, en el que atacó “la agenda LGBTIQ+” y vinculó la homosexualidad con la pedofilia. Durante aquel discurso, Milei también atacó al feminismo, describiendo al aborto como una “aberración” y sugiriendo la eliminación de la categoría jurídica de feminicidio en el código penal.

    “Este accionar tiene un nombre: FASCISMO”, señalaron les organizadores de la movilización antifascista y antirracista en respuesta a los dichos del presidente.

    La convocatoria cuenta con el respaldo de sindicatos, organizaciones sociales y políticas y agrupaciones como Madres de Plaza de Mayo y Abuelas de Plaza de Mayo, y llama a luchar contra las distintas medidas antipopulares del gobierno de Milei, como el vaciamiento de la salud pública, el cierre de sitios de memoria y derechos humanos, el desfinanciamiento de comedores populares y de universidades y en defensa de les jubilades, la educación pública, les trabajadores y los recursos naturales del país.

    Así, diversos colectivos en Europa y toda América anunciaron que acompañarán la movilización principal en Buenos Aires, prevista para las 16:00 hora local (19:00 GMT) y que partirá desde el Congreso de la Nación y terminará en la Casa Rosada, sede del poder ejecutivo.

    Según les organizadores, además de las más de 100 manifestaciones previstas en otros puntos del territorio argentino, se esperan concentraciones en ciudades como Santiago de Chile, Lisboa, Londres, Granada, Barcelona, Madrid, Amsterdam, Berlín, Ginebra, Ciudad de México, Montevideo, Nueva York, París, Roma, Rio de Janeiro y São Paulo, entre otras. Las manifestaciones de apoyo serán desde plazas y zonas cercanas a las embajadas de Argentina en esos países.

    En paralelo con el ascenso de estos discursos de odio, se registró un intento de lesbicidio en la localidad boanerse de Cañuelas, donde prendieron fuego la casa de una familia de lesbianas con una hija menor. Agui, una de las víctimas, señaló en una entrevista para Página12, la relación entre este ataque de su vecino con el discurso de Milei en Davos: “Los discursos de odio traen estas repercusiones. traen violentos que se sienten identificados y creen que pueden hacer uso de esa violencia, porque no van a tener ningún castigo después.”

    El gobierno de Miei no lleva tan siquiera 2 años en Argentina, y ya ha causado estragos y recortes en distintas políticas públicas orientadas a combatir las barreras y desigualdades de las comunidades más marginalizadas, como las personas jubiladas, LGBTIQ+, con discapacidad, indígenas, afrodescendientes y africanas, y migrantes. Tal como señala Kadie Morgan, integrante de la asamblea y de AfrosLGBTIQ+ “El colonialismo y el racismo siguen vigentes con las políticas de exterminio que se acentuaron de forma exponencial durante el gobierno de Milei: el despojo de tierras, la estigmatización de migrantes, el fuego en los territorios, la destrucción de las pocas políticas antirracistas, el cierre del INADI y la violencia institucional son algunos de los ejemplos de ello.”

    Fuente: Infobae